Agnès Jaoui protagoniza 50 primaveras, de Blandine Lenoir

Con un amplio recorrido como actriz, Blandine Lenoir (1973) ha colaborado con el director Gaspar Noé en Carne (1991), Jeunesse (1997) y Seul contre tous (1998). Como directora ha trabajado mucho el formato cortometraje, terreno en el que ha recibido varios galardones, y se estrenó en el largometraje en 2014 con Zouzou, que no tuvo demasiada visibilidad en nuestro país.



El 28 de julio Lenoir regresa con su último filme, 50 primaveras (Aurore en la versión original), una película que trata con mucho humor temas como la discriminación de la mujer por parte de la sociedad, el machismo y el sentimiento de inutilidad sexual de la mujer madura. La directora asegura que no abordaría tales cuestiones desde el drama, se siente a gusto con la comedia porque le ayuda a aproximarse a los temas. "El drama no es mi manera de contar las cosas, no sabría hacerlo. La comedia tiene ciertos códigos obligatorios que permiten abordar asuntos dramáticos sintiéndonos más combativos porque hemos podido reírnos de ellos", explica Lenoir a El Cultural.



Aurore, interpretada notablemente por Agnès Jaoui, es la protagonista, una mujer de cincuenta años que está atravesando una etapa de transición emocional y física en la que sus pilares vitales -la familia, el trabajo y las relaciones de pareja- se tambalean. La historia está dominada por personajes femeninos, dueñas del discurso del filme y construidas de una manera muy cercana.







50 primaveras hace un retrato muy realista de la mujer, algo que no coincide con el modo de representación más comercial en el cine. Este punto de vista parece hoy en día todavía muy necesario, teniendo en cuenta que la mayor parte de las producciones tienen una mirada masculina. Lenoir reivindica este realismo en su filme: "Me parece indispensable; hay películas magníficas, auténticas obras maestras, pero en las que sin embargo raramente reconozco en los personajes femeninos a las mujeres que yo conozco".



El personaje de Aurore muestra cómo los diversos roles sociales de la mujer pueden entrar en conflicto. La protagonista se entera de que va a ser abuela en un momento muy crítico, en el que se siente vieja y sexualmente inútil; es aquí donde su individualidad como mujer intenta sobresalir ante su papel de madre y abuela, y por lo que será recriminada. Estas cuestiones son un aspecto fundamental en la película. "Aurore se siente egoísta por pensar en ella, pero su hija también lo es. Todo el mundo es egoísta. A veces los hijos no ven a sus madres como mujeres, solo como madres, y es esto lo que provoca el desajuste entre ellas, se alejan y tienen que volver a encontrarse para que la hija vea a su madre de nuevo como mujer", afirma la directora.



A la hora de retratar a la mujer, Lenoir menciona como influencia a John Cassavetes y a su esposa, la actriz Gena Rowlands; la película La strada, de Fellini; y, por último, a Almodóvar y su universo femenino. Sin embargo "apenas existen comedias que hagan un retrato veraz de la mujer", apunta la directora, en defensa de la comedia como arma.