Juan Antonio Bayona

Pese a los éxitos de Neville, Buñuel y Amenábar, entre otros, nunca había surgido un grupo de directores españoles capaces de trabajar con regularidad en la industria de Hollywood. Desde Juan Antonio Bayona, que estrenará en junio la nueva entrega de Jurassic World producida por Spielberg, y Alexis Morante hasta los éxitos indie de Antonio Méndez Esparza y Ana Asensio, que triunfaron en los Independent Spirit Awards. Hablamos con creadores y productores sobre las oportunidades que genera la meca del cine y cómo gestiona su talento.

El próximo 8 de junio llega a los cines españoles Jurassic World: El reino caído, quinta entrega de esta franquicia archimillonaria que arranca en los 90 y que, si nada falla, recaudará una cantidad supersónica en la taquilla. Aunque a lo largo de la historia ha habido otros cineastas españoles que han puesto una pica en Hollywood -ahí están Neville, Buñuel o Amenábar- ninguno había logrado como Juan Antonio Bayona (Barcelona, 1975) dirigir una superproducción de más de 100 millones de dólares.



Mientras, en el otro extremo del espectro, el pasado 3 de marzo, una película española con un presupuesto ajustadísimo como La vida y nada más, de Antonio Méndez Esparza (Madrid, 1976) se alzaba en los premios Independent Spirit Awards con el galardón John Cassavetes, que reconoce a la mejor producción del año con un presupuesto inferior a los 500.000 dólares. No solo esa película, Most Beautiful Island, dirigida por otra expatriada como Ana Asensio (Madrid, 1978), fue también nominada.



En EE.UU hay un mercado enorme. Eso sí, Europa tiene una concepción más artística del cine". A. Morante

Son algunos hitos de una hornada de españoles en Estados Unidos que está triunfando en una meca del cine que históricamente no ha sido generosa con los españoles. Ahí está ese Buñuel quejoso en sus memorias sobre sus dificultades en Los Ángeles. Pero las tornas han cambiado.



Sin duda el más exitoso es Bayona, que está terminando estos días su entrega de Jurassic World en la que, cuenta, se verá "la secuencia más grande jamás rodada" en un filme de la serie. Discípulo confeso de Spielberg, Bayona ha explicado que colaborar con el maestro y productor y con el guionista Colin Trevorrow, autor de la anterior película de Jurassic World, fue el primer y más importante incentivo. "Spielberg te hace sentir importante, escucha tus ideas y no tienes la impresión de que quiere imponerte algo", ha dicho Bayona.



La recompensa del trabajo

El director de Lo imposible es un referente para esos expatriados que están teniendo suerte en la meca del cine. La productora Rosana Tomás (Barcelona, 1979), que lleva en California desde los 20 años, declara que a principios de milenio la colonia patria era casi inexistente salvo algunos históricos. "Me vine sola con dos maletas y aquí no había ni un español", recuerda a El Cultural. "No soy directora ni guionista, no tengo ningún talento especial salvo que curro como una bestia y aquí trabajar así tiene recompensa".



Alexis Morante

Tomás ha triunfado en nuestro país con la producción de La novia, dirigida por Paula Ortiz, que fue una de las sorpresas de la temporada de 2015. Sin embargo, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria en Estados Unidos, donde ha podido conocer todos los palos de la industria interviniendo en proyectos que van de cortos underground a la coordinación de producción de series tan populares como Weeds o Big Little Lies pasando por blockbusters puros y duros como Jumanji: Bienvenidos a la jungla.



La productora lo tiene claro: nunca jamás la colonia española ha sido tan numerosa ni tan exitosa. Un ejemplo es el caso de Jaume Collet-Serra que con El pasajero (2017) ha superado por cuarta vez los 100 millones de recaudación en taquilla. El triunfo de Bayona es el colofón a una reconquista que empezó a finales de la década pasada con la crisis económica, cuando los rodajes de películas españolas cayeron de manera estrepitosa y muchos cruzaron el charco agobiados por unas circunstancias muy adversas para el cine.



