Más de un año ha tardado Disney en rubricar el acuerdo con 21st Century Fox para apropiarse de su estudio de cine y televisión, incluyendo las filiales Searchlight, Home Entertainment y Blue Sky. La suma final de la transacción se encuentra en torno a los 62.000 millones de euros e incluye las propiedades intelectuales que contenían estas compañías, entre las que se encuentran personajes de Marvel como Deadpool y los X-Men, y sagas de éxito como Alien, Predator, El planeta de los simios y Avatar. Además Disney adquiere los canales televisivos de FX, que incluyen series como Los Simpson y Futurama, y National Geographic. Tras adquirir Pixar en 2006, Marvel en 2009 y Lucasfilm en 2012 ahora Disney da un nuevo golpe sobre la mesa para seguir dominando la taquilla en los próximos años.

De esta manera, la compañía del ratón Mickey podría llegar a acaparar en torno al 40 % de la taquilla mundial, algo inaudito en la historia de Hollywood. La operación además desplaza a Rupert Murdoch y a su poderosa familia, hasta ahora dueños de 21st Century Fox, al costado del sector, si bien seguirá controlando Fox Broadcasting y sus emisoras y canales informativos, Fox News Channel, Fox Business Network, FS1, FS2 y Big Ten Network. Disney consigue así ampliar su catálogo de cara a su irrupción en el mundo del streaming con la plataforma Disney +, que está previsto que eche a andar a finales de este año. El acuerdo también ha convertido al gigante de Hollywood presidido por Bob Iger en el máximo accionista de la plataforma Hulu, donde irían a parar los contenidos más atrevidos.

Desde que la operación se empezó a gestar a finales de 2017 no ha dejado de haber voces críticas con esta acumulación de contenido en las manos de una única compañía, porque puede suponer un riesgo para la diversidad de enfoques en el mundo del cine. James Mangold, director de Logan, la violenta y adulta última entrega del Lobezno de Hugh Jackman, ha declarado a Deadline que "lo que pasa cuando haces una película para adultos es que el estudio tiene que ajustarse a la realidad de que no habrá figuras de acción. Todo el merchandising, toda la parte de polinización cruzada en la venta de una película a los niños, ha muerto antes incluso de que empieces. Y cuando eso está muerto, significa que estás haciendo una película para adultos".