El cine no es solo un oficio, es también una pasión, una obsesión y una forma de luchar contra la propia muerte. Productor de raza, Jeremy Thomas (Londres, 1949) está detrás de algunos de los mejores títulos de los últimos 45 años. Son películas como sus colaboraciones con Bernardo Bertolucci, con el que ganó el Oscar por la monumental El último emperador (1987) o levantó otros títulos sobresalientes como El cielo protector (1990) o Soñadores (2003). Otro de sus favoritos, David Cronenberg, al que ha producido filmes como los polémicos El almuerzo desnudo (1991), basado en el libro de William Burroughs, o Crash (1996), tan brutales que hoy está convencido de que no lograría financiarlas.
Su primera gran película fue Feliz Navidad, Mister Lawrence (Nagisha Oshima, 1983), en la que participaba David Bowie, un artista que como explica en el documental le dejó impresionado por su carisma. La fascinación por el mundo oriental se ha traducido en otros títulos como los que ha producido al ínclito japonés Takashi Miike, 13 asesinos (2010) o Hara Kiri (2011).
Protagonista de honor del recién clausurado Festival Internacional de Cine de Barcelona, Thomas acudió a la capital catalana para presentar el documental Jeremy Thomas, una vida de cine, en el que Marck Cousins (autor de la célebre serie La historia del cine, una odisea (2011) narra el viaje en coche que el productor realiza todos los años desde su Londres natal hasta el Festival de Cannes.
Pregunta. ¿Cómo surge este documental de Mark Cousins?
Respuesta. Me han ofrecido varias veces hacer un repaso de mi carrera pero siempre me negué. No me interesaba el típico documental con “cabezas parlantes”. Cuando Mark me contactó, su idea de hacer una especie de “road movie” con el viaje que hago todos los años a Cannes me sedujo. Era un equipo muy pequeño, un par de cámaras, Mark y yo en el coche, con sus distintas paradas. Es un trayecto que siempre disfruto mucho, me gusta conducir, escuchar música en la radio del coche… Me sigo sintiendo como un crío excitado todas las veces, aunque la realidad es que cuando me miro en el espejo me veo muy mayor. Cuando se estrenó en ese mismo festival el año pasado me produjo una sensación muy extraña. Al mismo tiempo, me gusta que trate sobre mis temas favoritos: sexo, política, coches y la muerte.
"Me sigo sintiendo como un crío excitado, aunque la realidad es que cuando me miro en el espejo me veo muy mayor"
P. ¿Qué debe tener un proyecto para que lo produzca Jeremy Thomas?
R. Es una combinación de factores. Lo principal es mi propio gusto y los directores lo esencial. Solo trabajo con gente a la que admiro, debo sentir un click con su obra para lanzarme. Luego los hay más fáciles que otros pero es algo con lo que debes lidiar, incluso con artistas difíciles trato de hacerlo de una manera feliz. Producir se parece a ser un buen marido o adoptar a un niño huérfano. Si me gusta un director lo habitual es que quiera repetir y acabemos haciendo muchas películas.
P. En el documental se pone el acento en la controversia que generaron algunas de sus películas como Contratiempo (1980), en la que colaboraba por primera vez con Nicolas Roeg, o Crash de Cronenberg, en la que se mezclaban los accidentes de coche con el sexo. ¿Comparte la idea de que hoy vivimos tiempos más puritanos y conservadores que no dejan espacio a la transgresión?
R. Se puede seguir provocando pero tienes que hacerlo de manera sutil. Es cierto que las cosas han cambiado mucho en los últimos cuarenta años. La gente hoy en Occidente se siente ofendida por cosas que antes no le importaban, pero siempre ha sido difícil provocar. Las reglas cambian y tienes que ser listo para adaptarte. No creo que hoy pudiera levantar Crash o El almuerzo desnudo, y menos con un gran estudio como 20 Century Fox. Al final, tienes que adaptarte a este mundo cambiante en el que se piensan y se reciben las cosas de manera distinta. Trato de ser consciente y no quejarme.
