El cine ha puesto el foco en el deporte en innumerables ocasiones y, a veces, con enorme éxito. Incluso existen un par de obras maestras de esas incontestables como El buscavidas (Robert Rossen, 1961), en la que Paul Newman interpreta a un impulsivo jugador de billar decidido a convertirse en el número uno, y Toro Salvaje (Martin Scorsese, 1980), en la que Robert De Niro da vida al boxeador maldito Jack La Motta. 

El boxeo es, de hecho, la disciplina a la que los cineastas se han acercado con más tino, con otros magistrales filmes como Rocky (John G. Avildsen, 1976) o Million Dollar Baby (Clint Eastwood, 2004) e incluso con incursiones de genios de la comedia como Buster Keaton o Charles Chaplin. La lista de producciones pugilísticas es, en cualquier caso, interminable. Y casi todos los deportes cuentan con al menos un gran filme que ha sabido transmitir al espectador el vértigo, la emoción, el riesgo o la presión que emergen de sus reglas. 

En baloncesto, encontramos filmes como Una mala jugada (Spike Lee, 1998) o Hoosiers. Más que ídolos (David Anspaugh, 1986); en el fútbol americano, Un domingo cualquiera (Oliver Stone, 1999); en el tenis, Borg/McEnroe (Janus Mets Pedersen, 2017), en Fórmula 1, tenemos al menos dos: Rush (Ron Howard, 2013) o Le Mans’ 66 (James Mangold, 2019), en atletismo, Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981), en patinaje sobre hielo, Yo, Tonya (Craig Gillespie, 2017); en surf, El gran miércoles (John Milius, 1978)...

Ahora que el himno de la Champions League está a punto de erizar el pelo de los aficionados, es pertinente preguntarse qué filme ha sido el que mejor ha transmitido la pasión del deporte por excelencia en nuestro país: el fútbol. Presentamos a las producciones candidatas, clasificadas en función del elemento que destacan.

La épica del juego

Evasión o victoria (John Huston, 1981)

Quizá este sea el filme más carismático que se ha rodado sobre el mundo del fútbol, sobre todo por contar con dos leyendas como Pele y Ardiles en el reparto. Está inspirada en el llamado Partido de la Muerte que el 9 de agosto de 1942 enfrentó a un grupo de prisioneros de guerra ucranianos, organizados como un equipo profesional llamado FC Start, contra soldados del ejército alemán. Los ucranianos se impusieron con autoridad a sus rivales, a pesar de haber sido advertidos de que si ganaban serían ejecutados. Finalmente, muchos de los jugadores fueron arrestados, torturados y enviados a campos de concentración. 

John Huston, ya al final de su grandiosa carrera, mezcla esta premisa con elementos de La gran evasión (John Sturges, 1963) para ofrecer un espectáculo emocionante aunque algo predecible. Aquí el protagonismo recae sobre un conglomerado de prisioneros aliados de distintas nacionalidades que utilizaran el partido ideado por el mayor Von Steiner (Max Von Sydow) para organizar la huida del campo de concentración donde sus huesos han ido a parar. La alineación titular la componen los mencionados Pele y Ardiles, Bobby Moore (el que fuera capitán del West Ham United y de la selección inglesa en los años 60 y 70), y actores como Michael Cane (carrilero zurdo) y Sylvester Stallone (fisioterapeuta y portero). Para el recuerdo, la chilena de Pele, que aplaude hasta el nazi Von Steiner como si fuera aquel madridista con bigote al que no le quedó más remedio que rendirse ante la clase de Ronaldinho tras su exhibición en el Bernabéu. 

Shaolin Soccer (Stephen Chow, 2001)

Los que nos acercamos al cine a ver Shaolin Soccer esperábamos que fuera una suerte de adaptación en acción real de los dibujos de Oliver y Benji, que marcaron la infancia de toda una generación a principios de los años 90. Sin embargo, y pese a tener alguna similitud en la plasmación de la dinámica de los partidos, la narrativa de la película de Stephen Chow era sensiblemente más bizarra. Por no decir que era una absoluta locura.

