De las páginas de los libros salen muchas de las historias que acabamos disfrutando en la gran pantalla. Una investigación llevada a cabo por Publishers Association ha puesto de manifiesto que aquellos filmes del Reino Unido que tienen como base un libro, consiguen un 44% más de recaudación en taquilla que las películas que se basan en un guion original. Y esa cifra se eleva hasta un 53% en el resto del mundo. También triunfan en la temporada de premios: el 45% de los largometrajes ganadores del Óscar a mejor película de las últimas dos décadas tenía su origen en el papel. Por todo ello, los productores están siempre atentos al mercado editorial para tratar de desentrañar cuales son los libros que esconden en su interior una gran película. Pero la pregunta parece inevitable: ¿cómo estar al día en un mundo en el que aparecen constantemente un sinfín de novedades?
La respuesta bien puede ser Rodando páginas, los libros van a las pantallas, un evento organizado por la Asociación Madrileña Audiovisual (AMA) y la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE) que se celebra este jueves en la Casa del Lector. “Hay muchísimo contenido editorial y para los productores es complicado encontrar las obras que pueden tener potencial para una adaptación”, comenta Alex Lafuente, de Bteam Pictures. “Una iniciativa como esta ayuda a acotar en gran medida parte de ese contenido que puede tener interés para productores, plataformas o televisiones”.
Rodando páginas llega a su tercera edición y en los dos años anteriores ha logrado importantes sinergias entre el sector audiovisual y el editorial. Por ejemplo, Tandem Films cerró un acuerdo para adaptar a una serie de televisión la novela Tea Rooms. Mujeres Obreras (Hoja de Lata), de Luisa Carnés, una de las escritoras olvidadas de la Generación del 27; Morena Films llegó a un acuerdo para adaptar Una madre (Destino), del Premio Nadal Alejandro Palomas, y Lamia (Astiberri), Premio Nacional de Cómic de Rayco Pulido; la productora Canana compró los derechos de la serie de cómics para público infantil Super Patata (Bang Ediciones), de Artur Laperla, y Scenic Rights llegó a un acuerdo para gestionar los derechos audiovisuales del finalista del Premio Planeta El asesinato de Pitágoras, de Marcos Chicot.
Este año un comité de expertos del sector audiovisual, formado por el propio Álex Lafuente, la guionista y directora Alauda Ruiz de Azúa y la escritora y guionista Silvia Herreros de Tejada ha elegido 14 obras literarias. “Somos tres personas muy distintas en cuanto a carreras profesionales y en cuanto criterios y opiniones y hemos tenido grandes conversaciones y discusiones para ponernos de acuerdo a la hora de elegir las obras a partir de la preselección previa”, explica Lafuente. “Había de todo, desde novela gráfica a novela histórica pasando por infantil o novelas clásicas… Al final no hemos mirado tanto la calidad de las obras y sí su potencial para que se puedan convertir en un proyecto audiovisual, para el cine o para la televisión”.
En esta tercera edición se han presentado 84 obras de las cuales el comité de expertos ha seleccionado 14. Sus temáticas son muy diversas y 9 de ellas están escritas por mujeres, potenciando así el talento femenino. Varios de estos títulos ya cuentan con reconocidos galardones como Dicen, de Susana Sánchez Arins, Premio del Gremio de Libreros de Madrid al mejor libro de ficción del 2019; El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana Tibuleac, Premio Literatura de la Unión Europea 2019; ¿Dónde estás?,de Bea Enríquez, Premio Internacional de Novela Gráfica Fnac-Salamandra Graphic 2018; y Algún día, hoy de Ángela Becerra, Premio Fernando Lara en 2019.
“En este momento hay una gran necesidad de proyectos y de contenidos”, asegura Marina Seresesky, de Meridional Producciones. Seresesky acude este año como público profesional en busca de proyectos, pero formó parte del comité de selección en la primera edición y ahora está preparando una película que surgió de la segunda edición. “La clave para adaptar una novela es encontrar la almendra principal, el espíritu del proyecto… Aunque es complicado”, asegura. “Yo me guío por potenciar lo que me ha impactado a mí, que bien puede ser una frase que has subrayado o un personaje que no sea el principal. Hay que liberarse también de los autores y crear una obra nueva desde un punto de vista personal”.
“Hay que pensar muy
bien en el público al que te quieres dirigir y trabajar con mucha libertad
sobre el contenido original”, secunda Lafuente. “El contenido original no tiene
que marcar las pautas de la adaptación sino más bien lo contrario. Hay que
diseñar una mirada con perspectiva y mucha distancia”.