P. ¿Producirá alguna vez una película para las plataformas?
R. Veo Netflix y todas las plataformas pero prefiero ir al cine. Me gusta ver las películas en el lugar para el que han sido creadas. No se puede comparar la experiencia. Necesitas una gran pantalla para disfrutarlas de verdad, la imagen, el sonido… no tiene nada que ver. Desde luego, se hacen algunas buenas películas para ser vistas en casa pero creo que la sala de cine sigue estando en lo alto de la pirámide del entretenimiento. No conozco a nadie cuya película favorita no la haya visto en una sala.
"La gente hoy en Occidente se siente ofendida por cosas que antes no le importaban"
P. ¿Sigue creyendo en un cine de autor en el que el director es el rey?
R. Desde luego. La prueba está en las mejores películas de los últimos años. Me refiero a títulos como Parásitos (Bong Joon Ho, 2019) o Nomadland (Chloe Zao, 2021), que han tenido mucho impacto y han ganado el Oscar porque este cine sigue teniendo una posición cultural. La palabra “autor” se ha degradado pero me sigue gustando la idea. Del mismo modo que cuando vas a una exposición de David Hockney sabes lo que vas a ver, intuyes qué esperar de Woody Allen o Roman Polanski, dos artistas hoy muy cuestionados por razones que no son artísticas. Me interesa que me ofrezcan una visión del mundo, no existe el arte, existen artistas. Es una gran verdad.
P. ¿Qué opina de la cultura de la cancelación?
R. Un gran artista puede ser una mala persona, puedes juzgar su personalidad pero no tiene nada que ver con su obra. He hecho grandes películas con personas que hoy no consideraríamos correctas. Si cancelamos a todos los directores que no han sido intachables, nos cargamos la historia del cine.
P. ¿Y qué opina de la ola de políticos populistas que hoy triunfan en el mundo?
R. Este resurgir de la ultraderecha es insano, da mucho miedo. Boris Johnson es lo peor que le ha pasado a Gran Bretaña desde que tengo uso de razón. Esos líderes agitan el nacionalismo con fines populistas y lo peor es que están seguros de que poseen la verdad. El Brexit fue una tragedia. Johnson mintió y la gente le creyó. Todos esos líderes son unos grandes mentirosos.
"Boris Johnson es lo peor que le ha pasado a Gran Bretaña desde que tengo uso de razón"
P. Volvamos al cine. ¿Ha cambiado mucho no solo la forma de exhibir las películas sino también la de hacerlas?
R. En lo esencial es lo mismo, pero todo lo demás es distinto. Hacer una buena película requiere del mismo esfuerzo y tiene los mismos elementos, la imagen, la emoción, los actores, incluso lo básico del apartado técnico sigue siendo muy parecido. Lo que ha cambiado mucho es la forma en que las películas son presentadas al público. Los rodajes también son muy diferentes. Antes, cuando terminaba la jornada, si no invitabas al equipo a una cerveza la gente se disgustaba mucho, ahora podrían ponerte una demanda sí haces eso. Estamos en un nuevo mundo en el que la seguridad y los permisos son mucho más rigurosos, la regulación es mucho más precisa. Los equipos también son mucho más grandes que antes.
P. En el documental Cousins pone en valor no solo su contribución financiera a esas películas, también la forma en que participa en su creación. ¿Los buenos productores tienen algo de artistas?
R. Como productor me involucro al máximo en todo el proceso, seleccionando los materiales y discutiendo sobre todas las áreas de la película. Acabo estableciendo una relación cercana e íntima con el director, pero también con el resto del equipo. Acabas creando una gran familia.
"He hecho grandes películas con personas que hoy no consideraríamos correctas"
P. ¿Qué es más importante para crear una gran película, el intelecto o la emoción?
R. Tienen que ir juntos. Feliz Navidad, Mister Lawrence es una gran película, es entretenida y tiene un profundo mensaje antibelicista. No da lecciones, sugiere ideas.
P. ¿La mejor película de Jeremy Thomas aún está por llegar?
R. Me gustaría vivir al revés y si primero me hizo viejo, volverme a hacer joven porque me siento como si tuviera 20 años. Quiero hacer muchas más películas, veinte como mínimo, y no quiero morirme nunca.