La historia sigue a Sing, un discípulo del Shaolin cuya ambición es popularizar el kung fu en la sociedad moderna. Un día se encuentra con Fung, un antiguo futbolista fracasado y ambos deciden formar un equipo que mezcle fútbol con artes marciales. Para ello, reclutan a los hermanos shaolin de Sing para enfrentarse en un torneo al equipo del archienemigo de Fung, Hung. Con partidos hiperbólicos que dejan las reglas y la verosimilitud a un lado, unos efectos especiales bastante resultones y un humor de trazo grueso, Chow logra una disparatada comedia en la que el fútbol realmente no es más que una excusa.

Futbolín (Juan José Campanella, 2013)

Futbolín narra la historia de Amadeo, un joven que desde pequeño se ha pasado la vida jugando al futbolín en el bar que su padre regenta en un tranquilo pueblo. Pero la calma termina el día en el que 'el Crack', un vecino convertido en el mejor futbolista del mundo, vuelve dispuesto a vengarse de la única derrota de su vida, la que sufrió frente a Amadeo jugando al futbolín cuando eran niños. Pero Amadeo descubre que no está solo para afrontar el reto: los jugadores de su querido futbolín hablan y le ayudarán a jugar el partido.

La primera película de animación del director argentino Juan José Campanella (El secreto de sus ojos, El hijo de la novia) hace un homenaje al deporte que vuelve loco a sus compatriotas argentinos, pero apostando por las derrotas épicas más que por las victorias aplastantes. Filme dedicado a los más pequeños, con un cuidadísimo diseño de producción pero con ciertas carencias de personalidad. Un entretenimiento para toda la familia que apuesta por valores como el esfuerzo, la pasión, el respeto o la honradez frente a la fama o el egoismo, tan a la orden del día en el mundo del fútbol.

El vestuario

The Damned United (Tom Hooper, 2009)

El fútbol convertido en tragedia shakesperiana. Esto es lo que entrega Tom Hooper (sí, ese director que ha destrozado su reputación con el musical de los gatetes) en The Damned United, el relato de la rivalidad entre dos entrenadores antagónicos: Brian Clough y Don Revie. El foco lo pone Hooper en Clough, al que interpreta magistralmente Michael Sheen, un entrenador joven, ambicioso y con talento que llevó al Derby County a ganar la Premier después de haber cogido al equipo en Segunda División. Durante años mantiene una rivalidad terrible con Revie, entrenador del Leeds United, al que le gustaba que su equipo practicara un fútbol aguerrido y agresivo, casi violento. Sin embargo, cuando Revi fue designado seleccionador de Inglaterra, la directiva del Leeds decide fichar a Clough como entrenador. Tan solo duraría en el puesto 44 días, incapaz de adaptar su filosofía en un equipo en el que los jugadores seguían de parte de Revie y al que había llegado sin su gran colaborador Peter Taylor (posteriormente volverían a reunirse en el Nottingham Forest y levantar dos Copas de Europa). 

Una película de ritmo endiablado, perfectamente documentada, escrita por el prestigioso dramaturgo Peter Morgan, que realiza una panorámica aún vigente de los egos y rivalidades dentro de los vestuarios y que sabe visualmente retrotraernos a ese futbol de los 70 en el que todo era un poco más rudo y natural. La candidata más firme a mejor película sobre el mundo del fútbol.

El cabezazo (Jean Jacques Annaud, 1979)

La única película con tema contemporáneo de Jean Jacques Annaud está ambientada en el mundo de los pequeños clubs regionales de la Francia de los 70, que eran normalmente propiedad de la industria local y servían para enardecer los ánimos de los trabajadores. Así, el presidente del club Trincamp que aparece en la película, Sivardière (Jean Bouise), que también es el dueño de la fábrica local, dice alto y claro: "Mantengo once tontos para calmar a ochocientos, que solo esperan una oportunidad agitarse".

