Los Fabelman, el filme en el que Steven Spielberg aborda sus años de infancia y adolescencia, marcados por el divorcio de sus padres y por su fascinación por el cine, se ha convertido en la triunfadora de unos Globos de Oro muy repartidos. La película, un retrato profundamente personal sobre un joven solitario que persigue sus sueños, ha ganado el premio al mejor drama y a la mejor dirección, y sigue una carrera estelar hacia el Óscar a la mejor película.
Parece que solo puede disputarle la victoria Almas en pena de Inisherin, de Martin McDonagh, que se hizo con el premio a la mejor película de comedia o musical y al de mejor guion. Tanto Los Fabelman como el filme de McDonagh se estrenan en febrero en nuestro país.
La noche se abrió con sorpresa. Ke Huy Quan, carismática estrella infantil en los 80 que interpretó a Tapón en Indiana Jones y el Templo Maldito y a Data en Los Goonies, y al que Dan Kwan y Daniel Scheinert le han dado una tardía nueva oportunidad tras décadas de ostracismo en Todo a la vez en todas partes, recibía el premio al mejor actor de reparto en cine. Se impuso nada menos que a Brad Pitt y a Brendan Gleeson.
Más opciones se preveía que tenía su compañera de reparto Michelle Yeoh y finalmente se llevó el gato al agua en la categoría de mejor actriz de comedia o musical. Un éxito para un alocado y trepidante filme que utiliza el multiverso (e ideas visuales de lo más extravagantes) para contar una emocionante historia sobre una familia. Uno de los grandes sleepers del año, que ha ido sumando adeptos con el paso de los meses.
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Colin Farrell le sumó a la Copa Volpi de Venecia el premio al mejor actor de comedia o musical por su trabajo en Almas en pena de Inisherin, el segundo que gana a las órdenes de Martin McDonagh tras Escondidos en Brujas, y ya parte como claro favorito para ganar el Óscar. McDonagh se hizo además con el Globo de Oro a mejor guion. Angela Basset se llevó el premio a la mejor actriz de reparto por Black Panther: Wakanda Forever.
En la categoría de drama, Austin Butler se impuso como mejor actor al ausente Brendan Fraser -que para muchos era el favorito- por su convincente interpretación en Elvis, el filme de Baz Luhrmann. Cate Blanchett, ausente en la gala, alzó el galardón a la mejor actriz por Tar, por lo que Ana de Armas se quedó sin premio por su trabajo en Blonde.
Justin Hurwitz, compositor de la música en todas las películas de Damien Chazelle, conquistó su segundo Globo de Oro a la mejor música gracias a Babylon (el primero fue por La La Land) y la mejor canción fue Naatu Naatu, de la película india RRR, todo un filme de culto que podría repetir galardón en los Óscar. Al menos, esa es la apuesta de Variety, una de las publicaciones más fiables en este terreno.
La categoría de mejor película de animación hizo justicia a la calidad de la nueva adaptación, felizmente oscura, de Pinocho que ha realizado Guillermo del Toro para Netflix y Santiago Mitre recibió el premio a la mejor película extranjera por Argentina 1985, el filme que recupera el juicio a las Juntas militares de la dictadura de Videla.
Una gala plana y lampedusiana
La victoria del rey Midas se ha producido en la noche en la que Hollywood ha decidido indultar a los Globos de Oro. Las ausencias de Brendan Fraser (por un escabroso caso de acoso sexual que asegura haber sufrido en la gala de 2003) y Tom Cruise (que devolvió el año pasado los tres galardones que había recibido) eran las únicas anunciadas y las estrellas volvieron a desfilar por una alfombra que cambió el rojo por el gris, quizá como extraño acto de contrición.
Las prácticas irregulares, como el cohecho, que había cometido en el pasado la Asociación de la Prensa Extranjera, organizadores del sarao, y la falta de diversidad entre sus miembros, pecado número uno en la industria en la actualidad, condenaron a los Globos de Oro al destierro de la televisión en la edición de 2022, que se desarrolló a través de un aséptico hilo de Twitter.
Mal futuro se le presentaba entonces a los premios, pero han resucitado de manera milagrosa. Las medidas adoptadas por la institución que aglutina a los plumillas extranjeros, como un cambio de estatutos y una mayor presencia de mujeres entre sus miembros, han sido suficientes para hacer buena la máxima lampedusiana: cambiar todo para que nada cambie. De hecho, apenas hubo reivindicaciones en unos discursos de agradecimiento que fueron, por regla general, escuetos y planos. No faltó un discurso grabado del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
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El Moet & Chandon volvió a correr entre las mesas redondas para achispar los rostros de los invitados, muy animados mientras esperaban su cita con la gloria, y tampoco faltó el presentador, afroamericano y gay. Jerrod Carmichael empezó dando la bienvenida y explicando que estaba sobre el escenario porque, claro, era negro. Y, en tono de comedia, trató de justificarse por aceptar el trabajo para una asociación en la que hasta 2022 no hubo ni un solo miembro de color. No está muy claro si lo consiguió, pero aseguró que al menos cobraba 500.000 dólares.
Por su parte, Eddie Murphy, honrado con el premio Cecil B. DeMille a toda su carrera, dio tres consejos para conseguir el éxito en la industria: “pagad vuestros impuestos, meteos en vuestros asuntos y sacad el nombre de la mujer de Will Smith de vuestra p*** boca”. Carmichael también le lanzó algún dardo al actor, caído en desgracia después del bofetón que le propinó en directo a Chris Rock en la pasada gala de los Óscar.
La casa del Dragón da la sorpresa
Ryan Murphy, creador de series como Glee, Pose, Feud o American Horror Story, recibió el premio honorífico Carol Burnett. Pidió una ovación para MJ Rodríguez, la primera actriz trans que consiguió el premio a la mejor intérprete femenina en serie por Pose el año pasado, pero a la que la gala por Twitter le privó de los aplausos, y recordó a algunos de los actores de la comunidad LGTBI+ con los que había trabajado. “Mi misión en Hollywood ha sido reivindicar a los invisibles”, explicó. Evan Peters, protagonista de su serie Dahmer, se llevó el premio al mejor actor de serie limitada de drama.
La segunda entrega de The White Lotus, de Mike White, conquistó el Globo de Oro a la mejor serie limitada o película para la televisión, y la actriz Jennifer Coolidge, la divertidísima Tanya, uno de los personajes televisivos del año, se hizo con el premio a la mejor actriz de serie limitada o película para la televisión.
La casa del Dragón, la precuela de Juego de Tronos, dio la sorpresa y se llevó el premio a la mejor serie de drama. Por su parte, Zendaya se hizo con el premio a la mejor actriz por Euphoria y Kevin Costner con el de mejor actor por Yellowstone.
Colegio Abbot, serie sobre una escuela pública en Philadelphia, que en España también se puede ver en Disney+, fue la gran triunfadora en el terreno de la comedia. Se llevó el premio a la mejor serie y dos de sus actores fueron premiados: Quintan Brunson y Tyler James-Williams. Jeremy Allen White, uno de las grandes irrupciones del año en materia interpretativa, consiguió el premio al mejor actor en serie de comedia o musical por The Bear, una estresante serie sobre el mundo de la cocina.