Armie Hammer (James Lord) y Geoffrey Rush (Alberto Giacometti) en Final Portrait

Desconozco totalmente los motivos por los que la película Final Portrait (Último retrato) mantiene en España al mismo tiempo su título en el idioma original pero añade, en castelllano, la coletilla El arte de la amistad. En cualquier caso, ambos títulos, el español y el inglés, vienen a explicar sendas dimensiones de la película. Por una parte, se trata de la última pintura que realizó el célebre artista suizo-italiano Alberto Giacometti, una visión muy personal del escritor estadounidense James Lord, de quien opinaba que visto desde un lado tenía cara de delincuente juvenil y por el otro, de degenarado. Y es, también, un reflejo del vínculo afectivo que unió a ambos hombres, el primero casi a punto de morir y el segundo en plena juventud, en un encuentro breve pero intenso. Todo esto, en 1964, un año en el que París vibraba después de la guerra.



Lo cuenta Stanley Tucci en una película académica pero impecable en todos los sentidos en la que la gran estrella es un Geoffrey Rush como Giacometti completamente entregado a la causa. Desmedido, generoso, ególatra, refinado pero como tantos grandes artistas irremediablemente atraído por los bajos fondos, el Giacometti de Rush es un personaje tan contradictorio como verosímil. Un artista sublime pero con su parte de vanidad, que escondía por la casa los fajos escandalosos de billetes que le pagaban por su obra y andaba como loco por una prostituta de mal vivir a la que pintaba una y otra vez. Hay algo de caricatura en la interpretación del actor británico, pero es muy posible que el propio Giacometti tuviera algo de caricatura. En cualquier caso, lo que vemos es a un hombre interpretar con apasionada fruición el papel de "artista", caótico, imprevisible y obsesivo.



En la piel de Lord, un refinado homosexual que alcanzaría brillo como escritor de las biografías del propio Giacometti y de Picasso, además de amigo de ambos, está Armie Hammer, ese actor ario que ahora está en la cúspide gracias a Llámame por tu nombre, película que parte como favorita para los Oscar y llega en breve a nuestras pantallas. Es Final Portrait una película de grandes actores dirigida, no parece casualidad, por otro actor como Stanley Tucci, uno de esos grandes secundarios de Hollywood que ha salido en infinidad de películas, 123 según IMDB contando las series, que van de El honor de los Prizzi en 1985 a Transformers, el último caballero, en 2017. Y Tucci, buen compañero, deja que tanto Hammer como Rush, sobre todo, puedan explayarse a gusto con ambos papeles. Con tono de comedia y un ritmo muy bien medido, Final Portrait tiene la virtud de entretener y hacerlo con dignidad.



@juansarda