El cineasta británico Paul Morrison (Londres, 1944) tiene el honor de ser el único británico nominado a la “mejor película de habla no inglesa”. Hace veinte años, logró tal gesta con Solomon and Gaenor (1999), película hablada en galés y yiddish en la que narraba la apasionada y trágica historia de amor entre dos jóvenes, ella de una familia puritana y él judío, a principios del siglo XX. Director poco prolífico pero prestigioso, el interés de Morrison por España queda patente en la película Sin límites (2008), en la que narraba la relación entre Lorca y Dalí con Robert Pattinson, y también en su nuevo filme, 23 paseos, en la que el español se convierte en el idioma “secreto” que comparten los dos amantes.
En una ciudad donde abundan los parques (y los perros) como Londres, dos sesentones jubilados, Dave (Dave Johns de Yo, Daniel Blake) y Fern (Alison Steadman) se enamoran después de coincidir varias veces paseando a sus animales. De paseo en paseo, se seducen pero se temen a medida que tratan de lidiar con la pesada mochila emocional que lleva cada uno. Acostumbrados como estamos a las comedias románticas protagonizadas por jóvenes, la originalidad de este filme tierno y delicado con toque social es que quienes sienten “pajaritos en el estómago” (lo dicen en el filme) son dos personas de edad venerables. El director nos cuenta la tensión entre apertura y vulnerabilidad que domina las relaciones humanas, por qué quiere que sus protagonistas traten temas políticos aunque sus películas no sean políticas o por qué cree que la mayoría de la gente “es buena”.
Pregunta. El miedo a ser dañados emocionalmente es lo que frena muchas veces a los protagonistas a vivir su romance en plenitud. ¿Con los años nos cuesta cada vez más confiar en los demás?
Respuesta. Es un proceso natural ser más precavido porque con el tiempo llevas una mochila más pesada. Cuando eres joven también tienes una mochila pero es más ligera y eso es lo que hace distinta una película romántica con dos personas adultas como en este caso. Los personajes tienen miedo de ser heridos y colocarse en una posición vulnerable por motivos distintos y de distintas maneras. Creo que a todos se nos plantea ese reto entre cerrarse y mostrarse vulnerable con los demás porque queremos llegar a un punto equilibrado en nuestras relaciones. En esta película hay dos personajes (Dave y Fern) con los que me siento identificado. Cuando escribía el guion muchas veces me preguntaba qué haría yo en su situación.
P. El arranque del romance paseando los perros es muy clásico de la comedia romántica y tiene un punto ligero pero luego la película es mas dramática de lo que parece. ¿Quería jugar con ese contraste?
R. Quería que la película tuviera un tono lúdico y juguetón y al mismo tiempo que sea honesta y los sentimientos sean reales. No quería ocultar las partes duras de hacerse mayor.
P. La película cuenta los problemas de vivienda de Dave (Dave Johns) y adquiere un tono social. ¿Quería que fuera también una crítica a un Estado que abandona a sus ciudadanos a su suerte?
R. Yo soy una persona muy política y en todas mis películas eso está presente. Me gusta mostrar las problemáticas sociales a través de las dificultades de mis personajes. Pero no quería que eso fuera el centro del filme. Me gustan las películas de Ken Loach pero esta no es una película de Ken Loach. A mí me gusta moverme entre lo personal y lo político. Me gustaría que el público empatizara por la situación que atraviesa Dave. Hay algo que me gusta mucho de él y es que se niega a ser una víctima, no quiere ser una carga para la generación más joven. Y ella respeta su necesidad de encontrar su propio camino.
P. El personaje de Dave es un hombre que siempre ha cuidado de los demás, como enfermero de un hospital mental, atendiendo a su familia… ¿Quería mostrar cómo es una buena persona?
R. Es un hombre que también miente. Cuando preparábamos la película el actor, Dave Johns, me preguntó en quién está basado el personaje y luego durante el rodaje me dijo ¡eres tú! Es cierto que me siento identificado con esta persona que ha sufrido mucho a lo largo de toda su vida pero aún y así sigue luchando. Tiene mucho de mí como señaló de manera muy sagaz el actor protagonista.
P. El dilema que se plantea alrededor del matrimonio de Dave, que conviene no desvelar, es moralmente complejo porque los dos tienen parte de razón. ¿Cuál es su opinión?
R. ¡La vida es complicada! No existe la persona perfecta, no existe la situación perfecta. Una de las maravillas de la vida es que es desordenada y caótica. En realidad eso es lo que la hace más humana. Si todo fuera perfecto y armónico sería peor. La perfección solo existe en Hollywood, solo allí a la gente las cosas le salen bien todo el rato y se comportan de manera heroica. A mí me gusta esa mezcla por la que todas las personas buenas tienen algún lado malo. Creo que la mayoría de la gente en general es buena aunque comete errores.
P. Muestra una sociedad diversa y cosmopolita. ¿Quería que fuera una película anti Brexit?
R. Nunca lo había pensado pero me encantaría que el público la viera así. Es mucho más enriquecedor y es incluso una gran alegría que podamos compartir nuestra vida con otras culturas. ¿Por qué estropearlo? Me parece una estupidez. Creo que la gente en Reino Unido pronto se dará cuenta de que el Brexit es un retroceso social y cultural. No quiero vivir en “Little England”. Y en el caso de España, es un país que conozco y cuya cultura me fascina. La relación entre nuestros países siempre ha sido estrecha, es ridículo romperlo.
P. En la película plantea algunos momentos muy románticos entre los personajes. ¿Es difícil mostrar el amor sin caer en cierta cursilería?
R. Quizá hay quien ve eso como cursi. Cuando Fern (Alison Steadman) canta para él en el parque yo no lo veo como algo cursi. En el montaje quitamos un par de escenas que quizá sí eran muy edulcoradas porque no eran necesarias.
P. ¿Cómo trabajó con los actores?
R. Hicimos algunos ensayos. Eso fue importante. No me interesan los ensayos que tratan sobre los movimientos de los actores o la forma en que expresan los diálogos. Lo que quiero es que quede claro cuál es el corazón de la historia y de los personajes. A partir de aquí los actores encontrarán la manera de hacer su trabajo. Cuando llegas a esa comprensión de lo que estás contando en el rodaje hay lugar para la improvisación que es algo que me encanta. Como ambos (Steadman y Johns) son excelentes actores improvisaron mucho y eso le dio mucha verdad a la película. Trabajar con actores es una alegría.
P. ¿Quería hacer un homenaje a la costumbre tan londinense de pasear por el parque?
R. Sin duda en Londres hay muchos parques y hay una gran tradición de pasear por ellos. Durante la época victoriana muchas familias ricas que poseían tierras las donaron para que se hicieran parques públicos, tenemos suerte. El parque en concreto que sale en la película está en frente de mi casa, lo cual es muy conveniente para un director mayor como yo.
P. ¿Quería hablar de la relación que tenemos con nuestras mascotas?
R. Los animales domésticos te enseñan cómo amar de manera incondicional. Son grandes maestros del amor.