Las 10 mejores películas internacionales de 2022: éxtasis en la aldea global
- 'Memoria', de Apichatpong Weerasethakul; 'Benediction', de Terence Davis, y 'Licorice Pizza', de Paul Thomas Anderson, lideran la selección de nuestros críticos
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Memoria, el inclasificable filme de Apichatpong Weerasethakul, encabeza un ranking que viaja por Hollywood, Europa, Asía y Sudamérica. De subversivos biopics como Benediction y La emperatriz rebelde a emocionantes coming of age como Licorice Pizza y Armageddon Time, pasando por el inconfundible sello de autor de Ryusuke Hamaguchi, Miguel Gomes o Hong San-soo.
Consulte aquí las votaciones de nuestros críticos.
1. Memoria, de Apichatpong Weerasethakul
Si el cine no es el arte de ilustrar historias, las búsquedas de Apichatpong Weerasethakul (Bangkok, 1970) en Memoria podrían opositar a sublimes ejemplos. El tailandés se propone aquí atrapar los sonidos que ya estaban en el mundo antes que nosotros. “El destino al que nos conduce la errancia de una granjera escocesa (Tilda Swinton) por los espacios urbanos y rurales de Colombia conforma cuarenta minutos de absoluto éxtasis cinematográfico, un tour de force que se desarrolla en los límites de lo material y lo ultramundano”, escribía Carlos Reviriego en El Cultural.
2. Benediction, de Terence Davies
Subvertir el academicismo propio del biopic. Eso parece proponerse Terence Davies (Kensington, 1945) en Benediction, filme que pone en escena los principales hitos de la vida del poeta británico homosexual Siegfried Sassoon, desde la traumática experiencia en la Primera Guerra Mundial a sus relaciones sentimentales con artistas como Wilfred Owen o Ivor Novello. El director hilvana cada escena con una estilizada caligrafía, con ambición lírica e imágenes de una elegancia sublime.
3. Licorice Pizza, de Paul Thomas Anderson
El cálido y algo bizarro coming of age en la California de los 70 de PTA (Studio City, 1970) cuenta con dos de las irrupciones más fulgurantes del año: la de sus protagonistas Cooper Hoffman y Alana Haim. Ambos destilan en Licorice Pizza frescura y verdad, brillan tanto en la comedia como en el drama, y captan el vértigo y la angustia de la juventud en este filme episódico en el que la ficción y la realidad se mezclan en dos secuencias memorables.
4. Drive My Car, de Ryusuke Hamaguchi
Un genuino filme de autor, de humilde producción y largo metraje, que explora a través de los silencios y la introspección la relación entre un reputado director de teatro enfrascado en el montaje de Tío Vania de Chéjov y su solícita y taciturna chófer. Ryüsuke Hamaguchi (Kawasaki, 1978) dirige una historia cargada de misterio y sensibilidad a partir de un relato de Haruki Murakami que se hizo con el Óscar a la mejor película extranjera.
5. Diarios de Otsoga, de Miguel Gomes y Maureen Fazendeiro
Con un humor seco y surrealista, la última película de Miguel Gomes (Lisboa, 1972), que dirige junto a Maureen Fazendeiro (París, 1989), plantea un diario de rodaje en tiempos del Covid que retrocede en el tiempo. “No solo funciona desde un punto de vista lúdico sino que consigue exorcizar los demonios de una época oscura de una forma humana y extravagante”, escribía Javier Yuste sobre la película.
6. La emperatriz rebelde, de Marie Kreutzer
En la era de amnesia global solo cabe mirar atrás con la mentalidad de hoy. Esa es la energía que inocula Marie Kreutzer (Graz, 1977) a su retrato de la popular y sediciosa Sissi, una suerte de estrella de rock en rebeldía con el mundo y el cuerpo. Recordaremos el trabajo de virtuosismo interpretativo de Vicky Krieps y la voluntad de la directora de romper el corsé académico del lenguaje cinematográfico en cada una de las secuencias.
7. Delante de ti, de Hong Sang-soo
Hong Sang-soo (Seúl, 1961) vuelve a diseccionar las esperanzas y angustias humanas. El reencuentro de una mujer con su hermana y su sobrino se estructura a partir de extensas escenas dialogadas, en un tono entre distendido y confesional. “De este modo, se genera una suerte de tapiz fílmico del que van surgiendo pequeñas rupturas por las que se infiltra el germen del artificio y la abstracción”, en palabras de Manu Yáñez.
8. Argentina, 1985, de Santiago Mitre
Santiago Mitre (Buenos Aires, 1980) homenajea a los fiscales Strassera y Moreno Ocampo, que llevaron a jucio en 1985 a la dictadura militar argentina. El filme se viste con la energía del thriller de investigación y con algunos ramalazos de comedia. “Cuenta su historia a la estadounidense, con el tono cívico y heroico de las películas políticas de los años 70, y ensalza la capacidad del individuo para alzarse contra un sistema injusto a pesar de los sacrificios que comporta”, opina Juan Sardá.
9. Nop, de Jordan Peele
Convertido en un verdadero auteur de Hollywood, Jordan Peele (Nueva York, 1979) ha entregado una película atípica de terror que es mucho más que un disparador de sustos. A partir de la historia de dos hermanos que heredan un rancho de caballos en el que ocurren fenómenos meteorológicos extraños, el director construye un filme surrealista en el que caben desde OVNIS a tornados para revelar la oscuridad del alma humana.
10. Armageddon Time, de James Gray
La nueva película de James Gray (Nueva York, 1969) nos adentra en los estupores del final de la infancia, y en el descubrimiento por tanto de las oscuridades del mundo alrededor. Con una clase de sensibilidad fuera de norma, transparente, sin maquillajes sentimentales para retratar la violencia psicológica que supone despertar a la vida, el filme emerge desde ya como centro neurálgico de una seductora filmografía