En los últimos años hemos conocido las múltiples caras de Sissi, reina consorte de Hungría a finales del siglo XIX, gracias a La emperatriz (Katharina Eyssen, 2022), el documental de Netflix, o La emperatriz rebelde (Marie Kreutzer, 2022), con una excelente Vicky Krieps poniéndose en la piel de una de las figuras femeninas más controvertidas de la historia. Todas ellas muy alejadas de la imagen romántica de Isabel de Baviera que dio Romy Schneider allá por los años cincuenta.
Ahora, el Festival de Cine Alemán, iniciativa de German Films con la colaboración del Goethe-Institut y de la Embajada de Alemania, inaugura su veinticinco edición el próximo 14 de junio con Sisi & I, de la directora Frauke Finsterwalder, que promete volver a actualizar el mito de la emperatriz austriaca.
En su segundo largometraje de ficción, estrenado en la sección Panorama de la 73ª Berlinale, Finsterwalder parte de los escritos históricos de la condesa Irma Sztaray, que ejerció como su dama de compañía, para configurar un relato sobre la relación desequilibrada y codependiente que ambas mantuvieron, contada desde el punto de vista de esta última. En la película, que no pretende ser un biopic históricamente correcto, Sandra Hüller da vida a Sztaray, mientras que Susanne Wolff encarna a una Sissi irascible y enérgica, que jamás quiso encorsetarse en la corte vienesa.
El festival, que tendrá lugar en los Cines Embajadores de Madrid (Glorieta Santa María de la Cabeza, 5) hasta el 18 de junio, busca un año más traer a la capital un interesante muestrario del cine contemporáneo facturado en Alemania, con un total de seis películas en su sección oficial, dirigidas en su mayoría por mujeres.
Entre ellas, destacan Vamos a la playa, de Bettina Blümner; una tragicómica road movie que cuenta las peripecias de tres amigos alemanes en Cuba, donde vivirán un viaje exterior e interior, planteándose sus propios privilegios de clase en un destino de vacaciones a menudo idealizado en Occidente. También Franky Five Stars, el segundo largometraje de Birgit Möller, que retrata con humor y ternura la historia de Franky (Lena Urzendowsky), una mujer de 24 años que sufre un trastorno de personalidad múltiple.
Por su parte, Katharina Pethke, con el mediometraje Uncanny me, trae al German Film Festival el debate contemporáneo sobre la identidad y cómo el mundo real converge con el virtual. Lo hace con la historia de Lale, una modelo cansada de la superficialidad que busca escanear su cuerpo y transformarlo en un avatar virtual.
También se presenta Skin Deep, de Alex Schaad, estrenada en la Semana Internacional de la Crítica del Festival de Venecia, una película distópica sobre las relaciones sentimentales y la capacidad que tenemos como seres humanos de empatizar y ponernos en el lugar del otro (literalmente).
Además, el ciclo Goethe presenta Happy Lamento (2018), una película musical y documental de Alexander Kluge, uno de los autores del Nuevo Cine Alemán, junto con Rainer Werner Fassbinder, con guion del director de cine y enfant terrible filipino Khavn de la Cruz.
Estrenado en 2022 en el Festival de Cine de Sevilla y en 2018 en el Festival de Venecia, el filme muestra los suburbios de Manila en la que la melosa voz de Elvis Presley, entonando Blue Moon, los neones eléctricos de las calles y la guerra entre las pandillas de jóvenes se entremezclan para reflexionar sobre la era de internet, el nacimiento de la electricidad, la política como circo y el autoritarismo en sus múltiples formas.
Como parte de este ciclo también se proyectará Orphea in love (2022), de Axel Ranisch, una moderna interpretación de Orfeo y Eurídice, así como Into the beat (2020), de Stefan Westerwelle, que relata la vida de una joven bailarina de ballet que, al descubrir el hip-hop, debe plantearse el rumbo profesional de su vida.