Mañana arranca la primera edición pospandémica del festival de Toronto, gigante preocupado. Por un lado, el certamen canadiense compite con el Festival de Venecia, con quien se pisa los tacones en su último fin de semana (Venecia acaba el 9, Toronto inaugura el 7) y con quien se había disputado superproducciones de estudio cuando Alberto Barbera empezó a pujar fuerte por el cine estadounidense.
Al mismo tiempo, la selección capitaneada por Cameron Bailey empieza a mirar a Telluride (del 31 de agosto al 4 de septiembre) como una alternativa seria para los futuribles hits –más o menos independientes– que poblarán las carteleras de la temporada de otoño. Éramos pocos, cuando los actores se unieron a la huelga de guionistas y dejaron de asistir a estrenos y alfombras rojas, y los estrenos empezaron a retrasarse.
A pesar de todo, el Festival de Toronto quiere mantener un espíritu celebratorio y arranca mañana con una edición enteramente presencial y una media de películas algo inferior a años anteriores (de 260 títulos en 2022, a 200), pero ni de lejos cercana al recorte masivo del Festival de Berlín.
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Cameron Bailey ponía actitud por delante de todo y contaba a la prensa que “tenemos que explicar una historia, que el festival se va a celebrar y que va a ser genial”, a pesar de los desbarajustes logísticos que, matizaba, conllevan las circunstancias. De que sea efectivamente genial dependerá la posición privilegiada que Toronto ostenta como escaparate norteamericano del mejor cine independiente y comercial.
Las películas más esperadas del Festival de Toronto
El festival inaugurará con una película harto anticipada por la cinefilia, tras su estreno en Japón el pasado julio y prácticamente sin publicidad: The Boy and The Heron de Hayao Miyazaki, que llegará en unas semanas al Festival de San Sebastián. Se sabe que Miyazaki no visitará ninguno de los dos certámenes (se da por hecho que, ahora sí, se trata de su última película).
Más grandes estrenos que llegarán a salas españolas durante la temporada de otoño e invierno, y que siguen a la de Miyazaki en expectativas: entre otras, la dramedia navideña de Alexander Payne Los que se quedan, protagonizada por Paul Giamatti (llega de Telluride), y Flora and Son, nuevo musical del John Carney (Sing Street), comprado en Sundance por Apple.
Harán ruido el espectacular despliegue coreano de Concrete Utopia con Lee Byung-hun (El juego del calamar) y Park Seo-jun (Parásitos), que veremos en Sitges, o Lee, el biopic de la fotógrafa Lee Miller con una protagonista para Kate Winslet diseñada para el Óscar. También hablaremos mucho de Next Goal Wins, la nueva comedia de Taika Waititi (Jojo Rabbit), que continúa su carrera de personajes odiosos con el entrenador desmotivado de la Samoa Americana, al que da vida Michael Fassbender. Y de Dicks: The Musical, despropósito basado en la obra de Broadway Fucking Identical Twins y que ya es histórico, sólo por ser el primer musical de A24 (dirige Larry Charles, detrás de Borat).
Entre los esperados éxitos “indie”, quedan Lulu Wang (The Farewell), que presentará la primera de nueve películas sobre la condición de expatriada que estenará Amazon Prime Video y que lleva por nombre Expats, con Nicole Kidman. Por último, Paul Dano y Seth Rogen redondearán el escándalo del GameStop en Golpe a Wall Street, de Craig Gillespie. “Por último”, claro: acotamos una lista que incluiría todos los grandes
éxitos del circuito de festivales europeos.
Dos grandes series destacan por encima del resto: La luz que no puedes ver, nueva serie del creador de Peaky Blinders con Mark Ruffalo y Hugh Laurie, y el romance entre Andrea Riseborough y Domnhall Gleeson en Alice & Jack, colaboración entre Victor Levin (Mad Men) y Juho Kuosmanen (Compartimento n6).
Preocupante escasez de estrellas y de novedades españolas
Si bien Toronto tenía unas semanas más de margen, ni estudios ni sindicatos han llegado a un acuerdo que permita que en la alfombra roja canadiense se pasee con normalidad. Así, aunque la mayoría de las películas presentadas (el 70%, cuenta Screendaily) son “producciones independientes”, las ausencias brillan tanto como las confirmaciones al evento.
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A día de hoy, han reafirmado su participación Sean Penn, Dakota Johnson (son tándem en Daddio), Finn Wolfhard y Viggo Mortensen (ahora en papel de directores, Wolfhard con su ópera prima), Jessica Chastain (por Memory de Michel Franco), Maya Hawke (al frente de Wildcat, de Ethan Hawke) y Nicholas Cage, un interventor de sueños en Dream Scenario.
Ni Anna Kendrick, que se estrena en la dirección con Woman Of The Hour (sobre el asesino en serie que en los setenta participó en el programa Dating Game), ni Cate Blanchett, productora de varias películas en Competición, tienen pensado participar. Tampoco Amanda Seyfried, que se ha excusado de presentar el estreno mundial de Seven Veils, dirigida por Atom Egoyan. La lista de ausencias, numera Screendaily, suma los nombres de Al Pacino, Robert de Niro, Olivia Colman, Jessie Buckley, Annette Bening, Glen Powell y Chris Pine.
Pedro Almodóvar, Premio de Honor del festival, quizás sea la presencia española más reconocible en una edición que lleva grandes competidoras españolas, pero pocas novedades respecto al resto de festivales internacionales.
Asistiremos al estreno mundial de la inauguración de Seminci, La contadora de películas de Lone Scherfig (La amabilidad de los desconocidos) con Antonio de la Torre, Bérénice Béjo y Daniel Brühl, y coescrita por Isabel Coixet; O Corno, de Jaione Camborda en la sección Wavelengths, y Dispararon al pianista, con la que Fernando Trueba y Javier Mariscal vuelven a la animación tras Chico y Rita (luego competirá en San Sebastián).
Se suman a éxitos de Cannes como Cerrar los ojos, de Víctor Erice, Inside The Yellow Cocoon Shell de Pham Thien An (la catalana Fasten Films coproduce con Vietnam, Francia y Singapur) o Robot Dreams de Pablo Berger. La sociedad de la nieve de J.A. Bayona, que clausura la Mostra, y la coproducción latina A cielo abierto, dirigida por Mariana y Santiago Arriaga, son las dos representantes patrias venidas de Venecia.