El cine de Nanni Moretti está recorrido por una obsesión tan específica como excéntrica: la realización de “un musical ambientado en los años 50 sobre un pastelero trotskista que sufre el aislamiento y la calumnia por su enfrentamiento con el estalinismo”.
En Caro diario (1993), esta delirante idea le servía al cineasta italiano para articular su deseo ardiente y jamás cumplido de aprender a bailar. Luego, en Abril (1998), la filmación del citado musical político estaba a punto de hacerse realidad; sin embargo, golpeado por el bloqueo creativo, Moretti decidía cancelar el rodaje minutos antes de su arranque.
Ahora, tres décadas después de aquellos intentos fallidos, El sol del futuro, la nueva inmersión del cineasta italiano en la autoficción, consigue hacer realidad aquel sueño, aunque con algunos matices. Y es que el protagonista de la película (dentro de la película) no es un panadero, sino un delegado romano del Partido Comunista que, desde su puesto de redactor del periódico L’Unità, asiste con desazón a la represión de la revolución húngara de 1956 a manos de la Unión Soviética.
La luminosa El sol del futuro puede verse como un manifiesto fílmico en contra del dogmatismo, en todos sus frentes. En clave política, Moretti denuncia los problemas que tuvo la izquierda italiana para desmarcarse del estalinismo, mientras que, en términos artísticos, el director de La misa ha terminado (1985) lleva más lejos que nunca la idea de un cine libérrimo, zafado de toda constricción narrativa o de género.
En El sol del futuro hay inspirados gags humorísticos, un fantástico momento musical al son del Think de Aretha Franklin, y un conmovedor drama matrimonial protagonizado por el propio Moretti y la actriz fetiche de su periodo tardío, la gran Margherita Buy.
Además, los devotos del autor de Mia madre (2015) disfrutarán viendo una recreación de los extáticos paseos motorizados por la Roma de Caro diario, aunque en esta ocasión la Vespa es sustituida por los patinetes eléctricos que conducen Moretti y Mathieu Amalric, que da vida a un irresponsable productor.
El filme transita, bajo la firme batuta del cineasta, por diferentes niveles narrativos y periodos históricos, y hay lugar incluso para los sueños y fantasías de Moretti, que rememora el deslumbramiento que le provocó, de joven, el visionado de La dolce vita (1960) –aunque el verdadero referente de El sol del futuro es Fellini, ocho y medio (1963)–.
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Con la autoridad propia de los viejos maestros del cine, Moretti se mueve con agilidad, sin mayores alardes ni miedo al ridículo, por los límites del cine narrativo y el ensayo fílmico, enarbolando con orgullo la bandera de la desobediencia.
En la escena más desopilante del filme, Moretti se debate entre la perplejidad y la consternación cuando unos ejecutivos de Netflix le aconsejan que incorpore un arco narrativo evidente a su proyecto de película histórica. ¿La respuesta del cineasta? “What the fuck!” (“¡Qué coño!”).
El sol del futuro
Dirección: Nanni Moretti.
Guion: Francesca Marciano, Nanni Moretti, Federica Pontremoli, Valia Santella.
Intérpretes: Nanni Moretti, Margherita Buy, Mathieu Amalric.
Año: 2023.
Estreno: 15 de septiembre