Poco después del estreno de la versión cinematográfica de El hijo del acordeonista, Kepa Sojo (Llodio, 1968) devuelve el tema a la gran pantalla después de varios cortos y una película, El síndrome de Svensson (2006). Claro que La pequeña Suiza, como él mismo dice, es una película "blanca" sin ánimo de ofender a nadie en la que se ríe de las manías y batallitas de un pueblo castellano limítrofe con el País Vasco en el que sus habitantes no se ponen de acuerdo sobre lo que son. Todo se enreda más cuando aparece una tumba oculta de Guillermo Tell, héroe nacional suizo, y se descubre que un edicto medieval hizo suizo al pueblo. Fascinados con la idea de pertenecer a uno de los países más ricos y prósperos del mundo, los lugareños cambian de identidad de la noche a la mañana para convertirse en "verdaderos" suizos que hacen chocolate y gritan por las montañas. Jon Plazaola, Maggie Civantos, Ingrid García Johnson y Secun de la Rosa protagonizan el filme.
Pregunta.- ¿Quería hacer una crítica del nacionalismo en estos tiempos que parece que está encendido?
Respuesta.- La intención es jugar con los particularismos, no vamos más allá. Es un pueblo castellano que quiere ser vasco y cuando les dicen que no, se entusiasman con la posibilidad de ser suizos y cambian de identidad. Sí hay un mensaje de que las diferencias culturales son mucho menos importantes que lo que une a las personas porque tenemos mucho en común pero no creo que la película vaya tan lejos como para querer criticar el nacionalismo. Es una película blanca que se puede hacer porque gracias a Dios ya no está ETA matando a la gente y te puedes reír un poco.
P.- ¿Quería mostrar lo frágil que puede ser una identidad cultural que parece inamovible?
R.- Yo soy una persona empática, cuando viajo me gusta imbuirme de la cultura, la gastronomía, las costumbres y si puedo, hablar el idioma. No hablo inglés con los portugueses. Mi hermana se casó con un suizo hace treinta años, una de las decisiones de que la película tenga mucha identidad. Surge esa pregunta, ¿qué es ser muy vasco? Es cierto que hay algunas costumbres muy arraigadas y no te vas a encontrar a nadie del Real Madrid, pero eso pasa en todas partes. Los del Bierzo son muy "berzianos". Al mismo tiempo sucede que vivimos en un mundo en el que puedes tener mucho más en común con alguien de perfil sociológico similar al tuyo que vive en la otra punta del mundo que con tu vecino.
P.- ¿Por qué ese pueblo que está en la frontera entre Castilla y País Vasco?
R.- Me gustan esos lugares fronterizos, son los más interesantes. Hay partes de Navarra en las que se sienten totalmente vascos y otros totalmente españoles. Y después hay lugares castellanos en Burgos y en Navarra donde es muy difícil distinguir la diferencia con los vascos en las costumbres y etc.
P.- ¿Es Suiza la nueva 'Mister Marshall'?
R.- Los referentes son claros. El alcalde del pueblo recuerda al Pepe Isbert de la película de Berlanga, ese hombre que se deja manejar por las mujeres. Después vemos un pueblo con los personajes típicos de la Europa occidental, el cura un poco tramposo y el joven impetuoso. Me gustan las películas italianas y españolas de los 50 y 60 que crean comedia a partir de los personajes y situaciones cotidianas. Después hay un poco de comedia romántica porque no puede faltar el amor y espero que contar con actores populares entre los jóvenes ayude a que vayan al cine.
P.- ¿Nos apuntaríamos todos a suizos?
R.- Suiza es el primer o segundo país del mundo más próspero. Desde luego muchos se lo pensarían. Incluso los que parecen más recalcitrantes.