El Festival de Gijón regresa a las salas en su 58 edición, tras un 2020 en el que la organización se vio obligada a llevar la programación al streaming al coincidir su celebración con el pico de la pandemia en Asturias. “Es una alegría inmensa ver a las personas por la calle con el desplegable de horarios del festival, preguntando por los programas de mano, respirando ya ese ambiente de cine”, asegura Alejandro Díaz, director del certamen. “El año pasado se perdió esa comunión con el público y recuperarla era muy importante, por cómo repercute en la ciudad y también por cómo lo viven los propios cineastas. No es lo mismo presentar tu película a través de una conexión online, desde tu propia casa, que ir a una sala y ver la reacción del público, que es algo realmente útil para ellos”.

Libres de restricciones, salvo que durante el desarrollo del festival la legislación marque algo diferente, y tan solo con la obligación de llevar mascarilla en las salas y de respetar la distancia de seguridad, el festival presenta una programación con grandes nombres como los del coreano Hong-Sang Soo, presente en la sección Albar por partida doble con Introduction y In Front Of Your Face, el canadiense Denis Cotê (Hygiène Sociale), el israelí Avi Mograbi (The First 54 Years. An Abbreviated Manual For Military Occupation), los franceses Lucile Hadzihalilovic (Earwig), Gaspar Noé (Vortex) y Bruno Dumont (France) o el neoyorquino Abel Ferrara (Zeros and Ones).

“Es la primera vez que vamos a hacer una edición presencial con la nueva estructura de la sección oficial, que tiene tres competiciones: Retueyos, para primeras, segundas y terceras películas; Albar, para cineastas con una trayectoria más amplia; y Tierres en Trance, para cine iberoamericano, que creemos que es una de las cinematografías más pujantes a nivel mundial”, explica Díaz. “Además, nuestra intención es que haya una contención a la hora de programar. Nos estamos manteniendo en diez títulos por competición y creo que es algo muy importante para que las películas puedan ser mimadas y cuidadas, para que la prensa pueda llegar a todas ellas, y para que tenga la oportunidad de ganar premios y así alcanzar más visibilidad”.

También se mantiene la sección Esbilla, una de las más longevas del festival, dividida también en tres apartados: Espectru, con películas que han triunfado en otros festivales como As In Heaven (Tea Lindeburg), galardonada en Donosti con los premios a la mejor dirección y a la mejor interpretación protagonista para Flora Ofelia Hofmann Lindahl, o Casablanca Beats, de Nabil Ayouch; Equi y N’Otru Tiempu, con películas de no ficción muy apegadas a la realidad, y Midnight Sabaz, dedicada a cine de género con una perspectiva novedosa y autoral. También se mantienen las sección oficial de cortometrajes y Enfant Terribles, con películas para los más pequeños.

El festival además plantea un irresistible duelo de actores en las películas de inauguración y clausura. El festival abre este viernes con el nuevo filme de Joaquin Phoenix, C’mon C’mon. Siempre Adelante (Mike Mills), y cierra el 27 de noviembre con la proyección del último tour de force del intérprete francés Mathieu Amalric, Tralala (Jean Marie y Arnaud Larrieu). “Con Joaquin Phoenix tenemos una longeva historia de amor que va por el tercer capítulo, ya que en 2005 inauguramos con Walk The Line (James Mangold), su biopic sobre Johnny Cash, y en 2010 con I’m Still Here (Casey Affleck)”, comenta Díaz. “C’mon C’mon es su primera película después de ganar el Óscar y, además, tenemos una relación muy especial con su director, Mike Mills, ya que estuvo en Gijón con su ópera prima, Thumbsucker (2005). Por su parte, Tralala es una de las grandes sorpresas del año, un musical muy libre que incluye mascarillas y toda la parafernalia visual relacionada con la pandemia de forma totalmente natural y muy optimista. La interpretación de Amalric es además increíble”.

Joaquin Phoenix en 'C'mon C'mon', de Mike Mills

Tralala no es el único filme que estará marcado por la pandemia. “Una de las tendencias que hemos visto en las películas que proyectamos este año en el FICX es que estamos ante un cine de recomposición”, asegura Díaz. “Los directores están intentando recomponer el mundo tras la situación que hemos vivido y seguimos viviendo, están intentando volver a las raíces del humanismo, que por desgracia se van quedando atrás. Y otra de las tendencias más importantes del festival tiene que ver con la plasmación de la disconformidad de las nuevas generaciones con el mundo que les estamos legando. Por eso, nos parece importante colocar Retueyos como primer apartado dentro de la sección oficial, ya que está dedicada a cineastas jóvenes”. 

Entre los invitados al festival destacan los tres premiados: Gonzalo Suárez, uno de los cineastas más longevos y heterodoxos del cine español, que presenta el corto Alas de Tinieblas, recibe el Premio Isaac del Rivero a la Trayectoria Artística; Icíar Bollaín alzará el Premio Mujer de Cine 2021, y Chiara Mastroianni será honrada con el Premio de Honor FICX 2021. Pero también estarán presentes cineastas como como Amalia Ullman con su filme El planeta, el israelí Avi Mograbi o José Luis Guerín, que reestrena uno de sus filmes fundamentales, Tren de sombras (1997). “También me gustaría destacar películas como la argentina Palestra, de Basovih Marinaro y Sofía Jallinsky, una de las más punkies del año, en la que las generaciones que vienen nos sacan los colores a las generaciones anteriores”, apunta Díaz. “O Neptune Frost, de Saul Williams y Anisia Uzeyman, un musical ruandés psicotrónico y contestatario que es un viaje total, todo un trip. Además, creo que el director portugués Joao Rosas, al que le dedicamos un ciclo, va a ser todo un descubrimiento para el público. Es un director de una sensibilidad muy parecida a la de Jonás Trueba”.

@JavierYusteTosi