La película, en definitiva, es una comedia dramática protagonizada por el típico jugador talentoso con un temperamento complicado, una especie de Eric Cantona llamado Françoise Perrin (interpretado por Patrick Dewaere). Después de la enésima juerga, la directiva del club decide castigarlo obligándolo a entrenarse y a jugar con el equipo filial. Una pelea con una de las figuras del primer equipo supone la despedida virtual de François del club donde ha militado las últimas temporadas. Pero después de ingresar en prisión acusado falsamente de haber violado a una chica, el club decide repescarlo ya que el primer equipo se ha quedado diezmado debido a un accidente de autobús. El jugador diseñará una compleja venganza para rendir cuentas con todos los que desconfiaron de él.

Diamantino (Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt, 2019)

Comedia política sobre la irrupción de la xenofobia en Europa, protagonizada por un alter ego de Cristiano Ronaldo: Diamantino, la estrella de fútbol más importante del mundo. El problema del crack es que de repente pierde su toque especial y termina su carrera en desgracia tras fallar el penalti decisivo del mundial. En busca de un nuevo propósito, el icono internacional comienza una delirante odisea en la que se enfrenta al neofascismo, a la crisis de los refugiados, a las clonaciones, mutaciones de género y otras torturas en una especie de adaptación al presente de Zoolander.

Aunque no sea la típica película deportiva, Diamantino es un filme visualmente estimulante que cuenta con un entregadisimo Carlota Cotta como protagonista y dos villanas de lo más eficaces. Y aunque el futbol vuelve a ser una excusa para meterse de lleno en unos cuantos jardines, Diamantino sí que ofrece un ligero acercamiento al ensimismamiento de esas estrellas que viven en sus castillos de oro sin importarles mucho lo que ocurra a su alrededor.

El aficionado

Offside (Fuera de juego) (Jafar Panahi, 2003)

En Irán, por regla general, el sexo femenino tienen prohibido el acceso a los campos de fútbol. Como cineasta concienciado con los derechos de las mujeres y de los más desfavorecidos, Jafar Panahi aprovechó en 2003 este hecho para elaborar una comedia dinámica, bulliciosa, desenfadada y gozosa que reivindica el poder del deporte para cambiar el mundo. En ella, una chica vestida de hombre es detenida antes de entrar en un estadio de fútbol. Encerrada con otras mujeres que intentaron colarse en el campo, deberán seguir el partido a través de los comentarios de un soldado que no tiene ni idea de cómo se juega a este deporte.

El viajero (Abbas Kiarostami, 1974)

Abbas Kiarostami es, junto a Panahi, uno de los grandes directores del cine iraní. Como muestra de su importancia, Jean-Luc Godard llegó a decir que "la cinematografía empieza con D.W. Griffith y termina con Abbas Kiarostami". En sus películas, el director iraní manejaba el diálogo poético y la alegoría para afrontar cuestiones políticas y filosóficas, y siempre desplegaba en ellas un gran humanismo a través de una mirada cercana al documental. Y como su compatriota, también entregó un filme que se zambullía en la pasión del aficionado por el futbol. En ella seguimos a Qasem que, pese a estar castigado por sus padres y profesores, no se porta bien en la escuela. En vez de estudiar, se pasa todo el día jugando al fútbol. Cuando descubre que el equipo nacional jugará en Teherán, decide ahorrar el suficiente dinero para la entrada y para el billete de bus hacia allí. 

Buscando a Eric (Ken Loach, 2009)

Eric Bishop, un cartero de Manchester, fanático del fútbol, atraviesa una dura crisis vital: sus dos hijos hacen trapicheos de todo tipo, su hija le reprocha que no sepa estar a la altura de las circunstancias y, además, su vida sentimental es un desastre. Ni siquiera el buen ambiente que reina en el trabajo consigue levantarle el ánimo. Inesperadamente, una tarde se presenta en su casa Eric Cantona, su ídolo, la estrella de su equipo, el Manchester United. El ex-futbolista intentará ayudarlo a retomar las riendas de su vida. Ken Loach rueda la que hasta la fecha es su única comedia pura y dura, que trasmite pura pasión por el futbol y ofrece un acercamiento hilarante a una de las figuras más discutidas del mundo del futbol.

@JavierYusteTosi