Image: Nacho Ruipérez: La corrupción en Valencia ha sido como un guiñol

Image: Nacho Ruipérez: "La corrupción en Valencia ha sido como un guiñol"

Cine

Nacho Ruipérez: "La corrupción en Valencia ha sido como un guiñol"

16 noviembre, 2018 01:00

El actor Michel Noher y el director Nacho Ruipérez en un momento del rodaje.

El director debuta en el largometraje con El desentierro, una película sobre la memoria y los peligros del olvido en la que la corrupción es un cáncer que ha hecho metástasis en una sociedad destruida por los tentáculos del mal.

Después del estreno de El reino, de Rodrigo Sorogoyen, y Animales sin collar, de Jota Linares, el cine español sigue reflejando en las pantallas la corrupción política aunque esta vez desde una perspectiva totalmente distinta. En su debut en el largometraje, el director Nacho Ruipérez (Valencia, 1983) nos cuenta en El desentierro la historia de dos primos, Jordi (Michel Noher) y Diego (Jan Cornet), separados toda la vida por kilómetros de distancia porque el primero ha vivido siempre en Argentina y el segundo en Valencia. Su reencuentro coincidirá con la muerte supuestamente accidental del padre de Diego, un político señalado por corrupción, mientras Jordi busca al suyo propio, desaparecido dos décadas atrás en misteriosas circunstancias. Con el thriller como "espina dorsal", Ruipérez construye una película sobre la memoria y los peligros del olvido en la que la corrupción es un cáncer que ha hecho metástasis en una sociedad destruida por los tentáculos del mal.

Pregunta.- ¿Quería que la corrupción estuviera más en el subtexto y que no fuera el asunto central del filme?
Respuesta.- Queríamos hacer una película sobre la corrupción política porque desgraciadamente es algo que hemos tenido que sufrir especialmente en Valencia, pero también queremos hablar de cómo esa corrupción se propaga a otros ámbitos. Queremos hablar de la corrupción del cuerpo y de la corrupción de la familia y en último término, en la corrupción del alma. No es una película acusatoria o de denuncia, lo que queremos contar es cómo esa corrupción acaba afectando a toda una vida.

P.- ¿Son Jordi y Diego dos signos de esperanza después de la catástrofe?
R.- Nos hemos inspirado mucho en Hamlet para contar la historia de ese Jordi que quiere saber la verdad sobre la muerte de su padre. Cuando se pierde la memoria hay una pérdida de la identidad. La búsqueda del pasado es una búsqueda de sentido que significa lo contrario a la corrupción. Hay quien me ha dicho si es una "moda" que los directores hablemos de corrupción, yo más bien lo veo como un reflejo de los tiempos que corren.

P.- ¿Es ingenuo pensar que la corrupción es una lacra que afecta a las clases dirigentes y no tiene ningún efecto en la sociedad?
R.- La política afecta a toda la sociedad, se produce dentro de las familias y acaba afectando a las relaciones sentimentales y humanas. Hay un momento al final que conviene no desvelar en el que vemos esa catarsis que surge de darse cuenta de que las relaciones humanas es lo único que importa. Cuando el corrupto deja de preocuparse de lo verdadero surge el drama y los actos del pasado acaban afectando a tu bienestar del presente. Íbamos a poner la frase "la verdad te hará libre" en el cartel pero sonaba un poco excesivo aunque la tuvimos muy presente. También hay otra frase de Benedetti que recordábamos: "El olvido está lleno de memoria". Conviene recordar los actos del pasado para que no se repitan.

Leonardo Sbaraglia en un momento de la película

P.- Con esos dos hermanos Félix (Jordi Rebellón), el malo, y Pau (Leonardo Sbaraglia), el bueno, ¿quería crear un contraste entre el bien y el mal?
R.- Son dos polos opuestos, las antípodas. Pau está involucrado en la música folk y en la conservación del paisaje y las costumbres. El otro no tiene ningún problema en cargarse ese mismo paisaje por codicia. De todos modos, no veo a Félix como la peor persona del mundo, es alguien que también está siendo manipulado por prohombres.

P.- La relación entre los primos recuerda un poco a eso que los americanos llaman "bromance", ¿hay cierta tensión erótica entre ambos?
R.- Volviendo a Shakespeare nos basamos en Romeo y Julieta para construir esa relación. Son dos personajes que son víctimas del mismo pasado a los que se les ha negado la memoria y la identidad. También veía la película como un wéstern. Jordi es ese personaje que tiene que regresar a su lugar de origen y en ese momento se produce una toma de conciencia que lo despierta. El personaje de Diego ha vivido muy bien escribiendo poesías y recibiendo cheques sin preguntar de dónde salen pero es un personaje desorientado y perturbado por ese oscuro pasado.

P.- ¿Cómo se relaciona la película con el género de thriller?
R.- Es un thriller como base, esa es la espina dorsal. Pero también vemos que hay humor porque sucede aquello de que lo que pasa como tragedia se repite como farsa. La realidad que hemos vivido en Valencia ha sido como un guiñol, quizá más sarcástica y surrealista aún de lo que vemos en la película. Nos apetecía probar esa mezcla de géneros y ver qué pasa. También le damos una vuelta a esa pareja de policías que hemos visto mucho en películas recientes como Mindhunter o True Detective donde son dos policías supercualificados. Aquí son dos losers que quieren recuperar su propia historia, son más accesibles y cercanos.