Eduardo Casanova durante el rodaje de Pieles

El deslenguado chico que despuntó como Fidel en la serie Aida debuta en el largometraje con Pieles, donde pueden rastrearse influencias tan distintas como la de Tod Browning, John Waters o Buñuel. Sin embargo Casanova va más allá del "freak show" para conmovernos con distintas historias protagonizadas por personajes con taras físicas importantes.

Es inevitable ver en él al chico deslenguado de la serie Aída, pero Eduardo Casanova (Madrid, 1991) ya demostró su talento detrás de la cámara con sus cortometrajes Amor de madre (2013), Fumando espero (2013) y La hora del baño (2014). Además, posee un universo propio en el que, como escribió Shakespeare en Macbeth, "lo bello es feo y lo feo es bello". Dice Casanova que tiene todo el sentido que siendo él un privilegiado, un chico que "no sabe lo que es no ser famoso", se interese por aquellos que jamás pisarán una alfombra roja ni protagonizarán editoriales de moda. Su primer largometraje, Pieles, donde pueden rastrearse influencias tan distintas como la de Tod Browning, John Waters o Buñuel, va más allá del "freak show" para conmovernos con distintas historias protagonizadas por personajes con taras físicas importantes. Ahí está la prostituta sin ojos, la mujer con la cara deforme, la obesa o la ya célebre "caraculo", protagonista del corto Eat My Shit con el que empezó todo, una chica con la raja del ano en la boca y la boca en las nalgas. Carmen Machi, Macarena Gómez, Secun de la Rosa, Candela Peña o Ana Polvorosa protagonizan el filme.



Pregunta.- Recuerda Pieles a las primeras películas de Jarmusch, como Down by Law, en ese retrato de un mundo turbio pero lleno de alma. ¿Fue un referente?

Respuesta.- Me hace gracia porque cada persona me dice una cosa distinta. Hay quien la ve como un melodrama a lo Douglas Sirk y hay quien me dice que es una comedia o una tragicomedia o pone el acento en los personajes. Yo la veo como una película sin género. Trata sobre una realidad muy personal y yo creo que la vida no tiene ningún género en concreto.



P.- ¿Cómo ha sido el proceso de construcción de la película?

R.- Pieles surge básicamente del cortometraje Eat My Shit (2015). El productor es Alex de la Iglesia, a quien yo ya le había pasado dos guiones a los que había hecho mucho caso. Me fui a estudiar cine a Cuba y al volver ese corto fue una locura. Me llamaron al día siguiente de Los Ángeles y la viralidad fue increíble. Fue un shock. Ese corto en realidad era una de las historias que yo ya tenía escritas sobre gente diferente. Y tuve la idea de juntar todas esas historias y se publicó en prensa. Alex lo leyó y me llamó para decirme que la producía él. En mi primer corto, Amor de madre, la historia la contaba un zombi y ahí comenzó mí una obsesión por hacer personajes muy diferentes, nada convencionales, y parece que la cosa va cogiendo forma.



P.- ¿Por qué le interesa la deformidad?

R.- Me interesa la deformidad por el concepto de la forma. La forma es algo subjetivo, es un constructo social, no es nada y a la vez lo es todo. Nos enseñan cómo somos, tenemos dos ojos, una nariz, una boca… Lo que más nos preguntamos acerca de la vida en otros planetas es cómo serán los seres, nos perturba muchísimo. Lo que yo me planteo es que la forma es algo que no existe sino que es una convención social.



P.- ¿No existe un canon de belleza "mental" que va más allá de las culturas y los tiempos?

R.- El ideal de belleza de los griegos sigue bastante vigente hoy en día. De hecho, si ese canon ha durado cuatro mil años, quizá tiene que comenzar a cambiar. En los 90 vivimos un boom con el pecho grande y vemos el gran éxito de Pamela Anderson. Ahora la teta grande ya no está bien vista. Y con Obama vemos un renacimiento del look twerk, que tiene que ver con culos grandes y malformados moviéndose y hemos pasado de Anderson a las Kardashian o Nicki Minaj. Ahora se lleva el pecho pequeño y el culo grande. El concepto de belleza es algo que está en movimiento. Todos nos dejamos guiar por lo que parece bello en ese momento. Y caminamos hacia una mentira y a no ser nosotros mismos. Pieles habla sobre personas que no tienen nada que ver con lo que se vende y que no caminan hacia ser eso. Yo mantengo que se pondrá de moda amputarse un dedo.



P.- ¿Son más libres quienes viven al margen de la ley?

