Enrique Gato, Tadeo Jones y David Alonso. Foto: Nacho López
Los directores de Tadeo Jones 2. El secreto del Rey Midas han logrado con su película el mejor estreno del año para el cine español
Pregunta.- ¿Era un lastre el éxito de Las aventuras de Tadeo Jones a la hora de plantearse la secuela?
David.- Cada película es un reto y la seguridad que teníamos desapareció cuando decidimos que teníamos que superarla. Había que darle un vuelco a todo: al guión, a los personajes, al diseño… En este sentido no tenemos ninguna sensación de habernos quedado dormido en los laureles. Es todo nuevo. No íbamos con tranquilidad, queríamos hacerlo mejor y nos lo hemos complicado nosotros mismos.
Enrique.- Visto desde fuera podría parecer que el éxito de la primera parte era una losa, pero nosotros siempre decimos que con la primera parte se nos quedaron muchas cosas en el tintero y llegamos más hasta donde pudimos que hasta donde quisimos. Y esta vez estamos muy contentos porque hemos podido llegar tan lejos como hemos querido. No hemos aprovechado nada, le hemos dado un vuelco a todo. La pauta número uno fue que cada persona que entra en la sala tiene que notar que Tadeo ha crecido a todos los niveles: narrativo, visual, de personajes, de guión… todo. Insistimos mucho en que no podía ir a rebufo de la primera parte.
David.- Es mi primera película como co-director y estoy muy contento. Estoy con la tranquilidad de que lo hemos dado todo por la película. Nos hemos volcado para que fuera la mejor película que podía ser. Hemos hecho y rehecho las escenas un montón de veces. No podemos estar más orgullosos.
P.- ¿Por qué sigue enamorando al público de ese "patoso" Tadeo?
Enrique.- La película puede ser más o menos infantil, pero también buscamos que tenga un punto adulto y pueda conectar con ese público. Es un tío que se lo curra e intenta hacer todo lo posible para ser arqueólogo, pero es un desastre, todo le sale mal y muchas cosas le acaban saliendo de pura chiripa. Creo que mucha gente empatiza con él porque no es un superhéroe.
David.- En muchas películas ves cómo el protagonista se convierte en un héroe que al principio no es. Tadeo sin embargo no cambia tanto, sigue siendo bastante torpón y soluciona todas las situaciones de aquella manera. Lo que te hace quererle es que lo intenta y que tiene mucho corazón. En este sentido eso es lo que también le hace un poco distinto. Podría ser cualquier persona. Al final lo que tiene es mucho tesón.
Enrique.- Es un tío que arranca en un andamio y acaba salvando al mundo. Ahí sí hay un crecimiento y para hacerlo creíble es complicado, pero terminas entendiendo y llevándolo perfectamente.
P.- ¿Es imprescindible que viva en Chicago y no en España para que pueda funcionar bien a nivel internacional?
Enrique.- En la primera parte sale claramente un pasaporte que dice que él es nacido en Valladolid. La película tiene que tener un punto internacional para poder venderla. Lo vemos como un español que se gana la vida en Chicago, es un emigrante más. Cabe preguntarse si la segunda parte se habría estrenado en cincuenta países como la primera si lo hubiéramos planteado como un personaje de aquí y que la película se desarrollara aquí. Es una duda que siempre tienes. Es algo que se decidió en su día y que tienes que vivir con ello. Tampoco es tan importante. La verdad es que, respecto a lo que queremos contar, da un poco igual de donde sea o donde viva el personaje. Pero en esta película pasa por España y hemos empleado mucho tiempo para que esa parte sea lo mejor posible y creo que la parte de Granada es aquella en la que hemos puesto más esfuerzo.
P.- El personaje de Momia es la gran estrella…
David.- En la primera parte creemos que el humor era uno de los aspectos que podían mejorar y lo hemos trabajado mucho. Incluir a Momia como personaje principal tenía todo esa intención. Nos pasó eso que cuentan muchos creadores de que los personajes en un momento dado parece que adquieren vida propia. Teníamos que pararle los pies porque se nos comía muchas escenas.
