Image: Norberto López Amado: En África ves el mundo real como en ningún sitio

Image: Norberto López Amado: "En África ves el mundo real como en ningún sitio"

Cine

Norberto López Amado: "En África ves el mundo real como en ningún sitio"

El director acaba de estrenar El cuaderno de Sara, un thriller rodado en Uganda protagonizado por Belén Rueda con la guerra del coltán como telón de fondo

2 febrero, 2018 01:00

Norberto López Amado y Belén Rueda durante el rodaje de El cuaderno de Sara

Por motivos que tienen que ver con la historia pero también con muchas cosas más, el cine español pocas veces se atreve con escenarios exóticos. Mucho menos con el África subsahariana, territorio que sigue casi virgen en nuestra cinematografía. Lo vemos en El cuaderno de Sara, película de Norberto López Amado sobre una española ya madura (interpretada por Belén Rueda) que viaja a la selva del Congo para encontrar a una hermana que trabajaba en una ONG y que está ilocalizable. Un viaje desde el primer mundo hasta las tinieblas de lo desconocido con las guerras africanas como telón de fondo y la batalla por el coltán (un material necesario para fabricar móviles que desata los odios tribales) liándolo aún más todo. Hablamos con Norberto López Amado, cineasta al que conocemos por otros títulos como La decisión de Julia (2015) o series de televisión de éxito como Mar de plástico sobre un filme en el que se dan cita el gran género de aventuras con la odisea emocional e introspectiva.

Pregunta.- ¿Cómo resultó ser el viaje a Africa?
Respuesta.- Fue un viaje muy largo con mucho riesgo. Íbamos cinco semanas a África sin ninguna garantía. Nos sonrió mucho la suerte y la entrega de todo el equipo. Rodamos la película en Uganda, no en el Congo, porque allí tienen cierta infraestructura, aunque muy pequeña, de los safaris. El impacto que te azuza cuando llegas a esa zona es espectacular por el caos y el desorden, hay algo sobrecogedor. El cuaderno de Sara habla de cosas que están ocurriendo en este momento, está muy presente. Hay muchos españoles allí.

P.- ¿Hablaron con esas "Saras" de la vida real que se juegan la vida salvando vidas con las ONG en escenarios imposibles?
R.- La película habla de cuidar al otro, es un viaje pero no deja de ser una excusa para descubrir que hay personas en el mundo que se dedican a cuidar de los demás, como una llamada casi religiosa. Son personas que renuncian a todo y van para allá. Y sí, nos encontramos a una Sara de verdad. No es gente perdida, se dan cuenta del desconocimiento que tenemos sobre esa parte de África y lo que hacen ellos allí. Te cuentan que la primera semana te quieres volver, al mes no lo puedes soportar y, si aguantas el año, es muy posible que ya no regreses. No queríamos hacer una película de denuncia pero a través de la ficción también puedes hablar de cosas importantes y graves como el conflicto por el coltán.



P.- También vemos un momento en el que se acusa a las ONG de haberse profesionalizado demasiado y de que son negocios como otro cualquiera.
R.- Es innegable que hay personas que trabajan en algunas ONG y lo utilizan como trampolín. Las usan como plataformas para otros cargos con responsabilidad internacional. Pero también existen otras personas, como Sara, que tienen una dedicación inmensa y realmente hacen ese sacrifico por una idea de salvar al mundo. Necesitamos a más personas como ella capaces de ayudar a muchas personas.

P.- ¿Los sentimientos cambiantes y de confusión que tiene ella representan al espectador?
R.- El personaje de Sara representa al espectador. Yo soy muy miedoso, no soy nada aventurero, y estaba acojonado. El título original era Cuando llega la noche porque rodábamos en sitios que se volvían muy peligrosos cuando oscurecía. Los primeros días me sentía extraño porque en el equipo de rodaje muchos tuvieron como una especie de iluminación que a mí no me llegaba. Hasta que finalmente hubo un momento en el que la belleza del paisaje, el color salmón en el cielo y la conciencia del sufrimiento de la gente surtieron ese hondo impacto en mí. Es una mezcla entre belleza y amenaza que resulta muy atractiva.

P.- En el filme también vemos una mezcla entre película de aventuras, drama, cine político... ¿Cómo trabajó con ese mix de géneros?
R.- Esa mezcla entre aventura y denuncia era claramente el reto de la película. Yo la veo como una película río que te va llevando. Hay un referente que es El corazón de las tinieblas de Conrad, esa cosa de que te acercas y te alejas del objetivo al mismo tiempo. Una vez llegas adonde estás buscando, ¿qué haces? Era importante plantearse estas preguntas pero sin que exista una respuesta clara. En ningún sitio del mundo ves el mundo real como en África. Los niños soldados te cuentan lo que ven, una ira y un miedo abismales que ya es casi imposible que se vaya nunca.

@juansarda