Asghar Farhadi. Foto: @ladiapo

Asghar Farhadi. Foto: @ladiapo

Cine

Asghar Farhadi: "Las tragedias y los dramas nos purifican y nos preparan para pensar"

El director más prestigioso del cine iraní presenta en Madrid la exposición 'La acera', que se puede visitar en el CGAC y que recoge su trabajo fotográfico

29 junio, 2023 16:39

Asegura el cineasta iraní Asghar Farhadi (Khomeyni Shahr, 1972), ganador de dos Óscar a la mejor película extranjera por Nader y Simín: una separación (2011) y El viajante (2016), que muchas de sus películas tienen su origen en una fotografía, como en A propósito de Elly (2009).

“Tenía en la cabeza una imagen de una persona adulta en la orilla del mar Caspio, en el norte de Irán, con la ropa mojada y con una mueca de preocupación mientras miraba al horizonte”, explica el director. “Luego empezaron las preguntas: ¿Por qué tiene la ropa mojada? ¿Se ha metido en el mar? ¿Puede que uno de sus allegados se haya ahogado y él haya intentado salvarlo? ¿Es su hijo, su esposa? Las respuestas a estas preguntas fueron convirtiéndose en una historia y así surgió el guion de A propósito de Elly”.

La vinculación de Farhadi con la fotografía es por tanto esencial en su trayectoria, y en ello incide la exposición La acera del Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC), que recoge el trabajo que ha desarrollado en esta disciplina el director de Un héroe (2022). La muestra incluye la obra que le da título, La acera, compuesta por cuatro murales de la calle Vali Asr de Teherán, que fueron registrados, a lo largo de todo un año, con la ayuda de sus asistentes Tahmieh Monzavi y Leila Akhabari.

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“Cuando iba a la oficina por esta calle siempre acababa en un embotellamiento en el que tardaba unos 10 minutos en recorrer entre 500 metros y un kilómetro”, explica Farhadi sobre la obra. “Desde la ventana del coche me fijaba en la acera, con esos árboles de antes de la Revolución que tanto quieren los iraníes, y era como si estuviera rodando un travelling. Los transeúntes parecían ensimismados, y yo desarrollaba un juego mental en el que me preguntaba: quién va a su destino y quién vuelve de él, por qué la mayoría están tristes… Parecía que estuvieran en la acera y, a la vez, no estuvieran. Me transmitían una soledad misteriosa y los iba fotografiando con mi móvil”.

La obra 'La acera', de Asghar Farhadi, en el CGAC. Foto: @ladiapo

La obra 'La acera', de Asghar Farhadi, en el CGAC. Foto: @ladiapo

La exposición, que el cineasta presentaba este miércoles en Madrid en la Academia de Cine en una charla con los comisarios Zara Fernández de Moya y Ahmad Taheri y el productor de Morena Films Álvaro Longoria, incluye otras series de fotografías, un variado material audiovisual de su carrera cinematográfica (vídeos y fotografías del making of de algunas de sus películas, carteles de sus filmes, entrevistas, etc.) y dos películas documentales que analizan el trabajo del director con los actores.

La vida privada de los demás

“En los veranos, durante 7 u 8 años, siempre trabajaba en un estudio de fotografía”, recordaba en la charla Farhadi sobre su primer contacto con el medio. “Me atraía mucho todo el aparataje, siempre me ha resultado misterioso y aún hoy me sorprende cuando llego a un rodaje. El caso es que los clientes nos traían los carretes antiguos y nosotros los mandábamos a revelar a otra ciudad. Después nos llegaban montones de 500 fotografías y yo tenía que clasificarlas y ver de quién era cada foto. Esto me permitía meterme en la vida privada de todo el mundo e inconscientemente fui conociendo otra capa de la humanidad”.

Vista de sala de la exposición 'La acera'. Foto: @ladiapo

Vista de sala de la exposición 'La acera'. Foto: @ladiapo

Farhadi, que asegura que si sigue fotografiando es para contar historias, no pierda la ocasión de echar un ojo a cualquier álbum de fotos antiguo que caiga en sus manos, que le resultan fascinantes. “En mi cultura miramos demasiado al pasado”, explica. “Es una nostalgia quizá motivada por la situación social, porque siempre pensamos que lo bueno es lo que ha pasado antes y que no se va a repetir en el futuro. En España no tengo la impresión de que ocurra lo mismo. Un amigo español me enseñó un refrán, posiblemente cubano, que me pareció muy interesante: “No sabemos que pasado nos encontraremos en el futuro”.

En diálogo con Longoria, que produjo el filme español del director, Todos lo saben (2018), Farhadi se aventuraba a dar algunas claves de su proceso creativo. “Hay directores que arrancan con conceptos y para demostrar lo que quieren decir buscan una historia. Yo nunca hago eso. Yo busco una historia e intento escribirla bien, pero si me preguntan que quiero decir con ella, no sé qué responder. Solo quiero que resulte atractiva. Desde lejos puede parecer que preparo mis guiones como si fueran una partida de ajedrez, pero en realidad lo que lleva el peso es mi parte inconsciente, por eso quizá todas mis películas se parecen”.

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Y continúa: “Todas las obras que he hecho se pueden resumir con una palabra: empatía. Siempre busco escribir a los personajes de una manera en la que el espectador los pueda acompañar aunque no les gusten, que pueda entenderlos. La empatía pertenece al reino de las emociones y no al intelecto. Creo que vemos las películas con nuestros sentimientos y, después, esos sentimientos se convierten en pensamiento. Las tragedias y los dramas nos purifican y nos preparan para pensar. Solo estoy en contra de provocar emociones con recursos facilones”.

El corpus fílmico del cineasta se desarrolla principalmente en su país, Irán, pero ha rodado en Francia y España y, según Longoria, su próximo filme estará ambientado en Estados Unidos. “Las similitudes entre los seres humanos de distintas partes del mundo son más pronunciadas que las diferencias. Quizá lo más distinguible es la forma de expresar los sentimientos. Por ejemplo, en Japón no se tocan demasiado y en mi país la gente se abraza todo el tiempo”, comentaba Farhadi.

Zara Fernández de Moya, Asghar Farhadi,  Ahmad Taheri y Álvaro Longoria en la Academia de Cine. Foto:  Serafín Palazón

Zara Fernández de Moya, Asghar Farhadi, Ahmad Taheri y Álvaro Longoria en la Academia de Cine. Foto: Serafín Palazón

También reflexiona el director sobre el futuro del cine: “Me da la impresión de que la tradición de juntarnos para ver una película va a perder fuerza. Aunque el cine no desaparecerá, va a cambiar la manera de ver las películas. Uno de los motivos es que a nuestro alrededor no paran de asaltarnos imágenes y sonidos. A lo largo del día vemos miles de imágenes con una estética muy baja y se está perdiendo esta sed por ver películas. No sé si grandes cineastas como Carlos Saura podrían trabajar ahora como trabajaban en su momento”.

Por último, el cineasta repasó la situación que atraviesa su país, con las revueltas populares contra el régimen de los ayatolás por la muerte de la joven de 22 años Mahsa Amini a manos de la policía de la moral tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo o las detenciones de directores como Jafar Panahi o Mohammad Rasoulof. “No es algo que solo me haya influido a mí, sino a todo el país”, asegura Farhadi. “Es un movimiento que me parece correcto, humano, pero tendremos que esperar al futuro para valorar su alcance. Sin duda, va a influir en mi trabajo, no sé de qué manera, pero estoy seguro de que lo hará. Yo soy optimista respecto a lo que está logrando este movimiento”.