Para el capitalismo americano el talento es una ventaja comercial. Creen que lo pueden explotar". A. Asensio


Méndez Esparza tuvo que marcharse para sacar adelante a su familia. Tras el éxito en festivales de Aquí y allá (2012), la crónica del descenso a los infiernos de un emigrante mexicano en Estados Unidos, se propuso producir en nuestro país un proyecto de mayor envergadura para darse de bruces con la ruina que asolaba al cine español en ésa época de recortes. "Me ofrecieron un puesto como profesor de cine en la Universidad de Tallahassee y me vine". Para poder realizar La vida y nada más, la dramática historia de una madre afroamericana, Esparza necesitó pasar una buena temporada sobre el terreno. "Para mí el glamour de los festivales o de los estrenos queda muy lejos. Mis películas surgen de la observación, de empaparme del lugar".



Si Tomás fue a Estados Unidos buscando un sistema de trabajo en el que se sintiera más cómoda y Esparza no tiene empacho en definirse a sí mismo como emigrante económico, dos cineastas como Èric Boadella (Barcelona, 1980) o Alexis Morante (Algeciras, 1978) podrían estar a medio camino entre una situación y otra. Boadella ha rodado en Los Ángeles, donde está su casa, la comedia indie El maestro del brindis (2014), sobre un patriarca armenio que trata de inculcar a su sobrino los valores de un buen brindis en una boda. Alexis Morante es de Algeciras y compagina sus trabajos en la televisión estadounidense o publicitarios con los videoclips. Ha rodado todos los de Bunbury y es uno de los más solicitados del mundo latino, con sus propios cortometrajes. Estos días presentará en el Festival de Málaga sendos documentales sobre Alejandro Sanz y Camarón, mientras prepara su salto al largo de ficción con Island of Last Resort, sobre una isla que recibe gente para suicidarse.



Tanto Boadella como Morante llegaron a Estados Unidos con una beca. El tiempo y las circunstancias les han hecho quedarse. Ambos han pospuesto el regreso porque casi sin darse cuenta han ido encadenando un proyecto tras otro: "Al principio te topas con todas las dificultades: el visado, el dinero, el idioma... pero cuando ves que la cosa funciona te quedas. Tan sencillo como que en este país la audiovisual es la segunda industria y hay muchas oportunidades", dice Morante. "Hay mucha competitividad pero también hay un mercado enorme. Eso no quita para reconocer que en Europa sigue habiendo una concepción más artística del cine".



Ana Asensio en un rodaje

Boadella también se ha acabado quedando, por lo que percibe como un mayor dinamismo: "En España las vías de financiación se agotan muy rápido. Todo el mundo está intentando conseguir dinero de las televisiones o de las subvenciones. Da la impresión de que solo logran rodar los grandes nombres. Aquí te encuentras con que hay mucha gente dispuesta a financiar tus proyectos, personas que muchas veces ni siquiera tienen que ver con lo audiovisual. Al final es verdad que te acabas sintiendo cineasta y vendedor de enciclopedias porque te pasas media vida vendiendo tu película, pero tienes muchas puertas donde llamar".



La realidad del ‘sin papeles'

Ana Asensio ha tenido un gran éxito con su debut como directora de Most Beautiful Island, un thriller ambientado en Nueva York. La también actriz nos cuenta en este trabajo, basado en algunas de sus experiencias, la vulnerabilidad de los emigrantes y la dificultad de sobrevivir a base de pequeños empleos mal pagados. "Reflejo la etapa en la que se me terminó la visa de estudiante y aún no había conseguido el permiso de residencia. Estaba en una situación muy precaria y eso te lleva a tomar todo tipo de malas decisiones". Asensio ha experimentado al mismo tiempo la dura realidad del ‘sin papeles' que sobrevive casi de milagro y el dinamismo de una industria que se entusiasma cuando capta talento. Desde Los Ángeles, donde ha viajado para tener reuniones con productores, nos cuenta que el éxito del filme en el festival South By Southwest de Austin, donde ganó el Gran Premio del Jurado, le abrió las puertas de manera inmediata.



