Podríamos llegar a la convención de que el cine es un inmenso truco capaz de transportarnos a lugares que nunca conoceríamos si no fuera por este arte cargado de fantasía, imaginación y magia. Así lo entienden la mayoría de los directores de cine que en el mundo son y han sido. Como Christopher Nolan (Londres, 1970), uno de los más grandes prestidigitadores visuales de los últimos tiempos con películas como Memento (2000), El truco final (2006), El caballero oscuro (2008), Origen (2010), Interstellar (2014), Dunkerque (2017) o Tenet (2020).

Christopher Nolan

Ian Nathan

Traducción de David Heredia

Libros Cúpula

176 páginas. 31 Euros

Lo sabe muy bien el crítico, guionista y productor Ian Nathan, que ha recopilado los once títulos o “trucos perfectos” (incluido el esperado Oppenheimer, que llegará a España en julio) con los que Nolan ha sorprendido al mundo. Tras su fórmula aparentemente mainstream (solo una de las formas de disfrutar su cine) se esconden rutas de gran calado como el existencialismo, la soledad, la física cuántica o los agujeros de gusano. La propuesta de Nathan es un festín de textos e imágenes en el que destacan sus “misteriosos” cortometrajes, sus decorados, convertidos en símbolos, o un análisis pormenorizado de las conexiones entre ciencia ficción y ciencia real.

Un brindis por San Martiriano

Albert Serra

H&O. 116 páginas. 13,90 Euros

Nadie como Albert Serra (Banyoles, 1975) para conseguir el truco perfecto. Su cine y su filosofía vital corren paralelos a una minoría exquisita que no esquiva los gustos de los programadores de festivales como Cannes (por eso Pacifiction, su última entrega, participó en la sección oficial del año pasado). Aprovecha ahora un pregón en Banyoles, su ciudad natal, para publicar Un brindis por San Martiriano, una dedicatoria al patrono de la localidad en el que aprovecha para recoger buena parte de su ideario estético.

Basilio Martín Patino

Javier Tolentino

Cátedra. 264 páginas. 15,50 Euros

George Bataille, Fernando Arrabal (divertida su anécdota en la que cuenta por qué se les vio cogidos de la mano), El Quijote, John Waters y los actores Lluís Carbó y Lluís Serrat se cruzan por unas páginas dedicadas a la ficción y lo lúdico. “¿Qué es lo que tenemos a mano para que el desgaste no sea absoluto? Las fiestas. Ese movimiento intermedio que rompe la rutina, que rompe la cotidianidad, que rompe nuestra percepción embotada de la realidad, nuestros sentidos fatigados, y nos abre a otro mundo virgen e imprevisible”.

Pero como en todo, hubo comienzos y gurús que propiciaron el arte de la magia cinematográfica. Javier Tolentino se zambulle, en la colección Cineastas de Cátedra, en la obra del salmantino Basilio Martín Patino (1930-2017), uno de los demiurgos de nuestro cine que hizo de la memoria su identidad, ya sea en ficciones como Nueve cartas para Berta (1965), Los paraísos perdidos (1985) y La seducción del caos (1991) o en documentales, género en el que brilló especialmente, como Canciones para después de una guerra (1971), Queridísimos verdugos (1973) y Retablo de la guerra civil española (1980). “Su filmografía hizo frente a lo imposible”, sentencia Tolentino.