El final de Vengadores: Infinity War (2018) no solo resultaba sorprendente, sino también oscuro, trágico, conmovedor y poético. Tras reunir en su guantelete las 6 Gemas del Infinito, Thanos acababa con la mitad de los seres vivos del universo con un simple chasquido de sus dedos. Capitán América, Iron Man y los Vengadores que no acababan convertidos en ceniza se veían obligados a asumir la derrota mientras el villano, auténtico protagonista de la función, acababa retirado en un paradisiaco planeta, una vez que su salvaje plan ecologista había triunfado. Y es que lo que motivaba a Thanos no era la codicia o el odio, sino preservar la subsistencia en un universo al borde del colapso demográfico y medioambiental.
El único problema de este satisfactorio final, por inesperado en un mundo tan previsible como el de Marvel, es que todos sabíamos que no era más que un cliffhanger. El estreno del siguiente capítulo de los Vengadores estaba a la vuelta de la esquina y, por complicado que fuera narrativamente, todos sospechábamos que traería de vuelta a los caídos (Reino Cuántico mediante). Por si fuera poco, desde hace varios meses hay confirmados nuevos filmes de personajes afectados por el chasquido.
Vengadores: Endgame, que se estrena este jueves en todo el mundo, es a la postre una película predecible y menos divertida que la anterior, lastrada por algún bajón de ritmo, por una deslavazada mezcla de géneros y tonos, por una excesiva duración de 180 minutos y por la ausencia de algunos de los personajes más carismáticos del Universo Cinematográfico de Marvel, como Spiderman, Star-Lord o Doctor Strange. Sin embargo, aun estando presente en esta nueva entrega, el escaso protagonismo de Thanos es el principal problema de la función.
El peso de la acción recae sobre los Vengadores de la primera película de Joss Whedon (2012), ya que curiosamente fueron ellos los que sobrevivieron al chasquido. Iron Man/Tony Stark sigue tan cínico y agudo como siempre gracias a un Robert Downey Jr. al que siempre le ha ido el papel como un guante y que ahora aporta cierto sentimentalismo al personaje. Más plano siempre ha sido el Capitán América de Chris Evans, empeñado en cargar con todas las responsabilidades del universo. Ambos vuelven a ser el eje en el que se desarrolla la apuesta de los hermanos Russo, directores solventes aunque poco imaginativos (seguramente todo lo que busca Disney para estas películas).
También están por ahí Hulk (muy desaprovechado a pesar de las ganas que le pone Mark Ruffalo), Ojo de Halcón (Jeremy Renner), Viuda Negra (Scarlett Johansson), Máquina de Guerra (Don Cheadle)… Pero si la película respira es gracias a la vis cómica de dos actores como Paul Rudd, auténtico roba escenas en el papel de Ant-Man, y un Chris Hensworth en estado de gracia al que ya parece que todo le da absolutamente igual. Su Thor es lo más loco y gozoso de toda la saga. Poco aporta, sin embargo, la Capitana Marvel de Brie Larsson.
Visualmente rutinaria, poco inspirada en las secuencias de acción, con un guion cuya coherencia es más que discutible y una banda sonora que se resiste a entrar en la cabeza, Vengadores: Endgame acierta a la hora de elevar la carga emocional. Al fin y al cabo, funciona como colofón a más de veinte películas producidas a lo largo de 11 años en las que siempre han primado los personajes por encima de argumentos y fuegos artificiales. Y desde el primer momento somos conscientes de que más de un superhéroe se expone a un final definitivo en esta película.
Aunque también es cierto que al Universo Cinematográfico de Marvel le queda cuerda para rato. Y es que Endgame va a arrasar en taquilla, puesto que ya es la película con mayor número de entradas vendidas antes de su estreno. Y difícilmente defraudará a unos fans que se han enganchado al formato serial que ha desarrollado Disney para los superhéroes de Stan Lee (que realiza su último y póstumo cameo) y que disfrutan con estos mastodónticos entretenimientos que, por regla general, se ven sin muchos problemas y se olvidan al momento. Sin embargo, a veces es inevitable desear que todo hubiera acabado con el chasquido de Thanos.