Gloria Muñoz protagoniza Mi querida cofradía, el debut de Marta Díaz de Lope

Acogida con gran éxito en el pasado Festival de Málaga, donde ganó el premio especial del público, Mi querida cofradía es el debut en la dirección de la joven realizadora Marta Díaz de Lope, que refleja en el filme el peculiar mundo de las cofradías y hermandades de Semana Santa de Andalucía, un mundo impenetrable para el profano plagado de ritos, misterios y sutilezas que lo hace, efectivamente, dramáticamente muy rico. De todos modos, no hace falta ser un experto en los cristos y las vírgenes malagueños para entender de qué va esta divertida película: el machismo ancestral español, las luchas de poder en una comunidad pequeña y fácilmente víctima de odios y recelos atávicos o ese mundo de escala humana de la provincia en el que las vecinas forman parte de la familia y donde es difícil distinguir dónde empieza la solidaridad y dónde la mutua vigilancia. Todo ello en tono de comedia negra, negrísima.



Gloria Muñoz, figura importante en el teatro madrileño, interpreta a la protagonista del filme, Carmen, una setentona que después de toda una vida dedicada a la hermandad aspira a presidirla rompiendo la tradición atávica de que solo un hombre puede hacerlo. Cuando pierde la votación, amañada por el cura, Carmen literalmente se desquicia y después de amenazar al falso ganador, le seda con tranquilizantes para ocupar su puesto durante la Semana Santa para tratar de obtener, al fin, el reconocimiento que sin duda merece. El problema es que, para conseguirlo, la protagonista quizá deberá forzar la máquina más de lo que la moral y la mínima prudencia aconsejan.



Breve y divertida, Mi querida cofradía le da una nueva vuelta de tuerca al clásico punto de partida de la comedia que podríamos llamar "este muerto está muy vivo", parafraseando el título de un clásico pop de los años 80 en el que dos estudiantes trataban de hacer pasar por vivo a un fiambre. Hace poco, veíamos la española La noche que mi madre mató a mi padre (2016), de Inés París, en la que los equívocos sobre la vida y la muerte también producían hilarantes resultados. Si la comedia es el arte de reírse de aquello que nos da miedo, está claro que las películas que se ríen de la muerte atacan directamente al corazón del mayor miedo de todos.







A veces Mi querida cofradía es víctima de una cierta precariedad de medios y el guión fuerza demasiado asuntos como el machismo o la injusticia sufrida por la protagonista para hacerla más simpática cuando no hace falta tanto subrayado. Pero en todo momento te ríes y te diviertes con una película que, en forma de sainete o lo que en Hollywood se llamó screwball comedy, logra crear una villana absolutamente deliciosa mientras la víctima es el verdadero cafre. Con un elenco en estado de gracia en el que destaca Pepa Aniorte como hija en crisis matrimonial o Juan Gea como clásico señorito andaluz insoportable, Mi querida cofradía logra reflejar con gracia y personalidad un mundo muy particular y al mismo tiempo crear una hilarante parodia de las pasiones humanas.



@juansarda