William Friedkin, uno de los padres del llamado nuevo cine americano, gran renovador del neo-noir y director de películas tan influyentes como El exorcista, ha muerto a los 87 años en Los Ángeles a causa de una insuficiencia cardíaca y una neumonía, según ha confirmado su mujer y uno de sus antiguos productores. El cineasta, siempre a la estela de los Coppola, Spielberg y Scorsese, ganó un Óscar en la categoría de Mejor dirección por otro de sus grandes filmes, The French Connection. Ambas cintas fueron dos de los mayores éxitos de taquilla de los años 70.
Friedkin nació en Chicago en 1935 y comenzó su carrera en 1962 haciendo trabajos para televisión, entre otros, en la serie Alfred Hitchcock presenta, para la que dirigió alguno de sus capítulos. En cine su primera película fue Good Times, de 1967, un musical protagonizado por Cher y Sonny Bono y destrozado por la crítica. "He hecho mejores películas, pero nunca me divertí tanto", bromearía. Luego rodó Los chicos de la banda (1970). Basada en una exitosa obra teatral de Broadway y protagonizada por el elenco original, está considerada por derecho propio como un auténtico icono de la cultura gay.
No fue hasta 1971 cuando el nombre de William Friedkin saltó a la fama al dirigir la magistral The French Connection, thriller policiaco protagonizado por Gene Hackman, Fernando Rey y Roy Scheider. Sobre la elección del intérprete español aseguraría que no era el primero de su lista: "Buscaba a otro actor pero al final lo elegimos a él por error. En realidad queríamos a Francisco Rabal [le había conquistado con su papel en Belle de jour], pero en esos momentos no estaba disponible y, además, no hablaba inglés. Así que mi director de casting decidió contratar a Fernando Rey, que resultó ser un espléndido actor y un auténtico regalo para la película".
The French Connection está basada en la historia real de dos policías de Nueva York, Sonny Grosso y Eddie Egan, que acabaron con una red internacional de tráfico de heroína en 1971. Directores de la talla de David Fincher, Steven Spielberg y Akira Kurosawa han citado este trabajo como uno de los más influyentes para sus respectivas filmografías. Además de ganar el Óscar a Mejor dirección, también se llevó las estatuillas a Mejor película, guion y dos secundarias. Y eso que varios estudios la rechazaron hasta que 20th Century Fox le dio luz verde.
Tras ese éxito llegaría en 1973 la obra maestra del cine de terror El exorcista, basada en la novela de William Peter Blatty, quien se encargó a su vez del guion, y que ha cumplido este año medio siglo. "Podría volver a estrenarse hoy y volvería a funcionar. Habla sobre las dudas de la fe, es una historia ajena al paso del tiempo porque trata temas que cada día se plantea el ser humano", explicó en 2009 al recoger un premio. Linda Blair fue la encargada de dar vida a la niña poseída de 12 años y de firmar algunas de las escenas más terroríficas de la historia del cine, como ese giro de cabeza de 360º.
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Tras los éxitos de The French Connection y El exorcista, Friedkin se convirtió en uno de los directores más populares y buscados de Hollywood. Pero no volvería a lograr otra película de tanto impacto. Dirigió Carga maldita (1977), un remake del clásico El salario del miedo (Henri-Georges Clouzot, 1953) donde al fin pudo contar con Francisco Rabal como coprotagonista; el thriller policiaco Cruising (1980), una historia sobre asesinatos homosexuales con Al Pacino y Paul Sorvino; o Vivir y morir en Los Ángeles (1985), un noir atmosférico con William Petersen y Willem Dafoe sobre un agente secreto que busca vengar la muerte de un compañero.
Desde entonces su carrera ha pasado bastante desapercibida realizando principalmente proyectos personales de escasa trascendencia y otros de encargo. Entre sus últimos trabajos están Jade con David Caruso y Linda Fiorentino, Bug (2006) con Ashley Judd y la comedia negra Killer Joe (2011) con Matthew McConaughey. Tuvo un breve matrimonio con la actriz francesa Jeanne Moreau (1977-79). En una entrevista en 2012, aseguró que sus filmes siempre han sido "un estudio del comportamiento humano en sus extremos": "No están dirigidas a los jóvenes, están dirigidas a los adultos. ¿Hay una línea que no cruzaría? ... No sé".