Jennifer Lawrence en Madre!
Tras recibir abucheos en el Festival de Venecia, Darren Aronofsky estrena en España Madre!. El filme, protagonizado por Jennifer Lawrence y Javier Bardem, no deja indiferente a quien se adentre en su espiral enfermiza.
¿Cómo le sentaría esta acogida al siempre polémico director estadounidense? No lo sabemos con exactitud, pero solo podemos imaginarle regocijándose en su butaca mientras en la platea se armaba la bulla. Y es que todo en este filme tan poderoso como desconcertante parece llevar al espectador de manera intencionada a la encrucijada entre el rechazo absoluto y la adoración sincera. Madre! no deja indiferente a quién se adentra en su enfermiza espiral. "Siempre va a haber diferencias de opinión sobre tu trabajo, y más en una película como esta, que es un cóctel muy fuerte. Habrá gente a la que no le guste, pero estoy preparado para ello", aseguraba Aronofsky en Venecia.
El arranque de la película se mueve dentro de los márgenes del cine de terror psicológico. El único escenario es una casa aislada, situada en el claro de un bosque, que una pareja se afana en reconstruir y arreglar tras quedar calcinada en un incendio. Él, interpretado por Javier Bardem -Aronofsky no le otorga nombre propio a ninguna de sus creaciones-, es un escritor de éxito en crisis creativa que lo perdió todo en el fuego antes de conocer a ella, personaje con el rostro de Jennifer Lawrence, una muy enamorada y algo inocente ama de casa. La llegada inesperada de dos desconocidos -Ed Harris y una fantástica Michelle Pfeiffer que roba cada plano en el que aparece- perturba la paz en el hogar y pronto la situación se vuelve insostenible para ella, reacia a darles cobijo, mientras él parece encantado de prestarles ayuda.
La cámara nunca abandona a Jennifer Lawrence. Es el único punto de vista al que tenemos acceso, una decisión que vincula la película a La semilla del diablo (1968). Y de hecho, durante gran parte del metraje el filme resulta una simple relectura del clásico de Roman Polanski. Sin embargo es en el tercer acto donde Aronofsky se desata como nunca, y eso es mucho teniendo en cuenta que hablamos del director de La fuente de la vida (2006), Cisne negro (2010) y Noé (2014). De hecho, como en esta última, la Biblia es uno de los referentes más claros en la construcción de este apocalíptico final. Con un brillante y megalómano set-piece, el director recrea toda la violencia y el caos que ha provocado el ser humano a lo largo de la historia.
Vampirismo
Ha comentado Aronofsky que tardó solo cinco días en escribir el guion de Madre!, una "experiencia extraña" que surgió de reflexionar sobre lo que está pasando en el planeta y sobre el hecho de que nadie haga nada para remediarlo. Pero la película no se agota en ese mensaje ecologista y humanista sino que indaga también en los roles de género, enfrentando el destructivo ego masculino a la sensibilidad sanadora de la mujer y al instinto femenino. E incluso aborda la creación artística como un acto de vampirismo que quizá sea el centro del relato, en un valiente acto de desnudez por parte del director de Réquiem por un sueño (2000).Lo que sí está claro es que difícilmente se acabarán las lecturas que se puedan hacer del filme, lo que parece ser su último objetivo.
@JavierYusteTosi