Albert Serra: "En el cine español soy el mejor, único"
Leopardo de Oro de Locarno con 'Historia de mi muerte' (2013), el provocador cineasta compite en la sección oficial de Cannes.
17 mayo, 2022 03:37Noticias relacionadas
Cuando Cannes anunció que Albert Serra (Banyoles, 1975) formaba parte de su sección oficial, comenzó a circular información confusa sobre su nueva película. Para empezar, se la nombró por el título de Bora Bora, que ha sido finalmente descartado. “La película recibe el nombre de Tourment sur les îles en Francia, y para las ventas internacionales llevará el de Pacifiction, pero todavía no sabemos cuál tendrá en España”, explica el director. En las noticias que se publicaron tampoco había unanimidad en el dibujo de la trama del filme, más allá de que se ambienta en una isla de la Polinesia francesa y que en ella aparece un diplomático francés. Serra tampoco ayuda a esclarecer este punto: “La sinopsis no te la sabría decir. Siempre me piden que haga una y es algo que me da bastante pereza y me resulta muy difícil porque exactamente yo tampoco sé de qué trata la película”.
Pregunta. ¿En torno a qué idea surgió el proyecto?
Respuesta. Mi primera intención fue abordar un tema contemporáneo, pero me parecía aburrido hacer algo burgués en un contexto urbano y se me ocurrió ir a una de las excolonias francesas de los territorios de ultramar. Son lugares en los que la tensión entre los poderes oscuros del estado y la gente, y otros males que están a la orden del día en todo el mundo, se reflejan muy gráficamente y de manera permanente. Por otro lado, buscaba un sitio que pudiera proporcionar imágenes de fantasía, un paraíso mental perdido que sirviera para jugar con conceptos como la paranoia o el espejismo.
P. A partir de ahí, ¿cómo se desarrolló la historia?
R. La idea era utilizar a un alto funcionario del estado, un hombre involucrado en la política real, en contacto con la gente y con unos poderes que le sobrepasan. La película toca temas insondables, casi abstractos, que no se pueden abordar desde la dramaturgia, lo didáctico o las ideas.
La culminación
Radical, provocador, revolucionario y heterodoxo, Serra es casi un género en sí mismo, un rara avis en el cine español que nunca deja indiferente con sus trabajos, algunos de los cuáles han tenido su presentación al mundo en Cannes: su debut, Honor de cavalleria (2006), pasó por la Semana de la crítica, La muerte de Luis XIV (2016) tuvo una proyección especial y Liberté (2019) estuvo en Una cierta mirada. “Estar en la sección oficial es bueno para la película, para el cine de autor en general y también para mí, como culminación lógica y previsible de una trayectoria en Cannes”, explica Serra. “Mi gran obsesión dentro del cine de autor es desarrollar algo original y genuino sin hacer ninguna concesión y, de alguna manera, esto es un reconocimiento. Pero es la propia película la que se lo merece y, en cualquier caso, ni este festival ni ningún otro dice nada a favor ni en contra de ella”.
P. Hasta ahora siempre ha rodado con tres cámaras, reuniendo mucho material y priorizando el montaje como principal herramienta creativa…
R. Aquí ha sido igual, incluso más exagerado. Teníamos 540 horas de imágenes en bruto y la transcripción de los diálogos era un PDF de 1276 páginas, con mucho monólogo y mucha conversación pausada. En el mundo casi podría asegurar que no hay nadie más que sufra un proceso tan laborioso de montaje. Al menos para una película de ficción que de alguna manera es más o menos convencional, que acaba estrenándose en el circuito de cine de autor.
P. El actor francés Benoît Magimel protagoniza el filme. ¿Cómo se produjo esta colaboración?
R. Nos conocimos en Cannes hace tres años y nos caímos bien, pero la colaboración tardó en desarrollarse y fue bastante espontánea. No tengo ninguna obsesión con nada ni con nadie, más bien al contrario. Los cambios, que pueden parecer al principio catastróficos, después provocan grandes resultados. En esta película, tuve un prejuicio con la persona que iba a ser la protagonista principal y al cabo de cinco minutos del primer día de rodaje decidí que no saliera más y tuve que reestructurar ciertas cosas. Pienso que la película es mejor por esta casualidad o por este cambio tan drástico.
P. Es la primera vez que uno de sus filmes cuenta con dinero de RTVE. ¿Por qué ha tenido que pasar tanto tiempo?
R. Cuando Honor de cavalleria estaba terminada, se la compraron al distribuidor español, pero después de eso no les interesó nada de lo que les ofrecí. No sé qué ha cambiado ahora. El dinero público debería estar encaminado a algo más enriquecedor que esos productos banales del cine español, algo que tenga un valor específicamente artístico y cultural y que de alguna manera afecte a la colectividad en un sentido positivo, y no para embrutecerla y envilecerla. Quizá no es fácil de delimitar, pero hay extremos en los que esto sí está claro y si no se produce es que algo está mal encaminado.
P. Estamos ante una coproducción franco-española rodada en francés. ¿Si gana será un triunfo del cine español?
R. Yo pienso que en el cine español soy el mejor, soy único. No hay nadie que haga cine de autor a este nivel. En la medida en que está producida en España y hecha por un director y por técnicos españoles, sí es cine español, se la puede definir así. Pero no tiene nada que ver con ese conglomerado de productos absurdos que hace la industria española, que no destaca precisamente por su arrojo y audacia estética. Conecta más con el cine de autor, que precisamente en España está muy poco representado.
P. ¿En qué punto se encuentra Tardes de soledad, la película en la que aborda el mundo del toreo?
R. El rodaje tenía que empezar este mes de mayo, pero se ha tenido que posponer. En cualquier caso, estoy entusiasmado con el tema, me parece apasionante y seguro que saldrá adelante. Toca temas cardinales como la muerte o la juventud, y tiene una vertiente visual fascinante. Si alguien puede aportar algo interesante en este tema soy yo, parece bastante evidente, está en mis manos y en las del azar.