Los Óscar se enfrentan a la gala más complicada de su historia, y eso que en los últimos años no han sido pocas las polémicas que han salpicado a los premios dela Academia de Hollywood. En cualquier caso, la edición de 2021 –la madrugada del lunes, 26, en España– no estará marcada por la escasa diversidad de raza y género entre los nominados, principal campo de batalla de los agentes más reivindicativos de la industria, sino por la necesidad de adaptarse a las restricciones de la pandemia. Sin embargo, los productores de la gala, entre los que se encuentra el cineasta Steven Soderbergh, van a tratar de distanciarse de la ensalada de videollamadas que hemos visto en los Globos de Oro o en los Bafta, apostando por la presencialidad y el espectáculo. “Queremos hacer una película de tres horas en la que se entregan algunos premios”, ha afirmado el director de Ocean’s Eleven. Veremos si acaba pareciéndose más a un musical vitalista o a una de catástrofes. Quizá no sea un buen augurio que la ceremonia se vaya a celebrar al aire libre en el centro ferroviario Union Station de Los Ángeles, donde el maestro de la destrucción Michael Bay rodó una escena de Pearl Harbor.

Tras su triunfo en Venecia, en los Globos de Oro y en los Bafta, todas las apuestas dan como favorita a 'Nomadland'

Solo acudirán al sarao los nominados, acompañados de un invitado, y los presentadores (entre los que ya están confirmados, entre otros, Joaquin Phoenix, Brad Pitt, Reneé Zellweger, Laura Dern, Harrison Ford o Bong Joon-ho, gran triunfador el año pasado con Parásitos) y, aunque en un principio se pretendía evitar cualquier tipo de conexión vía Zoom o similar, parece que en los últimos días se ha relajado esta opción ante la imposibilidad de que algunos aspirantes a la estatuilla puedan acudir a Los Ángeles por las restricciones de movilidad. Además, por tercer año consecutivo, la gala no tendrá un maestro de ceremonias, mientras que el Dolby Theather, escenario habitual de los Óscar, acogerá algún show adicional en directo, ya sean interpretaciones de artistas, números musicales o alguna que

otra sorpresa…

Los hitos

Dejando de lado la pandemia y sus efectos sobre la gala, los Óscar 2021 serán recordados como los más diversos de su historia. Son varios los hitos que se han producido: nunca antes hubo tanta heterogeneidad racial en las categorías interpretativas, nunca antes habían sido nominadas tantas mujeres (70 en 23 categorías), nunca antes un equipo de productores negros había conseguido una nominación a mejor película (Shaka King, Ryan Coogler y Charles D. King por Judas y el mesías negro), nunca antes dos actores con ascendencia asiática habían optado a la estatuilla a mejor protagonista (Steven Yeun por Minari y Riz Ahmed por Sound of Metal) y nunca antes habían aparecido dos mujeres entre los nominados a mejor director (Chloé Zhao por Nomadland y Emerald Fennell por Una joven prometedora).

De esta manera, la Academia se encuentra en posición de sacar pecho tras las polémicas ediciones de los #OscarSoWhite de 2015 y 2016 y del MeToo en 2018, ya que pueden alegar que las medidas tomadas para promover la diversidad, tales como doblar el número de académicas o reducir el porcentaje de personas de raza blanca en la institución, están funcionando. Sin embargo, habría que preguntarse cómo serían las nominaciones si se hubieran estrenado en 2020, como estaba previsto, los últimos filmes de Steven Spielberg (el esperado remake de West Side Story), Wes Anderson (La crónica francesa) o Denis Villeneuve (Dune), por poner tres ejemplos de una larga lista de retrasos.

Y es que, entre los nominados, tan solo David Fincher alcanza el prestigio de los nombres anteriormente mencionados. Su filme Mank es el que parte con más menciones (10), pero quizá sea el más extemporáneo en cuanto a temática de todos los candidatos a mejor película: se trata del clásico homenaje que Hollywood está encantado de hacerse a sí mismo, mientras que en esta edición de los Óscar priman las historias combativas que ponen el foco en los marginados de la sociedad. El relato de cómo Joseph W. Mankiewicz desarrolló el guion de Ciudadano Kane merece todos los elogios por su impecable reconstrucción de la época dorada de Hollywood, pero la falta de consistencia de su propio libreto –que no ha logrado colarse entre las cinco candidatas al Óscar– reduce las posibilidades de que el director de El club de la lucha se convierta en el gran triunfador de la noche.

