El palmarés de la 52 edición de Sitges ha elevado la expectación y el hype en torno a El hoyo, película del realizador vasco Galder Gaztelu-Urrutia que se hizo en Toronto con el Premio del Público en la sección Midnight Madness. Ahora ha logrado alzar en el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya cuatro galardones, incluyendo el premio a la Mejor Película de la sección oficial. Pero también ha convencido al jurado de la crítica y al respetable, con el Citizen Kane al director revelación y el Gran Premio del público, además de la distinción por sus solventes efectos especiales.
Dos personas por nivel, un número desconocido de niveles y una plataforma con comida para todos ellos. Bajo esta premisa tan inquietante se presentó el pasado martes este thriller en el festival, una de las cinco óperas primas en sección oficial a competición en Sitges 2019. Gaztelu-Urrutia hace una escabrosa y contundente crítica social apostando por una ciencia ficción cerebral, distópica pero gráfica y violenta. Pasará a la historia por ser la primera producción vascocatalana que gana el premio a mejor película en Sitges.
La vuelta a los bosques de las Ardenas, donde filmó Calvaire y Alleluia, ha supuesto muy buenas noticias también para el realizador belga, muy conocido en Sitges, Fabrice Du Welz. Con la sugerente Adoration, donde relata una odisea juvenil de libertad, amor y locura, en que las emociones son tan puras que hacen daño, Du Weiz se lleva el reconocimiento del Premio especial del jurado y el Mèliés d'Argent a la mejor película. Además, el filme conseguía también el premio a la mejor fotografía.
Kleber Mendonça Filho & Juliano Dornelles, responsables de Bacurau, la ganadora del Premio del jurado en el pasado Festival de Cannes, también se van de Sitges con el reconocimiento del jurado oficial a la mejor dirección y un Premio de la crítica con esta distopia profundamente irónica, brutal y crítica con los tiempos que corren, que ha llenado el Auditori del Meliá en sus dos proyecciones.
En las categorías interpretativas los ganadores fueron el actor Miles Robbins por su trabajo en Daniel isn’t Real, en donde interpreta a un joven que sufre una serie de violentos problemas familiares que le hacen recuperar a su amigo imaginario de la infancia para poder superar el dolor, y la actriz Imogen Poots por su papel en Vivarium, película de Lorcan Finnegan sobre una pareja que queda atrapada en un misterioso barrio de casas idénticas parecido a un laberinto. En la sección Nuevas Visiones la ganadora fue Dog Don’t Wear Pants, de J-P Valkeapäa, que aborda la obsesión de un hombre que establece una poderosa conexión con una dominatrix llamada Mona.
Además, cuatro grandes estrellas como Sam Neill, Katharina Kubrick, Aaron Pau y Dario Argento han puesto el punto y final a una 52ª edición en la que han desfilado por las calles de Sitges invitados ilustres como Patrick Wilson, Nikolaj Coster-Waldau, Asia Argento, Maribel Verdú y Charles Band. Sam Neill recibía el Gran Premi Honorífic del Festival durante la celebración de la gala de clausura. Dario Argento llegaba por sorpresa a Sitges a presentar su nueva producción Belle Bimbe Addormentate, mientras que Katharina Kubrick, hija del responsable de leitmotiv de la edición pasada, 2001: Una odisea en espacio, ha hecho una interesantísima charla con seguidores y medios. Por su parte, Aaron Paul también visitaba Sitges para presentar el estreno en gran pantalla de El Camino: una película de Breaking Bad, con un sold out y una red carpet llena de medios y fans, para conocer de primera mano las nuevas aventuras de Jesse Pinkman, protagonista de la serie de Netflix.
El Festival de Sitges ha
cerrado la 52ª edición con la proyección de The Vigil durante la
gala de clausura. La electrizante ópera prima de Keith Thomas, ambientada en
una comunidad judía ortodoxa, ha sido la invitada perfecta para poner un final
redondo a once días en los que Sitges se ha convertido, un año más, en la
capital mundial del cine fantástico.