Image: Batman: La Lego película, un gozoso espectáculo visual

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Cine

Batman: La Lego película, un gozoso espectáculo visual

La tecnología se pone al servicio de una animación deslumbrante en un filme con guiños al público adulto

10 febrero, 2017 01:00

Fotograma de Batman: La Lego película

Hace tres años, La Lego película arrasaba en los cines con la curiosa propuesta de llevar el imaginario de Lego a la animación con una película visualmente vistosa y atractiva en la que Warner le daba una nueva vuelta de tuerca a sus superhéroes (Batman y Superman) con una suerte de parodia de las formas, que no del fondo, porque aquí también se trataba de salvar el mundo y de hacer apología de los buenos sentimientos. Ahora llega Batman: La Lego película, una suerte de spin-off de aquella en la que Batman adquiere todo el protagonismo con un personaje construido con piezas de Lego que parte de la caricatura para acabar creando una suerte de fábula clásica sobre el individualismo

La sorpresa de la primera película da paso a un espectáculo visual por momentos glorioso en el que la tecnología se pone al servicio de una animación deslumbrante. No sé si estoy viejo o no tengo problemas clínicos de déficit  de atención, pero en cualquier caso a mí la programación televisiva tiende a marearme y el propio ritmo de Batman: La Lego película, que parece  pensada para que un niño hiperactivo no pueda aburrirse, a veces me distancia y me genera la frustración de no poder disfrutar con algo más de tiempo de las brillantes ideas e imágenes del propio filme. Por suerte, tras un arranque  tan espectacular como delirante, la película se calma un poco. 

Dirigida por el director de series de televisión Chris McKay y escrita por Seth Grahame-Smith (Orgullo y Prejuicio y Zombis), Batman: La Lego película sigue una estrategia similar a la de muchas películas de animación recientes de concebirse como productos aptos para los niños pero que también puedan divertir a sus padres. Un frágil equilibrio que consiste en lanzar guiños constantes al público adulto lo suficientemente bien camuflados para que resulten ingeniosos y no deje de ser una película de niños, quizá los primeros consumidores del cine de Hollywood. 

A ratos divertida y a otros un tanto infantil (quizá influye la traducción española con eso de "ordena" o "me las piro, vampiro"),  la película cuenta una modélica historia sobre la importancia de colaborar y sigue explotando el mito fundacional de Batman como una suerte de génesis contemporáneo porque quien domina las narrativas, domina el mundo. 



@juansarda