Fotograma de Treblinka, de Sérgio Tréfaut

No son pocos los expertos del mundillo que se preguntan, con cierta razón, cuál es el sentido de los festivales "físicos" en tiempos en que el cine se consume de forma masiva a través de internet. Después de la polémica en el pasado Festival de Cannes sobre si las películas online son o no son "películas", el Atlàntida Film Fest, con versión física en Palma de Mallorca y también en la plataforma Filmin a partir de este lunes, regresa un verano más con un nutrido catálogo de películas que, como es habitual en sus siete ediciones, destaca por su alto contenido político y social además de prestarle especial atención a títulos firmados por jóvenes autores europeos. Como reza su propia promoción: "81 títulos para entender la realidad europea".



Estructurada en seis secciones, lo mejor es ir por partes. En "Memoria" se hacen hueco las películas que revisan "el pasado de Europa". Destacan documentales como A German Life, de Florian Weigensamer y Olaf S. Müller, en la que la secretaria del infame Goebbels ofrece una larga entrevista en la que desvela el funcionamiento diario del nazismo. Más nazis en Treblinka, del portugués Sérgio Tréfaut, un trabajo experimental en el que rescata el horror de los "trenes de la muerte". Y en Austerlitz Sergei Loznitsa reflexiona sobre la "turistificación" de los campos de concentración. Cambio de tercio en Peter Handke, documental en el que la cineasta Corinna Belz retrata a fondo al polémico escritor.



La ficción se abre paso en la búlgara Godless, de Ralitza Petrova, ganadora del Leopardo de Oro en el último Festival de Locarno. Es la historia de una mujer de una provincia paupérrima que se gana la vida cuidando a enfermos con demencia y falsificando carnés mientras comparte con su novio la adicción a la morfina. Y el cine rumano aparece en Ilegitim, de Adrian Sitaru, sobre la relación incestuosa entre dos hermanos hijos de un padre ultraconservador. Y de los Balcanes nos llega On the Other Side, la historia de una mujer que se muda a Zagreb para olvidar el horror de la guerra y veinte años después se ve obligada a revivirlo.



Los Objetos Amorosos. Teaser. from Adrián Silvestre on Vimeo.

En la sección "Muros y fronteras" podremos ver Sea Sorrow, en la que la actriz británica Vanessa Redgrave debuta como directora para reflejar la actual crisis de refugiados y establecer un paralelismo con las crisis que han asolado la historia de Europa mostrando que nosotros también hemos sido víctimas. Emma Thompson y Ralph Fiennes son los narradores. La crisis migratoria también aparece en Stranger in Paradise, del holandés Guido Hendrikx, donde simboliza el poder de Europa en su trato con los refugiados a través de la figura de un profesor arbitrario y bipolar que tanto rechaza como acoge a los recién llegados. Tras su paso por el Festival de Cannes, Mrs. B, a North Korean Woman, de Jero Yun, es un documental que narra la historia de una mujer norcoreana vendida de contrabando a China que empieza una odisea legal para poder recuperar a sus hijos.



En ficción, destaca The Sun, The Sun Blinded Me, de Anka y Wilhelm Sasnal, adaptación de la célebre novela El extranjero, de Camus. Foreign Body, de Raja Amari, nos cuenta la historia de una chica tunecina que huye a Francia de su hermano terrorista y se ve envuelta en un triángulo amoroso en la familia que la contrata como asistenta. Protagoniza la gran Hiam Abbass. Calabria, del suizo Pierre-François Sauter es una road movie por Italia protagonizada por dos emigrantes empleados de funeraria que llevan a su pueblo natal el cadáver de un gitano. Y la española Los objetos amorosos, de Adrián Silvestre, cuenta la historia de Luz, una emigrante boliviana que se busca la vida en Roma.



