Quien canta, su mal espanta, dice el refranero español. Muchos años después de un éxito tan colosal como Full Monty (1997), el director británico Peter Cattaneo (Londres, 1964) estrena ¡Que suene la música!, donde un coro vuelve a ser la salvación y la catarsis de unos personajes desorientados. En aquel mítico filme, unos parados del norte de Inglaterra forman un grupo de estriptis masculino para salir de apuros. Su éxito se convirtió en un fenómeno social que generó multitud de imitadores.

Casi medio siglo después, Cattaneo nos cuenta una historia no muy distinta aunque en un contexto muy diferente. Inspirado por los numerosos coros que existen en Gran Bretaña formados por esposas de militares, el director nos cuenta cómo unas mujeres que padecen por el destino de sus maridos en Afganistán subliman sus miedos cantando juntas. Kristin Scott Thomas, en la piel de una mujer conservadora y demasiado rígida con dificultades para conectar con los demás, y Sharon Horgan, mucho más flexible y atormentada por los problemas de conducta de su hija, son los dos polos sobre los que gira la trama de un filme en el que vemos un asunto grave poco tratado por el cine actual como el dolor de muchas familias que sufren cuando sus seres queridos marchan a guerras lejanas e inciertas para jugarse la vida. 

Kristin Scott Thomas y Sharon Horgan en la nueva película de Peter Cattaneo

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?

Respuesta. Un amigo me enseñó un documental sobre estos coros de mujeres de militares y me impactó mucho. Quise conocer a esas mujeres, estuve en sus ensayos y me di cuenta de que era la película que quería hacer. Lo más interesante de esta historia es la forma en que conectan estas mujeres a través de la música y el apoyo que se dan las unas a las otras.

P. ¿Cantar en coro es una forma de confraternizar con los demás?

R. Se han hecho muchos estudios que demuestran que cantar con gente es bueno para la salud mental. Cuando cantamos con otras personas se crea una conexión muy profunda. Incluso más profunda que en las terapias de grupo. El coro es una metáfora sobre la posibilidad de romper barreras entre los unos y los otros. Desde el momento en el que gente que no se conoce es capaz de crear una misma emoción se produce una posibilidad de que conecten. Estructuramos la película alrededor de la relación entre estas dos mujeres (los personajes de Scott Thomas y Horgan) porque representan dos polos muy distintos pero al final son capaces de entenderse. De la misma manera, en ese coro también vemos cómo se rompen otras divisiones que pueden separarles como la raza o los distintos rangos que ocupan los maridos en el ejército.

P. En ningún momento entra en la controversia sobre la guerra de Afganistán. ¿Quería prescindir de ello?

R. Todas las películas, o casi todas, tratan sobre lo que pasa cuando los soldados van a la guerra. A mí me interesa contar lo que pasa en las sombras. Esas bases militares que se quedan vacías de militares son bastante surrealistas. Esta no es una película sobre la guerra y por eso me mantengo neutral. Lo que yo quiero contar es cómo la gente supera situaciones difíciles haciendo música. Me interesa mostrar las consecuencias horribles que pueden tener esas guerras sobre personas que nunca vemos, no si la guerra está bien o mal.

P. ¿Cómo son esas comunidades de mujeres de militares que retrata?

R. Son madres como cualquier otra que además tienen que sufrir por si matan a sus maridos cuando van a la guerra. Pasé mucho tiempo con ellas para preparar la película y encontré a mujeres modernas y dinámicas que suelen combinar trabajos de media jornada con el cuidado de sus hijos. Entre ellas acaban formando verdaderas familias y se convierten en un apoyo fundamental cuando alguna se queda viuda. Los coros como el que vemos en el filme han contribuido a crear ese sentido de comunidad.

P. ¿La música pop forma parte de la identidad de Gran Bretaña?

R. Es muy importante, sin duda. Todos crecimos con los Beatles. Cuando era pequeño John Lennon me saludó. En mi adolescencia tuve una banda como millones de chicos como yo. La música pop abrió el camino para que gente ordinaria como Lennon o McCartney pudieran hacer cosas extraordinarias. Es algo que va más allá de la música y nos habla del poder transformador de la cultura.

P. ¿Es posible seguir rodando después de un éxito tan espectacular como el de Full Monty?

R. He tratado de no sentir nunca esa presión, soy consciente de que jamás volveré a rodar algo con un éxito semejante. A veces trato de imaginar una vida sin esa película y no soy capaz porque fue hace mucho tiempo. Fue algo muy especial que se convirtió en una locura muy hermosa. Creo que fue capaz de dar alegría y felicidad a mucha gente y eso me hace sentir orgulloso.

@juansarda