Los “pequeños” para Amenábar, los gordos para Almodóvar, gran triunfador de la noche con Dolor y gloria. De nuevo la gloria para el director más célebre de España con la película más autobiográfica de su trayectoria, una suerte de Amarcord manchego en el que desvela el nacimiento de su sexualidad o sus tormentosos amores de los 80. Triunfo almodovariano en una gala con un look más moderno y menos casposo que otras veces pero excesivamente larga. Cabe preguntarse cuánta gente se quedó despierta para ver al tótem del cine español subir al escenario junto a sus inseparables Agustín y Esther García para coronarse como rey de una noche que ha tenido su mejor momento con la gran interpretación de Amaia de su Canción a Marisol.

El Goya al mejor guión para Almodóvar vaticinaba que su favoritismo iba en serio y que se acabaría llevando el gato al agua. En medio, Alberto Iglesias, compositor de la banda sonora, se llevó su Goya número once -ya no debe saber ni dónde colocarlos-. Después llegó el premio para Julieta Serano, cantado, más que merecido a sus ochenta y tantos, por esa madre de Almodóvar que es casi una figura mitológica a estas alturas. Y al final llegó el Goya al mejor actor para Antonio Banderas que salió al escenario a lucir acento andaluz en su Málaga natal y colmar de elogios a su director y mentor. Fue Penélope Cruz, la misma que entregará en febrero el Óscar a la mejor película extranjera como de manera imprudente anunció Almodóvar en la alfombra roja, junto a Ángela Molina, la que le dio al manchego el Goya al mejor director, para acabar con el premio gordo.

Belén Cuesta agradece el Goya a la Mejor Actriz por su trabajo en 'La trinchera infinita'

Ha habido sorpresas, como el Goya a la Mejor Actriz para Belén Cuesta por La trinchera infinita por su emocionante interpretación de una mujer que aguanta décadas viviendo dos vidas, en casa junto a su marido, un hombre que se oculta, temeroso de que la policía franquista lo elimine, y en la calle, donde representa el papel de viuda. Belén Cuesta es una actriz con mucho talento que ha brillado sobre todo en comedias y muchos espectadores la recordarán como Magüi, la tierna secretaria de Paquita Salas. Y premios cantados, como el de Eduard Fernández como secundario por su inmenso Millán Astray en Mientras dure la guerra, la película de Amenábar, gran “perdedora” de la noche a pesar de sus cinco cabezudos a mejor maquillaje, dirección de producción, artística y vestuario, además de el de Fernández.

Los Goya, más bien académicos, nunca han sido muy avispados a la hora de premiar el talento emergente, pero en esta ocasión no han dejado sin reconocimiento a las mejores películas de cine independiente de este año, como Lo que arde, de Oliver Laxe, una elegía rural sobre la Galicia profunda con imágenes telúricas de gran fuerza poética. Benedicta Sánchez, una señora de 84 años que jamás había trabajado como actriz, ha sido una de las protagonistas de la noche con su “no discurso” al recoger el premio a la mejor actriz novel por la película de Laxe, y más que merecido el premio a la mejor fotografía para Mauro Herce por su espléndido trabajo sobre el paisaje en este mismo filme. La catalana Belén Funes se ha alzado con el premio a la mejor dirección novel por La hija de un ladrón, un potente drama social sobre una mujer dispuesta a todo por salir adelante que nos deja una gran interpretación de Greta Fernández. Y la crítica ha celebrado con razón a Enric Auquer, que está soberbio como quinqui en Quien a hierro mata, el thriller de Paco Plaza, que le ha dado un Goya como mejor actor novel.

Antonio Banderas con el Goya al Mejor Actor por su papel en 'Dolor y gloria'

Ha sido una gala en la que hubo más números musicales que de costumbre, donde Andreu Buenafuente y Silvia Abril cumplieron con solvencia pero con menos chispa que la última vez en su papel de presentadores. El principal problema fue, de manera casi agónica, la longitud eterna de los discursos de los ganadores. Las madres, los padres, los hermanos y los primos del pueblo de todos los galardonados han desfilado por el escenario. A pesar de la gran actuación de Amaia, después se desaprovechaba el legado musical y emocional de Marisol cuando las canciones de la artista eran precisamente el momento para lucirse.

@juansarda