Adrián Orr

El director estrena Niñato, un filme que, desde la verdad del documental pero con formas de ficción, nos acerca la historia de un joven padre que en un entorno de precariedad laboral encuentra una vía de escape en el hip hop.

Ganadora de diversos premios en el Festival de Sevilla y en el BAFICI de Buenos Aires, la película española Niñato, dirigida por Adrián Orr, nos acerca desde la verdad del documental, pero con formas de ficción, a una realidad minúscula pero acaso representativa de la propia sociedad española. Cuenta este filme la historia de un joven padre que se hace cargo de su hija Luna y sus dos sobrinos, Mía y el terremoto Oro. En un entorno de precariedad y de desempleo, el protagonista, David Ransanz, encuentra una vía de escape en el hip hop y en una relación intensa con los niños en tiempos de padres atareados que siempre tienen cosas mejores que hacer. Con un estilo sencillo en el que destaca lo afectivo y lo emocional, Niñato es un pedazo de vida rodado durante casi seis años en el que el paso del tiempo, la creación de los afectos y los gestos pequeños convertidos en poesía toman la palabra.



P.- ¿Cuenta Niñato la realidad "real" o una realidad construida?

R.- La idea de hacer la película era reflejar las contradicciones de estas personas, no crear unos personajes. Me inspiré en la realidad y no quería que mi mirada la condicionara de ninguna manera. Puede que haya algo que recuerde a la ficción por la forma en que la película está montada y construida, pero no hay manipulación de lo que vemos. He tratado de filmar la intimidad de esta familia siendo lo más fiel posible a su realidad.



P.- ¿Diría que es una familia atípica o atípicamente normal?

R.- Desde su excepcionalidad, son cosas muy normales. Cuando salí del barrio para ir a la universidad a mis compañeros les sorprendía mucho algunas de las historias que les contaba, pero para mí eran muy normales. He intentado reflejar a estas personas de tú a tú, sin tesis previas ni buscando nada. Es un reflejo de la clase trabajadora española realizado por alguien que pertenece a ella, intento respetar lo que ellos son sin ver ningún cliché en ello. Por otra parte, existe esa precariedad económica, pero también a un padre que pasa tiempo con sus hijos, los cuida y los quiere. También es bueno apostar por otros valores.



Niñato

P.- ¿Está renunciando el cine español al realismo?

R.- Hay una idea ahora mismo de hacer "cine de industria", muy apegado a códigos de género, lo que hace que las películas se parezcan. En Niñato he intentado mirar los gestos de lo cotidiano, me interesa mucho cómo se transforman al ser filmados y vistos en una pantalla grande. Hay elementos poco "peliculeros" que pocas veces se ponen en valor en el cine donde todo son bodas, nacimientos y grandes dramas. Yo he querido construir esta película desde lo cotidiano.



P.- ¿Ha desaparecido la clase trabajadora del cine?

R.- Lo decía Pasolini, la clase trabajadora solo aparece en el cine cuando hay crímenes o asesinatos. Y de repente cuando aparece alguien es Bustamante y lo que se hace es remarcar que aún siendo albañil ha llegado a ser una estrella. Se sobreentiende la contradicción. Lo que vemos en televisión es una exaltación constante del dinero y la riqueza, como esas fotos de Rihanna con un traje carísimo en la gala del Met. Por suerte veo poco la televisión, pero la forma en que oculta la realidad se parece a eso del posthumor.



P.- ¿Cómo ha filmado la película para estar cerca de los personajes?

R.- Había que reducir los medios técnicos a lo mínimo. Siempre he filmado mis cortos y estudié bien la parte técnica de sonido e imagen para poder estar yo solo con ellos y que no se perdiera esa sensación de intimidad. He hecho esta película en cinco años y medio sacando tiempo de donde he podido, algunas semanas me acercaba un par de veces y los grababa toda la tarde. Era un proceso en el que había que dejar que pasara la vida y fuera imponiendo su propio relato. La idea del tiempo nos ofrece una doble lectura porque pasa de una manera distinta entre los niños que los adultos. Me interesaba ver cómo las relaciones entre ellos se transformaban con su paso.



@juansarda