Tráiler de Chez Nous (This is Our Land), de Lucas Belvaux

En la sección "Política y controversia", más conflictos. The European es un documental de Dirk Jan Roeleven que retrata de cerca al vicepresidente de la Unión Europea, Frans Timmermans, en el año del Brexit y la crisis de inmigrantes. Pornocracy, de Ovidie, trata de demostrar que la industria del porno está controlada por una oscura multinacional. En el ámbito de la ficción encontramos filmes como el francés La ley de la jungla, de Antonin Peretjatko, sobre un funcionario que viaja a la Guayana a abrir "la primera pista de esquí amazónica". Precedida de polémica, se estrena This is Our Land, la película de Lucas Belvaux que no ha gustado nada al Frente Nacional francés porque lo refleja como un partido fascista que se esfuerza por no parecerlo (tanto). Ganadora del Premio Especial del Jurado en el Festival de Venecia, la turca Frenzy es un thriller ambientado en un Estambul apocalíptico tomado por los terroristas.



Y en la sección "Educación" se podrá ver la nueva película de Michel Gondry, Microbe et Gasoil, después de su retrato documental de los jóvenes de Nueva York en Nosotros y yo (2012). En este nuevo filme ambientado en Francia, Gondry narra la amistad entre dos jóvenes que emprenden una aventura con una "casa rodante" que han construido ellos mismos. Home, del belga Fien Troch, se presenta como un filme al estilo Larry Clark (sexo y drogas) sobre una generación de exadolescentes ricos que se niegan a hacerse adultos. De Israel llega Land of the Little People, de Medinat Hagamadim, en la que unos niños hebreos reproducen la violencia con la que han crecido cuando se cruzan con dos desertores.



Tráiler de Microbe et Gasoil, de Michel Gondry

En la sección "Generación" pueden verse películas protagonizadas por jóvenes. Destacan títulos como People that Are Not Me, de la israelí Anashim Shehem Lo Ani, ganadora del premio Talents en el reciente Festival D'A de Barcelona, en el que la directora y protagonista narra la búsqueda del amor en el Tel Aviv de hoy. La búlgara Hristo, de Grigor Lefterov y Todor Matsanov, trata sobre el descenso a los infiernos de un adolescente que pierde su empleo. De Canadá llega Those Who Make Revolutions Half Way Only Dig Their Own Grave, de Simon Lavoie y Mathieu Denis, precedida de un gran éxito en festivales de todo el mundo. Narra la radicalización de un grupo de jóvenes universitarios que deciden emprender la revolución. Y dentro del género documental destaca Robinú, donde el célebre periodista italiano Michele Santoro retrata el submundo criminal de Nápoles en el que los niños aprenden a disparar a los 15 años.



Muy interesante se presenta el ciclo dedicado a Rusia. Pueden verse películas como Voces de Chernóbil, de Pol Cruchten, una adaptación del famoso libro de la escritora Premio Nobel Svetlana Alexievich, en la que vemos un retrato de las personas que sufrieron la tragedia nuclear. Putin Forever?, de Kirill Nenashev, es un alegato contra los modos autoritarios del presidente ruso, que lleva ya casi veinte años en el poder y no da síntomas de pretender abandonarlo. Un poco de historia con Timur Novikov: Zero Object, sobre una de las figuras de la vanguardia de Leningrado en los 80. Dentro del terreno de la ficción, la letona Dawn, en blanco y negro, nos traslada a los tiempos del estalinismo para contar la historia de un joven que denunció a su familia a la policía secreta y fue asesinado por sus padres. La muda Test, de Aleksandr Kott, también nos lleva a los tiempos comunistas para reproducir en tono poético la primera prueba nuclear rusa en las estepas de Kazajistán.



Y entre los cortos, destacamos dos trabajos españoles. La disco resplandece, del laureado Chema Ibarra, narra el devenir de una noche loca de unos jóvenes. En un tono totalmente distinto, Si no soy no puede ser, de Mario Torrecillas, en el que los niños de un campo de refugiados en Cherso (Grecia) cuentan a través de sus dibujos su trágica odisea.



@juansarda