Tras su victoria en Venecia, en los Globos de Oro y en los BAFTA, todas las apuestas dan como favorita a Nomadland, película de la directora chinoestadounidense Chloé Zhao que retrata a los grandes damnificados de la crisis económica de 2008. Valiéndose de una impecable interpretación de Frances McDormand (a la que solo la Andra Day de Los Estados Unidos contra Billie Holiday podría disputarle la estatuilla), Zhao insufla autenticidad a la historia de Fern, esa mujer que tras perderlo todo inicia una nueva vida en la carretera, rodeando a la actriz de personas reales que interpretan versiones ficcionadas de ellos mismos. De esta manera, el filme se muestra como el más heterodoxo de todos los aspirantes, y también como el más íntimo y desgarrador. Aunque Sound of Metal se queda cerca de alcanzar esa autenticidad que desborda en la película de Zhao con la historia de un batería ex-adicto a la heroína (un superlativo Riz Ahmed) que de la noche a la mañana pierde la audición. No se le debe escapar al filme de Darius Marder el Óscar al mejor sonido, utilizado de forma magistral para aumentar la tensión dramática.

Pese a sus 10 nominaciones, la falta de consistencia de su guion reduce las posibilidades de 'Mank', de Fincher

Otras dos películas continúan dirigiendo el foco hacia los outsiders de la sociedad americana. Tanto Judas y el mesías negro como El juicio de los 7 de Chicago (a la que algunos ven como la gran tapada de la noche) se sitúan en los años 60 para elaborar un relato de la lucha racial y por los derechos civiles que resuena en una actualidad marcada por el movimiento Black Lives Matter. Si el filme de Shaka King apuesta por el thriller de infiltrados valiéndose del gran trabajo de Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield, ambos nominados, para trazar un poderoso retrato del auge de los Panteras Negras, Aaron Sorkin se pliega a los mecanismos del drama judicial para hablarnos de los sectores progresistas que se creyeron capaces de cambiar el mundo. En cualquier caso, ambos filmes quedan lastrados por el uso de la brocha gorda para contornear a los poderes fácticos de EE.UU., ya estén escondidos detrás del FBI o de la oficina del fiscal y la judicatura.

El sueño americano

El álbum de los marginados de la sociedad lo completa Minari, quizá el filme más oscarizable, una historia familiar de superación emotiva y sincera, rodada sin grandes aspavientos, destinada a convencer a un público muy amplio. Basada en los recuerdos de infancia del director Lee Isaac Chung, la película sigue a una familia de emigrantes coreanos que busca alcanzar el sueño americano en los años 80 a través de la explotación agrícola y tiene su mayor reclamo en el desempeño de los actores: Steven Yeun opta al Óscar al mejor actor y Yuh-Jung Youn, la entrañable abuela, parte como favorita para la estatuilla a la mejor actriz de reparto.

No menos portentosas son las interpretaciones de Antonhy Hopkins y Olivia Colman en la teatral y tan dura como bella El padre, del debutante Florian Zeller, que pone también en tela de juicio la solidez de las estructuras familiares cuando la demencia senil se interpone entre un padre y su hija. La sencillez de su puesta en escena contrasta con el envoltorio pop y en apariencia frívolo, con canciones de Britney Spears y una llamativa paleta de colores, que utiliza Emerald Fennell para Una joven prometedora, un thriller de venganza para los tiempos del #MeToo que logra sortear todos los lugares comunes sobre el abuso sexual gracias a un guion que sabe retorcer los hilos narrativos que plantea con maestría.

Y ante la ausencia de filme español entre los nominados a mejor película extranjera (ese galardón tiene ya escrito el nombre de Thomas Vinterberg por Otra ronda), habrá que cruzar los dedos para que los españoles Sergio López-Rivera, por el maquillaje y peluquería de La madre del blues; Santiago Colomo, por los efectos visuales de El magnífico Iván, y María del Puy Alvarado y Marisa Fernández Armenteros, por su participación en la producción de la chilena El agente topo, nominada a mejor documental, puedan llevarse el gato al agua.

@JavierYusteTosi