Guillaume Canet y Marion Cotillard en Cosas de la edad
Célebre actor y director francés, Guillaume Canet (Boulogne-Billancourt, 1973) ha tenido grandes éxitos como Pequeñas mentiras sin importancia (2010) detrás de la cámara o como actor en filmes como Perdido, actualmente en cartel. Pareja de Marion Cotillard, ambos triunfan a lo grande con la hilarante Cosas de la edad, una parodia sobre la resistencia a envejecer en la que los actores se ríen de sí mismos y del mundo del cine. Y todo ello, sin dejar de hacer de ellos mismos porque en el filme, Canet interpreta al propio Canet en horas bajas. Está rodando una película con ínfulas de cine independiente que considera una basura y para colmo le toca hacer el papel de padre de una joven de 21 años interpretada por una actriz que para aún mayor agravio le dice que en una lista de actores con morbo ella y sus jovencísimas amigas le han catalogado como cero sexi.A partir de esa comentario malicioso pero desde luego no tan grave, el mundo de Canet se desmorona. Atormentado por el paso del tiempo, de repente se da cuenta de que más que viejo ya no es joven y, encima, la gente lo considera un pardillo cuando él quiere ser un tío enrollado. No en vano, la película se llama Rock and roll en versión original. Entonces comienza la locura, se droga, sale por la noche hasta altas horas, fantasea con ligarse a jovencitas e incluso comienza a fumar a una edad en la que la mayoría de la gente lo que hace es dejarlo. Y sobre todo, empieza una odisea de operaciones de cirugía estética que literalmente desfiguran su rostro hasta dejarlo irreconocible.
Cosas de la edad es mejor de lo que parece porque detrás de su ligereza Canet aprovecha para lanzar dardos a diestro y siniestro. Sin caer en la simpleza de decir "qué duro es ser famoso", el artista nos muestra la cara B de lo que vemos en las revistas: la facilidad con la que la gente es faltona con las celebridades "porque va en el sueldo" o la angustia de vivir momentos intensos con la familia y que haya un fotógrafo a la vuelta de la esquina. Cada vez más graciosa e irreverente, con un punto de autoburla que demuestra cintura y quizá muy difícil en un país comop el nuestro en el que seguimos apegados a nociones de honor y de falso orgullo higaldescas, Cosas de la edad avanza imparable hasta convertirse en una absoluta delicia para terminar con esa desopilante parodia de la cultura americana en la que queda claro que pocas parejas en Europa hoy día acumulan el talento y la gracia del tándem Cotillard-Canet. Son sensacionales.
@juansarda