Campeones, de Javier Fesser

La película Campeones, de Javier Fesser, representará a España en la categoría de mejor película de habla no inglesa en la próxima edición de los Premios Óscar. La Academia de Cine española, que ha comunicado la noticia en su sede de Madrid este jueves, ha elegido el filme entre la terna de preseleccionadas que formaba junto a Handia, de Jon Garaño y Aitor Arregi, y Todos lo saben, de Asghar Farhadi.



Campeones cuenta la historia de un entrenador de baloncesto interpretado por Javier Gutiérrez que atraviesa el clásico viaje de caída y redención gracias a un equipo formado por personas con síndrome de Down y ha sido unánimemente elogiada por su contribución a la integración de personas con discapacidad en el mundo del cine profesional. "La última versión del guion está escrita después de un acercamiento profundo a personas con discapacidad intelectual, a sus asociaciones y a sus clubes deportivos", explicó el director en una entrevista en El Cultural con motivo del estreno de la película el pasado mes de abril. "Hubo un casting muy amplio donde ya escogimos a diez protagonistas. Desde esa experiencia, impagable, de gestos, acciones, miradas y expresiones de tantos de ellos, la película está construida desde la verdad. Y ellos mismos han impuesto el tono, sin preocupaciones de lo que es correcto o incorrecto, pero siempre desde mucha generosidad y mucho respeto".



Javier Fesser en el rodaje de Campeones

En Campeones vemos la caída a los infiernos de Marco (Javier Gutiérrez), un entrenador de baloncesto profesional que trabaja como segundo instructor del Real Madrid. Tras un episodio violento, cae en desgracia, es despedido y, como los problemas nunca vienen solos, le pillan borracho al volante y, por su grave imprudencia, le toca hacerse cargo de un equipo muy amateur formado por personas con síndrome de Down. Tierna y divertida, Campeones cuenta la clásica historia de caída y redención de un personaje antipático que se rodea de los muy simpáticos discapacitados intelectuales. Premiado con un Goya por Camino (2008), Javier Fesser es totalmente fiel a sus códigos estéticos, muy influidos por el cómic, pero al mismo tiempo logra lo más complicado: que nos caigan bien sus peculiares protagonistas sin caer en lo lacrimógeno.