2001: A Space Odyssey, directed by Stanley Kubrick (1965-68; GB/United States). Stanley Kubrick on set during the filming. © Warner Bros. Entertainment Inc.

El CCCB presenta la exposición Stanley Kubrick, un recorrido cronológico por la obra de este genio del cine, creador de obras maestras en una gran diversidad de géneros cinematográficos. La muestra repasa su trayectoria creativa desde sus años de aprendizaje como fotógrafo en la revista Look, deteniéndose en sus doce largometrajes, hasta sus proyectos nonatos o encargados a la responsabilidad de otros cineastas.

Existen una serie de tópicos que han perseguido, ya fuera en vida o muerte, a Stanley Kubrick (Nueva York, 1928 - St Albans, Reino Unido; 1999). En primer lugar, siempre se ha hablado del cineasta estadounidense como una especie de ermitaño, como un hombre aislado e inalcanzable que veía el mundo desde su torre de marfil. Y, además, tiene bastante predicamento la idea de que el corpus fílmico del director de Lolita es extremadamente diverso y que, en la gran disparidad de géneros que aborda, no existen unas constantes estilística y temáticas bien definidas. Sin embargo, la exposición titulada sucintamente Stanley Kubrick, que abre sus puertas este miércoles en el CCCB, viene a derrumbar estas sentencias preconcebidas sobre el director. "No era ningún ermitaño, sino un trabajador incansable, ciertamente muy obsesivo y minucioso, que exigía a todos sus colaboradores el mismo grado de compromiso que ponía él en cada trabajo", explica el crítico de cine Jordi Costa, comisario de la exposición. "Muchos de los actores que trabajaron con él, como Malcolm McDowell o Shelley Duvall, se resintieron en algún momento del esfuerzo al que les había obligado a someterse Kubrick pero, posteriormente, acabaron reconociendo que estaban muy orgullosos de su presencia en el imaginario del director".



La exposición repasa cronológicamente cada una de las obras de Kubrick con la proyección de algunas escenas emblemáticas de cada una de ellas y la exhibición de un exhaustivo material relacionado. Películas a priori tan dispares como la sátira sobre la Guerra Fría ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú, el clásico de la ciencia-ficción 2001: Una odisea del espacio o la terrorífica El resplandor. "Cuando haces el recorrido que planteamos en el CCCB te das cuenta de que no solo hay unas constantes estilísticas en su obra, sino también temáticas", asegura Costa. "En toda su obra sobrevuela la idea de la guerra, de la violencia como un elemento cohesionador a lo largo de la historia, del conflicto entre el deseo de perfección y la vulnerabilidad humana o de la incapacidad que tiene el hombre de comprender y relacionarse con el deseo femenino, de manera que toda relación amorosa siempre acaba llevando a una forma de violencia".



Stanley Kubrick durante el rodaje de Barry Lyndon (1973-75; GB/United States) © Warner Bros. Entertainment Inc. Photo: Jan Harlan

Comisariada por Hans-Peter Reichmann y Tim Heptner, del Deutsches Filmmuseum de Frankfurt, la muestra ya se ha podido ver en diferentes ciudades de todo el mundo como Ciudad de México, Los Ángeles, Seúl o París. Presenta una cuidada selección de más de seiscientos ítems entre imágenes en movimiento (unos cuarenta audiovisuales); objetos y material procedentes de los archivos personales del director (documentos de investigación y producción, guiones, fotos fijas, maquetas, cámaras y objetivos…), y la correspondencia con el talento que lo rodeó. Los seguidores de Kubrick encontrarán piezas icónicas, utilería y vestuario original como el Niño de las Estrellas y el disfraz de hombre mono, de 2001: Una odisea del espacio; los vestidos de las hermanas gemelas y el hacha de Jack Torrance de El resplandor; el casco con el lema 'Born to kill', de La chaqueta metálica (1986), y las máscaras de Eyes Wide Shut.



Jordi Costa ha sido el encargado de adaptar al centro barcelonés el contenido de la exposición y además ha querido incorporar ciertos elementos para establecer los vínculos que tuvo Kubrick con España. "Hemos entrevistado a José López Rodero y a Julio Sempere, ayudantes de dirección en la parte que se rodó en España de Espartaco", comenta el comisario. "También hemos hablado con Carlos Saura, Vicente Molina-Foix y Mario Camus porque estuvieron implicados en los doblajes de algunas de sus películas, que era un aspecto que Kubrick cuidada mucho en un caso casi insólito en toda la historia del cine". Además se han elaborado piezas audiovisuales de algunas de sus constantes temáticas (la guerra, el humor, el deseo…) y comparativas de los distintos montajes de El resplandor -que tuvo 25 minutos más en la versión estadounidense- y de la escena de la orgia de Eyes Wide Shut, censurada y manipulada digitalmente en EE.UU.



Una instalación audiovisual del cineasta Manuel Huerga (Salvador, Antártida) da la bienvenida al visitante y lo introduce en la vida y la obra de Stanley Kubrick. Seguidamente se nos hace participes de uno de los aspectos menos conocidos del trabajo del director: sus inicios como fotógrafo en la revista Look. "Kubrick fue muy precoz a la hora de configurar su personalidad creativa", opina Costa. "Él comenzó a trabajar en la revista Look cuando tenía prácticamente 15 años. En el material de aquella época descubres que la imagen kubrickiana empieza desde la propia composición del fotograma. Trataba de capturar la esencia, ya fuera de la vida norteamericana, de las calles de Nueva York, del Boxeo, del Jazz, de la vida universitaria… Esa idea de captar un universo solo con una imagen, que ya en términos de composición y simetría es muy impactante, es algo que sigue presente en toda su obra. Estaba obsesionado con los objetivos de cámara y con la versión tecnológica que tiene la expresión cinematográfica".



Stanley Kubrick con Jack Nicholson durante el rodaje de El resplandor (1980; GB/United States) © Warner Bros. Entertainment Inc.

El apartado que seguro impactará al visitante es el reservado a 2001. La película cumple 50 años en 2018 -lo que ha motivado todo tipo de actividades y exposiciones, como Más allá de 2001: Odiseas de la inteligencia, que parte de la película de Kubrick para hablar de la inteligencia artificial en el Espacio Fundación Telefónica- y los organizadores han tenido acceso a un mayor material de la producción del filme para celebrar la efeméride. "2001 es especial por las propias dimensiones de la película y por todo el material que generó en materia de diseño y de creación de efectos especiales", asegura el comisario.



El apartado Kubrick inédito cierra la muestra indagando en los proyectos que el director norteamericano nunca llego a realizar: Aryan Papers, un proyecto cinematográfico sobre el Holocausto que Kubrick aparcó al aparecer antes La lista de Schindler, de Steven Spielberg; A.I. (Inteligencia artificial), el filme que acabó llevando a la pantalla el propio Spielberg tras su muerte, y Napoleón, el proyecto no realizado más ambicioso del director. "Me hubiese encantado ver esa Napoleón, de la que siempre se ha dicho que era la mayor película jamás filmada", afirma Costa. "Es el claro ejemplo del proyecto que acaba devorando a su creador. Entró en un proceso de documentación de una minuciosidad increíble, enciclopédica, y eso hizo que el proyecto creciera y creciera hasta un presupuesto tan caro que ningún estudio estaba dispuesto a asumir".



@JavierYusteTosi