De máxima actualidad por la retención de su barco de salvamento en Sicilia por parte de la justicia italiana, la ONG Proactiva Open Arms protagoniza un avance del documental de la cineasta Paula Palacios, aún en desarrollo, que recoge la infatigable labor de sus miembros. Acusados de "tráfico de personas" por el fiscal de Catania, la organización que dirige Óscar Camps es de las últimas que aún operan en aguas del Mediterráneo haciendo frente no solo a los peligros del mar: el jueves pasado, sin ir más lejos, y en aguas internacionales, los guardacostas libios amenazaron con abrir fuego contra ellos si no les devolvían a los migrantes rescatados.

La productora del documental, Morada Films, ha difundido imágenes obtenidas durante el rodaje del documental que resumen la misión de rescate número 39 de la organización. Compuesta por 19 personas, la tripulación recorre 1.500 millas en 15 días y salva 905 vidas en alta mar, en medio de la mayor crisis migratoria desde la II Guerra Mundial. Durante la misión, y ante la cámara de Palacios, murió un chico joven y un bebé de 3 meses y además fue encontrado a bordo otro bebé fallecido de una de las embarcaciones.

"Nos sentimos abandonados. Tiene que haber barcos, tienen que ayudarnos. Tenemos seres humanos a bordo en peligro de muerte y estamos a pocas horas de navegación, estamos cerca de Europa", declara en el vídeo un apesadumbrado miembro de la tripulación.

"Existe la urgencia de actuar frente a este tema de una vez, de no dejarlo en un horizonte lejano y por eso, ahora sacamos este vídeo que espero movilice conciencias de la gente y de las instituciones que, sí, pueden cambiar las cosas. Es una tragedia a la que no pueden seguir dándole la espalda", opina la directora, que ha rodado más de 25 documentales sobre la situación de las mujeres, la migración y, especialmente, sobre refugiados.

El futuro documental del que formarán parte estas imágenes se titula Cartas Mojadas y tiene como punto de partida las cartas encontradas en la orilla de una playa lejana y eso nos traslada a la historia de varias mujeres refugiadas que han sido separadas de sus hijos al huir de sus países de origen. La directora ha seguido a estas madres a lo largo de varios años en sus periplos por comunicarse con sus hijos, a quienes, a través de estas cartas, les narran sus dificultades para llegar a los nuevos países dónde ahora viven, así como su día a día en el intento de integrarse en una cultura distinta a la suya.

Con el apoyo del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), el equipo de Morada Films lleva desde 2015 rodando en Grecia (Lesbos, Idomeni) Macedonia, Serbia, Hungría, Austria, Alemania, Francia (Calais, París), España, Colombia, Somalia, Irak, Etiopía, Eritrea, Bangladesh para realizar este documental.