"Estamos ante una encrucijada importante", advierte Esteve Riambau, director de la Filmoteca de Cataluña y comisario de El patrimonio cinematográfico en el Siglo XXI a El Cultural, al ser preguntado por la necesidad hoy en día de reflexionar sobre el futuro de la preservación del patrimonio fílmico. "Es un tema que nos ocupa mucho a las filmotecas, pero que realmente nadie sabe muy bien cómo va a terminar".
Este será el punto de partida de esta jornada de trabajo que tendrá lugar el próximo 24 de octubre en el marco de la 68º edición de la Seminci, y que congregará a los máximos responsables de las filmotecas europeas, entre ellas la Cineteca di Bologna, el National Film Institute de Hungría o La Cinémathèque française; y directores de los festivales internacionales especializados en la recuperación del legado fílmico, como el Festival Lumière de Lyon, Festival Toute la Mémoire du Monde de Paris, Il Cinema Ritrovato de Bologna o Budapest Classics Film Marathon.
Figuras como Celine Ruivo, integrante de la comisión técnica de la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF) o Gyorgy Raduli, director del National Film Institute de Hungría y Budapest Classics Film Marathon,"con un conocimiento muy potente y directo sobre este tema", remarca Riambau, acudirán a Valladolid para intentar esclarecer algunas de las cuestiones que más preocupan al sector.
Organizada junto a la Filmoteca de Castilla y León y comisariado por Riambau, el debate estará dividido en dos mesas redondas, una dedicada a Cómo programar hoy cine del pasado: los festivales de cine clásico, algo de lo que la Seminci siempre ha podido sacar pecho, y otra centrada en la paradoja de los archivos cinematográficos frente al dilema digital.
Un conflicto que se genera porque, como explica Riambau, "el uso del digital se expande muy bien, pero su conservación es incierta; y el fotoquímico tiene una excelente conservación, pero ha quedado obsoleto desde el punto de vista de la difusión". Asimismo, el director de la Filmoteca de Cataluña recuerda que "conservar en digital es mucho más caro que conservar en analógico" y que "por suerte", no se ha digitalizado todo porque "hay que ir con mucho cuidado".
"Hay que conservar todo lo que se produce con la incertidumbre de qué es lo que va a pasar, cuánto tiempo se va a conservar. Del fotoquímico lo que sabemos es que las filmotecas tenemos películas de finales del siglo XIX conservadas en su formato original, es decir, si las tienes bien conservadas pueden durar hasta 100 años. Pero con el digital no, no sabemos a dónde vamos y lo que sabemos es que el panorama cambia cada día".
Sobre el papel que actualmente ejercen las filmotecas, Riambau considera que "no solo existen, sino que avanzan, se ponen al día y tienen más o menos la atención que se merecen". Aún así, cree que es "muy importante que en el ámbito político haya conciencia de la importancia de la preservación del patrimonio fílmico", algo de lo que todavía carecen ciertos países menos desarrollados, matiza el director.
La jornada, que forma parte de las actividades programadas por Acción Cultural Española (AC/E) con motivo de la Presidencia española de la Unión Europa, será una de las múltiples actividades que acompañarán la nueva sección que inaugura la Semana Internacional de Cine de Valladolid, Memoria y Utopía.
La reivindicación del patrimonio, la necesidad de reevaluar el canon dominante y reflexionar sobre el legado fílmico son algunos de los objetivos de este nuevo espacio del festival dedicado exclusivamente dedicada al cine restaurado, que propone una semana de proyecciones de películas restauradas (15 largos y un programa de cortos), la mayoría de las cuales tendrán su estreno en España en el festival.
Entre algunos de los filmes que se rescatarán en la sección, destacan las obras de mujeres cineastas olvidadas por la historia, como Dark Spring (Ingemo Engström, 1970), Maybe Tomorrow (Judit Elek, 1980), Boat People (Ann Hui, 1982), Drylongso (Cauleen Smith, 1998). Así como obras menos conocidas de autores internacionales consagrados, como por ejemplo Le Captive (2000) de Chantal Akerman.
La sección también estrenará Return to Reason (1923), una producción que rescata los rayogramas de Man Ray, con motivo de su centenario, con banda sonora del cineasta Jim Jarmusch y el compositor Carten Logan. Y el estreno mundial de La primera mirada, debut en el largometraje del investigador y cineasta Luis E. Parés, un documental sobre la Escuela Oficial de Cinematografía.
Respecto al cine español, la sección también busca dar a conocer dos joyas ocultas patrias: Lucha de corazones (Joan Maria Codina, 1912), una adaptación libre de la obra María Rosa de Ángel Guimerà que será acompañada por una creación sonora en directo a cargo de Abel Hernández; y Furia española (Francesc Betriu,1975), una comedia negra que batió todos los récords de cortes de censura: su guion fue prohibido dos veces y el estreno se retrasó dos años. Ahora, la película se programa en Memoria y Utopía con la colaboración de Filmoteca de Catalunya, que ha recuperado los 23 cortes que la censura hizo en 1974.
Tras su paso por Valladolid, las películas de la sección iniciarán un recorrido que las llevarán a la IVC-Filmoteca de Valencia, institución que programará los títulos seleccionados en la sección Memoria y Utopía de Seminci.