En España las vías de financiación se agotan rápido. En EE.UU, hay más puertas donde llamar". Éric Boadella

"Se movió todo muy rápido y al día siguiente ya tenía llamadas de agentes de Hollywood", reconoce. Dentro de la lógica de capitalismo americano, el talento es una ventaja comercial. Cuenta Asensio: "Este es un país racista para muchas cosas pero no para el talento porque lo ven como algo que pueden explotar en su beneficio. Most Beautiful Island costó 200.000 euros y, lo más curioso, algunos de los que pusieron dinero exigieron una cláusula en la que se aseguraban participar en la siguiente si iba bien. Ellos lo ven como una inversión". Una concepción industrial del cine que tiene cosas buenas y malas. "Me sorprendió que me llegaran tantos guiones de Hollywood, donde por lo visto hay muchísimos esperando a que alguien los ruede. Yo siempre he tenido la intención de dirigir mis propios proyectos", nos cuenta Asensio. Según Morante, es más fácil desarrollar proyectos personales en España que en Estados Unidos, donde lo industrial se lo come todo. Sin embargo, el productor Pau Brunet (Barcelona, 1981), responsable con LA Panda Productions de títulos como el recién estrenado Tierra firme, de Carles Marqués-Marcet, o de Nadie nos mira, lo nuevo de Julia Solomonoff, se lanza a nuevas aventuras con su socia Jana Díaz con la voluntad de reforzar los lazos entre la producción de California y la latinoamericana.



Un canto a la diferencia

"Cuando vi los últimos Oscar tuve la sensación de que estábamos en el camino correcto", explica Brunet a El Cultural desde Los Ángeles. Una ceremonia en la que ganó un director mexicano como Guillermo del Toro con una película como La forma del agua que es un canto a la diferencia. "Queremos romper el mito de que todas las historias están contadas. Lo están, pero por los mismos. Ahora toca que otros cuenten las suyas. Y nosotros queremos hacerlo. Desde el principio Jana y yo hemos apostado por un cine más autoral. Con Axel Shalson hemos encontrado el compañero perfecto. Y esto se ha sumado en un momento concreto en el que en Los Ángeles se lucha por tener un cine que dé visibilidad a lo invisible".



Antonio Méndez Esparza

Según Brunet, y la productora Rosana Tomás le da la razón, el modelo español que prima en las subvenciones a las grandes producciones, siguiendo el principio de "pocas películas y con nombres conocidos", acabará destruyendo ese "cine de en medio" con una vocación más artística que ha sido santo y seña de la producción europea. Mientras, en Estados Unidos, el auge de plataformas como Netflix o HBO está propiciando un renacimiento de ese cine independiente que también forma parte de la leyenda de Hollywood. "Estamos en un momento en el que se está acabando el modelo Miramax de cine independiente y está surgiendo algo mucho más radical e interesante. Nosotros apostamos por un cine de bajo presupuesto que también permite pagar las facturas. Y lo vamos a hacer con Latinoamérica, que es un territorio en el que ahora mismo hay mucha creatividad".



El auge de las nuevas plataformas está propiciando un renacimiento del cine independiente". Pau Brunet


¿Añoranza de España? Algunos, como Carles Torrens (Barcelona, 1984) quieren conseguir la cuadratura del círculo y vivir entre los dos países. Amante del género, Torrens ha rodado sendas películas de terror para el mercado americano, Emergo (2011), en Barcelona con actores estadounidenses, y Animal de compañía (2016), en Los Ángeles. Torrens cree que no hay tanta diferencia entre trabajar a uno y otro lado del charco: "Estados Unidos es más profesional para bien y para mal. En España los equipos se implican de una manera más emocional en los proyectos. En América están mucho más especializados pero los contratos son muy rígidos".



Aunque muchos lo crean, precisamente por las películas, en Hollywood el dinero tampoco llueve del cielo. Es cierto que los sueldos son más altos, pero también lo es el coste de la vida, como nos recuerda Alexis Morante. Eso sí, todos los consultados reconocen que en la cultura anglosajona no se juega con el dinero y los retrasos eternos en el pago o las trampas, no tan infrecuentes en nuestro país, están fuera de la norma. Más de cien años después de que lo fundaran unos exiliados judíos de origen europeo, la industria de Hollywood sigue siendo el destino para muchísimas personas de todo el mundo que sueñan con dedicarse al cine. Muchos españoles lo están consiguiendo.



@juansarda