Kiyoshi Kurosawa. Foto: D'A Film Festival

Kiyoshi Kurosawa. Foto: D'A Film Festival

Cine

Kiyoshi Kurosawa: “Quería reflejar el choque entre el individuo y la sociedad”

Ganador del León de Plata al mejor director en el Festival de Venecia, Kurosawa presenta en 'La mujer del espía' un drama histórico y romántico con forma de thriller

9 julio, 2021 09:20

Entre la lealtad a la patria y a la justicia universal o entre la preservación de uno mismo y la conciencia. Los grandes conflictos históricos plantean dilemas complejos a quienes los viven, como vemos en La mujer del espía, película ambientada en el Japón de los años 40 del siglo pasado, tiempos difíciles en los que el país perpetraba una brutal invasión militar en China a la vez que sonaban los tambores de guerra con Estados Unidos. Según Kiyoshi Kurosawa (Kobe, 1955), fue una época marcada por la “ansiedad” que como es sabido terminó de manera dramática con las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.

El “espía” del título de la película es Yusaku (Issei Takahashi), ejecutivo de una compañía comercial fascinado con la cultura de Estados Unidos que se revela contra su gobierno cuando descubre las atrocidades que está realizando el ejército japonés en Manchuria. Su mujer es Satoko (Yu Aoi), una joven ama de casa dispuesta a tener una plácida vida burguesa. Con forma de thriller político, en el filme la ingenua Satoko acabará descubriendo la crueldad de los Estados cuando defienden sus intereses y la insignificancia de la vida humana frente a los grandes juegos políticos.

Kurosawa, con una larga trayectoria en el cine de su país, ha logrado con La mujer del espía su mayor éxito de prestigio, alejándose del género de terror con el que suele ser asociado. A lomos del boom del cine de género japonés de principios de esta década, liderado por películas como Ringu (Hideo Nakata, 1998) o La maldición (Takashi Shimizu, 2002), el cineasta se hizo un hueco en las pantallas occidentales con títulos como Loft (2005) o Creepy (2016), en los que la típica historia de fantasmas nipona adquiere un aire de terror, muchas veces también poético. Cineasta prolífico, nos explica por qué son las circunstancias las que marcan el carácter de las personas o las dificultades derivadas de rodar en 8K.

Pregunta. La trama da muchas vueltas y las acciones de los personajes también cobran distintos significados. ¿Quería que todo el rato nos cuestionáramos nuestra opinión sobre lo que vemos?

Respuesta. El Japón de los años 40 estaba sometido a un régimen militar y todo el mundo tenía angustia en su corazón. En la película he tratado de transmitir esta sensación de ansiedad y al mismo tiempo el contraste entre lo que cada uno podía sentir como individuo y hacia donde se movía la sociedad en su conjunto. Las personas no somos simples, de un solo carácter. Estamos hechos desde distintas capas. Cambiamos mucho según en qué situación nos encontremos, de forma de actuar, de hablar, de pensar… En la película, son los acontecimientos los que provocan que los personajes tengan que cambiar. Frente a esas adversidades no tienen más remedio que convertirse en seres distintos y eso es lo que he querido reflejar.

P. La mujer del espía, como dice el título, es el personaje más misterioso. ¿Es demasiado ingenua o es una persona egoísta?

R. Cada uno lo entiende de la forma que quiere, yo la veo como el personaje que más evoluciona dentro de la película. Al principio es una mujer normal que vive una vida tranquila como mujer de un empresario en Kobe y es un poco ingenua. Ella actúa según sus creencias para conseguir la libertad. En frente de las adversidades, va evolucionando. Yo no la veo como malvada en absoluto a pesar de que comete muchos errores. Es valiente. Para mí, esta película es un drama moral sobre el choque ente el individuo y la sociedad, es muy difícil saber qué es lo correcto. La propia Historia no ofrece respuestas y por eso me resultó muy difícil acabarla, ningún final me parecía adecuado porque la propia Historia sigue y le da nuevas respuestas a esos dilemas del pasado.

P. En un momento dado del filme el protagonista masculino, el “espía”, reflexiona sobre sus actos y dice que su deber de conciencia es superior a su condición de japonés. ¿Pesa más la justicia universal o el patriotismo?

R. Yo estoy de acuerdo con Yusaku, hay que ser cosmopolita y lo más correcto es denunciar las atrocidades que comete el ejército japonés. A partir de aquí surge un dilema quizá más importante y es si uno debe actuar según su conciencia aun poniendo en peligro la propia vida. ¿Debemos arriesgar nuestra vida y la de nuestro familiares para hacer lo correcto? Esa es la reflexión que propongo.

P. En la película vemos que Estados Unidos es al mismo tiempo el enemigo pero también causa admiración en un Japón que adopta totalmente el modelo capitalista. ¿Existe una ambivalencia en relación a ese país?

R. Es una relación muy complicada. Hay una historia que explica bien esta situación. Mis padres de jóvenes vivieron la Segunda Guerra Mundial, tenían unos 10 u 11 años. Después de la bomba de Nagasaki, fueron a ver la devastación que dejó la bomba atómica y quedaron muy impresionados. Al mismo tiempo, esa generación creció viendo el cine americano. Luego, aparecieron los militares en Tokio. Al principio, mis padres tenían mucho miedo porque los medios japoneses los pintaban muy malos pero cuando los vieron en persona, este miedo desapareció. Incluso los encontraron guapos y atractivos. Yuzaku tiene idealizado Estados Unidos a través del cine americano y por esta razón también va a denunciar al ejército japonés. Había una gran admiración por la libertad de las personas y de expresión del país. Aun ahora sigue habiendo esta idealización hacia la cultura americana en Japón.

P. Ha rodado la película en 8K para que pueda ser transmitida por televisión como una serie. ¿El hiperrealismo de ese formato plantea retos cuando se rueda una película histórica?

R. Ha llevado mucho trabajo que se vea claro y con el grano fino, pero como si fuera un “tableau vivant” y no la cruda realidad. Si estás transmitiendo una competición deportiva ese realismo del 8K es una fortaleza, pero en una película de ficción puede ser demasiado realista. Loa actores no parece que vivan en una película histórica, parecen actores. Por suerte, tuve unos técnicos increíbles que trabajaron duro para que no se percibiera esa crudeza.

@juansarda