Eugenio Martín, un cineasta inclasificable del cine español, ha fallecido este lunes a los 97 años, según ha confirmado la Academia de Cine. Director de películas de culto como Pánico en el Transiberiano (1972), cultivó todos los géneros posibles: thriller, acción, comedia, musicales, autor y filmes de encargo para grandes estrellas. Conocido también por los seudónimos de Herbert Martin, Martin Herbert o Gene Martin, bajo los que firmó algunos de sus trabajos, deja una filmografía única y singular, una de las más peculiares de la industria española.
Martín nació en 1925, estudió en el Instituto de Cine de Madrid y debutó en el largometraje con Despedida de soltero (1960). El precio de un hombre (1966), protagonizado por Tomás Millán y Richard Wyler, fue el primero de sus spaghetti-western, uno de los géneros en los que más destacaría. Esta película, de hecho, es uno de los wésterns favoritos de Quentin Tarantino, como él mismo ha reconocido. También dirigió el clásico El hombre de río Malo (1971), con Lee Van Cleef, la recién fallecida Gina Lollobrigida y James Manson; o El desafío de Pancho Villa (1971).
No obstante, el cineasta será especialmente recordado por Pánico en el Transiberiano, un gran clásico del fanterror español de los setenta que alcanzó una gran repercusión internacional y estuvo protagonizado, entre otros, por Christopher Lee, Peter Cushing, Terry Savalas, Silvia Tortosa y Helga Liné. En su filmografía también destaca la película de terror Una vela para el diablo (1973), con Aurora Bautista y Esperanza Roy. Álex de la Iglesia, uno de los principales creadores del género en la actualidad, también se ha confesado admirador de la obra de Eugenio Martín.
Entre otros de sus trabajos caben destacar Las Leandras (1969), interpretada por Rocío Dúrcal, Alfredo Landa y José Sazatornil o La vida sigue igual (1969), en la que participaron Julio Iglesias, Florinda Chico o Andrés Pajares. También trabajó con Lola Flores en Una señora estupenda (1970) y con Marisol en La chica del Molino Rojo (1973).
Eugenio Martín era el último de una estirpe de grandes olvidados del cine español que entre la década de los 60 y la de los 80 desarrollaron una serie de producciones de bajo presupuesto pero de gran aceptación popular que explotaron modas cinematográficas como el llamado paella wéstern, o chorizo wéstern, el fanterror, el cine quinqui o las comedias eróticas. El documental Sesión Salvaje (2019), dirigido por Paco Limón y Julio César Sánchez, indaga en esa cara B de nuestro cine.
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