Como si se tratara de una película romántica del Hollywood clásico, La quietud en la tormenta arranca con dos planos que muestran, desde una relativa cercanía, los rostros de un hombre y una mujer. En realidad, ella llega en coche a San Sebastián tras vivir un tiempo en París, mientras que él no parece haber dejado nunca la ciudad.
Ambos viven con sus respectivas parejas, pero ese plano-contraplano inicial, que atraviesa kilómetros de distancia, invita a imaginar un encuentro que el cineasta donostiarra Alberto Gastesi (San Sebastián, 1985), que debuta en el largometraje, posterga hasta el límite, echando mano de un cierto suspense.
Como en un filme de Eric Rohmer, La quietud en la tormenta despliega un discurso amoroso que baraja las nociones de azar y destino, mientras que el andamiaje narrativo de la película se sostiene sobre dos largas escenas dialogadas en las que el hombre y la mujer (interpretados por Loreto Mauleón e Íñigo Gastesi) departen sobre el significado de sus encuentros. Ambos comparten un profundo sentimiento de abandono.
A la manera de Hong Sang-soo, Gastesi filma su película en blanco y negro, y en formato cuadrado de 4/3. Además, como el surcoreano, confecciona un relato que se desdobla sobre sí mismo mediante flashbacks que podrían remitir a diferentes realidades o vidas posibles.
Pese a su penetrante halo melancólico, La quietud en la tormenta se presenta ante el espectador como un juego, un acertijo agridulce, un tránsito gozoso por un laberinto de espejos.
Dirección: Alberto Gastesi. Guion: Alberto Gastesi, Alex Merino.
Intérpretes: Loreto Mauleón, Íñigo Gastesi, Aitor Beltrán, Vera Milán
Año: 2022. Estreno: 12 de mayo