Jürgen Prochnow (izquierda) y Moritz Bleibtreu en La cara oculta de la luna

El alemán Stephan Rick ha elegido un best seller de Martin Suter para abordar el lado salvaje del poder. La cara oculta de la Luna llega protagonizada por Jürgen Prochnow y nos cuenta una historia criminal de cuello blanco.

No corren precisamente tiempos en los que les sobren defensores a los tiburones de las finanzas. Declarados culpables de la crisis económica que arrancó en 2008, los hombres de traje y corbata que se pasean por los despachos moviendo millones ocupan el lugar del malvado contemporáneo. En el caso de esta película alemana, La cara oculta de la Luna, basada en un best seller de Martin Suter y dirigida por Stephan Rick, se trata de abogados al servicio de las grandes corporaciones con escaso, o nulo, sentido de la ética que se mueven en un mundo marcado por el ansia de poder. Una codicia que los convierte en bestias salvajes capaces de cualquier cosa por conseguir su presa. En este caso, en el sentido literal. La cara oculta de la Luna no es el American Psycho de Bret Easton Ellis pero se le parece bastante.



Protagonizada por Moritz Bleibtreu, rostro carismático del cine alemán y estrella de filmes como Corre, Lola corre (Tom Tykwer, 1998) o El Experimento (Olivier Hierschbiegel, 2002), La cara oculta de la Luna mezcla el retrato de un mundo despiadado de la alta empresa con una historia psicologicista con ecos de Doctor Jekyll y Mister Hyde de Stevenson y muy particularmente de la versión pulp que realizó John Landis en la célebre Un hombre lobo americano en Londres (1981), en la que a la dualidad del alma del clásico literario se añadía el mito del licántropo, que viene de los tiempos de los griegos y a partir de entonces entró a engrosar el imaginario pop.



Conocemos la canción, todo ser humano tiene un "lado oscuro" agazapado en algún lugar al que Freud llamaba el inconsciente, que quizá solo necesita una pequeña mecha para ser encendido. En el caso del filme, unas setas alucinógenas que convierten al exitoso abogado en una fiera salvaje. "En el momento en que el protagonista penetra en el bosque comienza a perder el control de su vida", explica el director. "El abogado lucha contra unas pulsiones cada vez más agresivas. Cuando ya no hay escapatoria a las consecuencias de sus acciones se enfrenta de verdad con el diablo".



En Jo, qué noche (1985) Scorsese planteaba el descenso a los infiernos de Manhattan de un oficinista. Si el Soho representaban una metáfora del infierno, lo mismo sucede con ese bosque que opera en la película como contrapunto a la civilizada ciudad y que es el lugar en el que se revela el rostro del antihéroe. "La historia trata sobre la línea que separa la civilización de lo salvaje", añade Rick.



Metáfora del capitalismo

Presencia estelar, la de Jürgen Prochnow, que encarna al capitalista despiadado. Poco piadosa y más interesante en su enigmático arranque que en un desenlace más previsible, La cara oculta de la Luna juega al equívoco dando la impresión de que es una clásica historia de redención para convertirse en algo más parecido a una suerte de Battle Royale (Kinji Fukasaku, 2010) que quiere erigirse como cruenta metáfora de un capitalismo atroz. "No creo que sea una historia optimista", opina Martin Suter. "Cuenta una historia criminal de cuello blanco. En el mundo real son los malos quienes tienen la sartén por el mango".



@juansarda