Carla Simón ha triunfado en Berlín con Alcarràs, que ha ganado el Oso de Oro, máximo galardón de la Berlinale. El filme aborda la historia de una familia de agricultores del melocotón de un pueblo de Lleida que se enfrenta a la última recogida de la cosecha, ya que el dueño de las tierras va a colocar en el lugar placas solares.
El premio ha sido anunciado por el presidente del jurado de este año, el reconocido director indio-estadounidense M. Night Shyamalan, que ha elogiado la "extraordinaria capacidad" interpretativa de los actores —que no son profesionales— y la capacidad de la directora y guionista para introducir "ternura y comedia" en la historia.
Al recoger el premio, Simón ha dicho que se considera "hija de este lugar", que es su "casa del cine", ya que su anterior filme, Verano 1993, fue honrado con el premio a la mejor ópera prima de todo el festival. De hecho, su trayectoria está íntimamente ligada al festival germano, donde se cocinó durante dos años Verano 1993, en el programa Script Station y en el Talents, y a donde volvió para buscar financiación para Alcarràs.
"Esta es una historia sobre la pertenencia a una tierra, a un lugar, pero también un drama sobre las perpetuas tensiones generacionales, la superación de antiguas tradiciones y la importancia de la unidad familiar en tiempos de crisis", ha manifestado la directora, que sufrió un importante varapalo cuando tuvo que posponer el rodaje un año por culpa de la pandemia. Sin embargo, parece que el proyecto no se resintió por este percance.
Al igual que Verano 1993, Alcarràs parte de las vivencias personales de la directora, ya que su familia trabajaba en la agricultura en Lleida y con ellos pasó varios veranos en la adolescencia. Simón ha dedicado el premio a "las pequeñas familias de agricultores que cultivan la tierra cada día para que esta fruta llegue a nuestros platos". Además ha dado las gracias a su equipo y al "maravilloso" elenco de actores no profesionales que "dieron y pusieron su alma" en esta película.
El reparto de esta película coral está formado por habitantes de la zona de Lleida y trabajadores de la tierra, tras un largo proceso de casting. “Quería que los intérpretes tuvieran un vínculo muy real con la tierra, que la sintieran”, ha explicado Simón a El Cultural. “Me parecía importante que fueran agricultores porque en su piel se percibe el trabajo en el campo y saben cómo se recoge un melocotón o cómo se conduce un tractor. Creo que es algo que aporta verdad. Además, quería que hablaran el catalán de Lleida, que no ha sido muy retratado en el cine y me parece muy hermoso”.
Quinto Oso de Oro para España
Carla Simón ha conquistado el quinto Oso de Oro para España, aunque se ha hecho esperar casi 40 años. El primero lo logró en 1960 César Fernández Ardavín por El lazarillo de Tormes, pero la etapa más exitosa tuvo lugar en los primeros años de democracia. En 1978, en una edición histórica para nuestro cine, recibieron ex aequo el galardón Las truchas (José Luis García Sánchez) y Las palabras de Max (Emilio Martínez-Lázaro) -mientras que Ascensor (Tomás Muñoz) ganó el máximo premio en el apartado de cortos-.
Carlos Saura se llevaría los honores con Deprisa, deprisa en 1980 y Mario Camus conquistaría el último plantígrado dorado para nuestro cine en 1983 por La Colmena. Desde entonces, ningún director español había logrado imponerse en un festival que había ido perdiendo paulatinamente el interés por nuestra cinematografía. Tan solo Isabel Coixet ha conseguido mantener una relación estable con el certamen en los últimos años, presentando allí tres películas a concurso.
Otros premios
El Oso de Plata Gran Premio del Jurado ha sido para The Novelist’s Film (La película del novelista), del coreano Hong Sang-soo, que a media voz y parco en palabras se ha declarado muy sorprendido y agradecido.
El Oso de Plata Premio del Jurado ha sido para la directora boliviana residente en México Natalia López Gallardo y su película Manto de gemas.
Por su parte, la cineasta francesa Claire Denis ha obtenido el Oso de Plata a la mejor dirección por su película Avec amour et acharnement (traducida al inglés como Both Sides of the Blade).
La película Rabiye Kurnaz vs. George W. Bush, de Andreas Dresen, se ha alzado con dos Osos de Plata: al mejor guion, a cargo de Laila Stieler, por mostrar “la importancia de la democracia en nuestras sociedades en una manera sensible, con humor e inteligente”, y a la mejor interpretación, por el trabajo de la actriz Meltem Kaptan en el papel protagonista.
El premio Oso de Plata “a una contribución artística sobresaliente” ha sido para el camboyano Rithy Panh y Everything Will Be OK, una peculiar cinta rodada con muñecos en la que los animales toman el control del planeta y someten a esclavitud a la humanidad.
La Berlinale regresó con esta edición al formato presencial, tras haber quedado limitado a lo meramente virtual el año pasado por imperativos de la pandemia. Se ha celebrado, sin embargo, bajo estrictas medidas, ya que Alemania atraviesa aún una fase de fuerte incidencia de contagios derivados de la variante ómicron. La asistencia a los pases o conferencias de prensa solo era posible para los representantes de los medios acreditados con la pauta completa de la vacunación más un test diario negativo -también para quienes tenían la dosis de refresco-.
La actriz francesa Isabelle Huppert no pudo acudir a Berlín para recoger el Oso de Oro de Honor al conjunto de su carrera, por haber dado positivo de covid la víspera de la gala prevista para ese homenaje, que siguió de forma virtual desde París.