Un Objeto Volante No Identificado ha iluminado el cine español. Se trata de Espíritu sagrado, el debut en el largometraje de Chema García Ibarra, un filme único capaz de aunar en una imagen a Phillip K. Dick y Pedro Almodóvar. El manchego también aparece en nuestra lista de las mejores películas españolas del año con Madres paralelas junto a otras rarezas como la magnética Destello bravío, la hilarante Seis días corrientes y el documental Quién lo impide.
Espíritu Sagrado
Chema García Ibarra
Chema García Ibarra ha satisfecho con creces las expectativas generadas por su primera película después de más de una década instalado en la cúspide del cortometraje español. Y lo ha hecho manteniendo las señas de identidad de trabajos como El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2008) o Protopartículas (2009), premiados en festivales de todo el mundo: una bizarra cosmogonía de influencias en la que comparten mesa Isaac Asimov, Philip K. Dick, Luis Buñuel, Robert Bresson, Roy Andersson y Pedro Almodóvar, la extrema combinación de drama y comedia, el uso de actores no profesionales en un registro de hilarante laconismo y la ambientación en el extrarradio y los descampados de la ciudad española de provincias estándar. La película se centra en José Manuel, un camarero de un barrio obrero de Elche cuya tediosa vida encuentra una válvula de escape en la asociación de ufología Ovni-Levante, en la que se reune una variopinta pandilla de inadaptados. La desaparición de la sobrina del protagonista sacará a luz secretos inesperados. Espíritu sagrado puede parecer un mero guiñol satírico de la España vaciada, una extraña broma de tintes posthumorísticos, pero en su vertiente más conspiranoica guarda una tragedia y una oscuridad capaz de congelar la sonrisa del espectador. Irrenunciable.
Destello bravío
Ainhoa Rodríguez
Otra de las grandes óperas primas del año, atípica, magnética y radiante, con un gozoso surrealismo y un sofisticado halo de suspense. La directora sitúa en el centro del relato a un grupo de mujeres de la localidad extremeña de Puebla de la Reina a las que la juventud dio esquinazo hace tiempo, sometidas al machismo, al influjo cercenador de la iglesia, a la soledad, al olvido. Pero aun así mujeres vivas, soñadoras, excéntricas, empáticas y, sí, también sexuales. De hecho, el deseo se presenta como una fuerza transversal a todo el filme y es el desencadenante de una de las secuencias más arriesgadas del año, la bacanal entre señoras.
Quién lo impide
Jonás Trueba
Estamos acostumbrados a una cierta forma de mostrar la juventud en el cine: montajes sincopados, música a todo trapo, vida loca y aventurera… Pero los adolescentes de Quién lo impide transpiran verdad porque aparecen tal cual son, con un entusiasmo desbordante pero también con sus inseguridades, sus tristezas, su miedo ante un futuro que parece cada vez más borroso, marcado por el altísimo nivel de paro juvenil y la precariedad laboral. En el documental de casi cuatro horas de Jonás Trueba hay toneladas de buen cine.
Madres paralelas
Pedro Almodóvar
¿Cómo hacer convivir una película sobre dos madres por accidente con un filme que abandera la necesidad de desenterrar los muertos de la Guerra Civil? La respuesta es Madres paralelas, filme en el que un relato propio de Douglas Sirk o de Vincente Minnelli es intermitentemente invadido por la vocación historicista de Manoel de Oliveira o Jean-Luc Godard. La operación es de alto riesgo, pero el resultado es, cuanto menos, muy eficaz. Una magnífica, conmovedora y relevante película en donde la actuación de Penélope Cruz resulta determinante para expresar el dilema ético al que se enfrenta el personaje de Janis.
Seis días corrientes
En Seis días corrientes, Neus Ballús propone un viaje de seis jornadas laborales acompañando a los chapucillas Moha y Valero –intérpretes no profesionales que recibieron ex aequo el premio al mejor actor en Locarno – por un periplo de reparaciones mientras van limando asperezas en una relación que empieza con mal pie. Poco a poco, esta hilarante comedia se destapa como un afinado y emotivo canto a la empatía, al tiempo que deconstruye la masculinidad hasta dejarla en cueros y muestra una postal de una Barcelona multicultural y humilde que no suele salir en las guías de viaje. Un filme imprescindible que mezcla la típica comedia española con el cine de autor.