R.- En 1984 de George Orwell el personaje femenino pertenece a los suburbios y su hermano mayor la considera inferior por ello. Sin embargo, es la que vive con más libertad porque los que se salen de la norma viven más libres. Es gente que se puede permitir saltarse esas normas. Eso no quita que todos necesitamos pertenecer a algo. Somos animales gregarios. Incluso las minorías pertenecen a algo.



P.- Hablemos de esa Carmen Machi que odia a su hijo esquizofrénico.

R.- El personaje de Carmen Machi para mí es muy importante y representa a esas madres que no están contentas de haber tenido un hijo y en realidad no lo quieren. El personaje de Carmen Machi es así en la película. A ella no le interesa su hijo sino que le interesan otras cosas. Ser madre también es un constructo social y formar una familia también tiene que ver con el deseo de pertenencia. Ella rompe con eso y con esa norma. Para ella su ideal es vivir en pareja y no tener un hijo. Debemos romper con esa idea de que no es necesario tener hijos para ser feliz.



Macarena Gómez

P.- ¿Cuál es el lugar del amor?

R.- Me parecía interesante hablar de amor porque una de las capacidades que tienen las minorías es la de amarse entre ellos y generar relaciones entre ellos. Evidentemente cuando haces una película sobre minorías tienes que retratar este aspecto. En realidad no hay nada que no hable de amor, hasta lo que no habla de amor habla de amor por ausencia. Son personajes que durante hora y media caminan hacia un lugar y encuentran su felicidad. Y es un lugar que quizá para muchos otros es un lugar horrible. La felicidad de esas personas sería el lugar del horror de otros.



P.- Dos personajes femeninos de impacto, esa Macarena Gómez que parece un homenaje a Los ojos sin rostro de Fanjul y esa Candela Peña inamovible.

P.- La verdad es que no terminé de ver Los ojos sin rostro aunque hay una clara referencia inconsciente en la película. El personaje de Macarena Gómez es trágico porque no hay forma de sanar lo que le hicieron de pequeña. En la historia de Candela Peña vemos a alguien que ha vivido toda su vida con su madre y no sabe muy bien cómo es la vida de verdad. Yo la veo como una outsider. Está realmente fuera de la sociedad y lo está tanto que no se da cuenta de lo que opina la sociedad de su cara.



P.- ¿Por qué alguien como usted que siempre ha sido un privilegiado se interesa por los marginales?

R.- Quizá tiene todo el sentido precisamente por eso. Yo me siento muy identificado con el personaje de Candela Peña porque he tenido una vida muy distinta a lo normal. Llevo rodando desde los doce años y me he relacionado desde pequeño con adultos que quizá no tienen las ideas que son las más normales en la sociedad y desde luego muy distintas a las que había en mi barrio. Mis padres fueran personas que me educaron con la libertad como axioma absoluto. Entonces es verdad que lo normal es en lo que te crías. Es como una dictadura, si creces en eso te parece lo normal aunque anheles otra cosa. Y eso es lo horrible del ser humano, que se adapta a todo.



P.- ¿Y la obsesión por el rosa?

R.- El rosa es un color que me obsesiona porque es el outsider de los colores. Es un color estigmatizado. Todos mis trabajos son rosa.



P.- ¿Son más "feos" sus personajes cuanto más guapos queremos que se nos vea en Facebook?

R.- Me parece fascinante cómo caminamos hacia no ser nosotros mismos. Es algo digno de estudio o para hacer una película. Nos estamos convirtiendo en plástico y en personas que no existen. De todos modos, a mí todo lo que pertenezca a la vida me parece bello. Yo nunca diría esto me parece horrible. La idea final es que el error también es un constructo social. ¿Qué es hacerlo mal y qué es hacerlo bien? Yo creo que por eso amo tanto el cine. Te puedes plantear muchas formas de hacer las cosas y todas pueden estar bien. No creo en el error.



P.- La puesta en escena está muy cuidada. ¿Cómo la trabaja?

R.- Yo firmo el diseño de producción de la película y para mí la dirección de arte y todo lo que implica forma parte del guión. Cuando estoy escribiendo la película estoy viendo cómo van vestidos y qué aspecto tienen. Y me parece que no podría ser de otra forma. Los personajes son cómo son y los lugares donde viven me parece que es primordial definirlos. Eso no tiene nada que ver con que me guste el cine estético. No me interesa la moda ni la decoración. Lo que quiero es que la estética esté acorde al discurso de los personajes. No es el traje que lleva por el propio traje. La estética es una cosa más en el guión para mí. La forma está en función del contenido. Pero lo que menos me interesa en la vida son el realismo y Shakira. Pieles habla sobre lo físico, lo de fuera, y lo de dentro. Una película que habla sobre la belleza que sea estéticamente bella. Es revelador.



@juansarda