Enrique.- Mi hijo me pregunta muchas veces si Momia es chico o chica y es todo a la vez. Es absolutamente ambiguo y eso también lo hace muy divertido. Es un personaje que el público quiere que esté todo el rato y a nosotros nos pasaba igual. Casi nos teníamos que poner un límite. El presupuesto nos daba para ochenta minutos y había que buscar un equilibrio entre la parte de humor y la narrativa.
David. El que tenga esta ambigüedad también nos daba mucha libertad. Lo hacemos desde un enfoque totalmente diferente. Lo hacemos además desde un lugar muy inocente.
P.- ¿Cómo influyen las pautas del género de aventuras?
David.- Nos debemos un poco al género. Muchas veces se habla de género de animación pero efectivamente estamos hablando del género de aventuras. Hemos mezclado bastantes cosas porque también tiene aspectos de road movie y de buddy movie con esa cosa a lo Jack Lemmon y Walter Mathau en la relación entre Tadeo y Momia. Nosotros bebemos mucho obviamente de Indiana Jones pero también de muchas películas de los 80: Regreso al futuro, Los Goonies… Todas esas películas que yo creo que tienen esa combinación perfecta de aventura, de humor, de corazón… Intentas hacer la película que te gusta a ti y lo que has mamado de pequeño.
Enrique.- Lo que no puedes hacer es venderle a la gente una película de aventuras y tener a dos personajes alrededor de una mesa. Una de las claves es que el ritmo sea ágil y esté siempre vivo. No nos permitimos muchas paradas y procuramos tener siempre algo que enganche al espectador y mantenga su atención lo más viva posible.
David.- Una cosa es que nosotros no trabajamos como en una película normal que primero ruedas y después montas. En animación el montaje ya está muy claro desde el principio. La primera edición de la película se hace sobre el story board, allí sí que es muy barato, pero la siguiente, el lay out, ya no lo es tanto aunque sí te puedes permitir probar. La persecución de Granada está tan trabajada porque solo en story board ha habido 300 versiones.
Enrique.- El hándicap que tienes es que debes ver que la película funciona sobre story board y te la juegas mucho.
P.- Ese secreto del Rey Midas recuerda a las tramas de Dan Brown. ¿Fue una inspiración?
Enrique.- Yo soy muy fan de El código da Vinci. Nuestros puzles son mil veces más sencillos que los de Dan Brown pero sí tiene mucho de eso. Ese punto de cómo vas atando cabos a base de entender mapas y buscar pistas. Todo el cine de aventuras nos lo hemos empollado de arriba abajo.
P.- ¿Cómo se sorprende a un espectador como el actual que ya lo ha visto todo?
David.- Aún más con los videojuegos. En la saga de Lara Croft han pasado por todas partes. El reto ya no es sorprender sino crear una conexión emocional o empática con los personajes. Me pasa con películas de Hollywood que no conecto porque no hay esa empatía. El espectador ya está acostumbrado a un nivel tal de efectos especiales que lo tienes complicado para sorprender.
Enrique.- El mundo se ha vuelto muy pequeñito. Sí que quisimos a nivel visual buscar cosas que se hayan visto poco como la Capadocia turca. Más allá de eso la clave está en lo que dice David, que aporte algo de cara a los protagonistas. Si no es fachada.
P.- ¿Y de qué manera trabajan la historia de amor entre Tadeo y Sara?
Enrique.- Ahí tienes esa parte emocional. Por un lado tenemos al obrero que está enamorado de una súper arqueóloga y se siente inseguro por ello y por el otro ella no tiene muy claro si puede dedicarle mucho tiempo por su trabajo. Nos apetecía explorar ese conflicto emocional. Es una película familiar pero también abre una brecha que te permite conectar con los personajes. Y es algo humano que nos pasa a todos, nos ponemos limitaciones mentales nosotros mismos cuando podríamos llegar mucho más lejos.
@juansarda