Las tropas aliadas en Dunkerque
Christopher Nolan, el nuevo Rey Midas de Hollywood, se acerca a la II Guerra Mundial para narrar la evacuación de Dunkerque. El estreno del filme, que utiliza códigos del género de terror, viene acompañado por la publicación en HarperCollins del libro en el que se inspiró el director.
El éxito de la maniobra fue vital para el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, y no solo porque sin los soldados rescatados los británicos se hubieran visto obligados a capitular. El episodio, bien gestionado a nivel propagandístico, insufló las fuerzas necesarias al pueblo británico para afrontar todos los obstáculos en el camino hacia la victoria. "Jamás nos rendiremos", espetó Winston Churchill al mundo.
"Es una historia grandiosa. Muy universal, a mi modo ver", explica Christopher Nolan (Westminster, 1970) en una entrevista incluida en Dunkerque (HarperCollins) de Joshua Levine, libro en el que se ha basado el cineasta inglés para desarrollar la historia de su filme homónimo, que se estrena este viernes. "Estuve dándole vueltas a cómo podía plantear la película y a por qué nadie lo había intentado hasta entonces. Y finalmente llegamos a la conclusión de que se debía a que Dunkerque fue una derrota. Y a que sería una película muy cara de producir. Muy aparatosa. Es una historia épica, da igual cómo la estructures".
Carta blanca
La épica viene siendo una constante en la filmografía del director inglés desde que en 2005 reiniciara la saga de Batman con tres irregulares filmes que enmascaraban el simple entretenimiento bajo grandes dosis de oscuridad y grandilocuencia. La fórmula funcionó en taquilla y convenció a gran parte de la crítica y el autor de aquel deslumbrante experimento narrativo que fue Memento (2000) lograba entonces carta blanca de los grandes estudios para afrontar sus nuevos, caros y algo pretenciosos proyectos. Primero se desmarcó con Origen (2010), un alambicado thriller de deslumbrante factura visual que se desarrollaba en territorios oníricos, y más tarde se zambulló en las procelosas aguas de la ciencia-ficción con Interstellar (2014), un frenético homenaje a los filmes del género de cineastas como Kubrick, Spielberg y Tarkovsky. En ninguna de ellas perdió Nolan la oportunidad de seducir al espectador con las espectaculares set-pieces de acción a las que nos tiene acostumbrados.Por todo esto parece natural que el director, cuyo abuelo murió combatiendo en la Segunda Guerra Mundial a bordo de un avión Lancaster, acabara posando su mirada en el género bélico, en el que tan bien parecen imbricarse todas sus inquietudes. Sin embargo Dunkerque se acerca al conflicto de un modo más íntimo que totalizador, indagando en la historia de supervivencia de los soldados y no tanto en la toma de grandes decisiones. "No la veo como una película de guerra", explica Nolan. "Por eso no se ve a los alemanes en pantalla y por eso está planteada desde el punto de vista de los puros mecanismos de supervivencia, más que desde un enfoque político". De esta manera el director afirma que no intentó competir con clásicos del género como Sin novedad en el frente (1930) de Lewis Milestone, La delgada línea roja (1998) de Terrence Malick, o Salvar al Soldado Ryan (1998) de Steven Spielberg. "Dunkerque es una película de suspense, pero tratamos de llevar el suspense visceral lo más lejos posible. De modo que indudablemente te adentras en el lenguaje propio de las películas de terror"."Nadie había realizado antes una película sobre Dunkerque porque se trata de una derrota", afirma Nolan
El filme, que ha logrado poner en marcha todos los recursos de la maquinaria industrial de Hollywood para contar la historia de una derrota -algo bastante difícil de vender en la Meca del Cine- cuenta con un reparto en el que destacan Tom Hardy, Cillian Murphy, Kenneth Branagh, Mark Rylance y la pop-star Harry Styles, ex One Direction. Ellos escenifican la intrahistoria de la evacuación, un maremágnum de relatos individuales y subjetivos en los que es muy difícil encontrar un único elemento simbólico que resuma todo lo que aconteció en la playa de Dunkerque. "Todas mis películas tratan de experiencias individuales, de contradicciones potenciales con la realidad objetiva, y esta película intenta dejar espacio para el número infinito de vivencias y anécdotas que se contradicen entre sí o que sirven de glosa unas a otras", explica Nolan, que en un momento del filme incluyó una escena que le había relatado un veterano de Dunkerque en la que vemos como un soldado se desnuda para meterse en el agua. "No sé qué está haciendo ese hombre, si piensa suicidarse o si de verdad cree que puede escapar de allí a nado. Y la razón de que no lo sepa es que creo que incluso le pregunté si ese hombre iba a suicidarse, y no sabía la respuesta. Y era algo que había visto con sus propios ojos".
Del Brexit a la emigración
El "Espíritu de Dunkerque" hoy está en riesgo de extinción. El Brexit ha generado una crisis en el seno de la Unión Europea y esa alianza trasnacional para enfrentarnos juntos a las adversidades parece que ha pasado a mejor vida. En los márgenes de la nueva película de Christopher Nolan aparecen paralelismos con la actualidad que alcanzan cuestiones como las crisis migratorias. "Una de las cosas más terribles que vive Europa es que nos enfrentamos de nuevo a los problemas físicos, materiales, que plantea el hecho de que un gran número de personas traten de abandonar un país en pequeñas embarcaciones para llegar a otro. Es un paralelismo espantoso, pero en nuestro mundo tecnológicamente avanzado es muy fácil olvidar la importancia que reviste la física más elemental. Teniendo en cuenta que eso está pasando en el mundo actual, no creo que nadie pueda desdeñar lo sucedido en Dunkerque como algo perteneciente a otro mundo o a otra era", opina Nolan.@JavierYusteTosi