Image: Mumenthaler y la huella de la ausencia

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Cine

Mumenthaler y la huella de la ausencia

7 abril, 2017 02:00

Milagros Mumenthaler durante el rodaje de La idea de un lago

La directora argentina Milagros Mumenthaler, ganadora del Leopardo de Oro con su ópera prima, Abrir puertas y ventanas, estrena La idea de un lago, una indagación en la estructura de los recuerdos a través de la historia de una mujer que perdió a su padre en su infancia, desaparecido por el régimen de Videla.

En un momento de La idea de un lago una pesada rama se desprende del tronco de un árbol en la profundidad del bosque y cae al suelo, provocando un estrépito que pronto queda sepultado por el murmullo de la naturaleza. Aquí podríamos encontrar la clave para desentrañar la segunda película de la argentina Milagros Mumenthaler (La Falda, 1977), tras el Leopardo de Oro que logró con su ópera prima, Abrir puertas y ventanas (2011). Si en esta escena en apariencia insustancial la directora pretende revelar el ruido que hace una rama al caer cuando nadie lo presencia, en La idea de un lago pretende mostrar las reverberaciones que generan en la memoria de la protagonista otra fractura: la pérdida de la figura paterna de la manera más inopinada y silente, por medio del terror de estado. "Siempre me centro en la representación de lo íntimo, que para mí es el trabajo más verdadero y puro al que se puede acercar el cine, mucho más interesante que el simple relato de lo que sucede", declara la directora a El Cultural.

La película nos presenta a Inés (Carla Crespo) en un momento trascendental de su vida: está embarazada, acaba de romper con su pareja y prepara los últimos detalles para la publicación de un libro dedicado a su padre, desaparecido por el régimen de Videla en 1977. En ese momento, decide ponerse en contacto con el Equipo Argentino de Antropología Forense para tratar de identificar los restos de su progenitor, pese a los recelos de una madre (Rosario Bléfari) que ha decidido mantenerse fiel a la pareja ausente.

La directora partió de un libro de fotografías personales y poemas de Guadalupe Gaona, Pozo de aire, similar al que va a publicar Inés en la película. "Pozo de aire me impacto por la imágenes visuales que contenían los poemas, que perduraron durante mucho tiempo en mi cabeza", comenta Mumenthaler. "Me puse en contacto con Guadalupe y, después de muchas charlas con ella, decidí que iba a hacer un largo. Para mí era importante que tres aspectos del libro se trasladaran a la película: el elemento autobiográfico o documental, los poemas y las imágenes. Pero llegué a la conclusión de que si iba hacer la película tenía que ser de ficción. La historia y los personajes son ficticios".

La película, lejos de recrear los hechos de ese terrible episodio de la historia argentina, aborda las consecuencias que tiene esa pérdida para las relaciones familiares y se adentra en la memoria de la protagonista para ver la huella que deja la ausencia. "La película tiene que ver con el recuerdo y la memoria y en la manera en que ambos funcionan", explica la directora. "Es una invitación para adentrarse en la cabeza de Inés y para ver a dónde nos llevan sus recuerdos".

Una imagen de la película

La casa de veraneo familiar, situada en la zona de Los Lagos en la Patagonia, monopoliza las evocaciones de Inés, obsesionada con la única foto en la que aparece junto a su padre, tomada en aquel paraje paradisíaco. "Para mí existe un paralelismo claro entre la naturaleza y la memoria, ambas están vinculadas a lo eterno", explica Mumenthaler. "Ese contexto de naturaleza que rodea a Inés durante su infancia le permitió de alguna manera vincularse con su padre ausente, de ahí la importancia de la foto".

La película, que cuenta con maravillosas secuencias como la del baño en el lago o la del juego del escondite, se adentra en la intimidad de la protagonista con una apuesta estética tan poética como eficaz y una textura muy cuidada que huye de remarcar si nos encontramos en el presente, en un recuerdo o en el pasado. "Los recuerdos no están anclados en un día fijo, por eso tratamos de unificar las imágenes, para no caer en hacer una película de época. Pensamos que no era eso lo que necesitaba la película", finaliza Mumenthaler.