Vidas pasadas, la ópera prima de la dramaturga coreano-canadiense Celine Song, ofrece al espectador un viaje memorístico que se desdobla en un relato de corte autobiográfico y, a la vez, en una cápsula del tiempo cinéfila.
Por un lado, el filme le sirve a Song para dramatizar su relación afectiva con un amigo de la infancia al que tuvo que abandonar cuando su familia emigró de Corea del Sur a los Estados Unidos. En la ficción, este affair platónico, más hipotético que factual, se prolonga por más de dos décadas, sobrevive inicialmente a la distancia y se ve resquebrajado por el encuentro de la protagonista con un novelista estadounidense.
Vidas pasadas plantea una estimulante reflexión sobre el modo en que los condicionantes sociales y culturales determinan el curso vital de los personajes. Con el fluir del relato, y a medida que el alter ego de la cineasta (una magnética Greta Lee) va aclimatándose a su vida neoyorquina, la idea del romance eterno va dejando su lugar al retrato del abismo que se abre entre la constricción e introspección propias del carácter coreano y la espontaneidad yanqui.
El recuerdo de títulos como Pushing Hands (1992) o El banquete de boda (1993), en las que Ang Lee sopesó la brecha cultural entre su Taiwán natal y la América que le había adoptado, resuena en Vidas pasadas, una película cargada de sentido y sensibilidad. Pero, si hablamos de referentes fílmicos, el trabajo de Song remite ante todo a aquel halo impresionista, bañado en melodías pop, que Sofia Coppola incorporó al cine indie durante el cambio de siglo.
Puede que esta vocación preciosista sobrevuele Vidas pasadas más como un elemento decorativo que como un componente nuclear, pero en todo caso Song demuestra un talento particular para hilvanar un triángulo amoroso que transita entre el suspense emocional, la tensión romántica y el estremecimiento dramático.
Vidas pasadas
Dirección y guion: Celine Song.
Intérpretes: Greta Lee, Yoo Teo, John Magaro, Jonica T. Gibbs, Isaac Cole Powell
Año: 2023
Estreno: 1 de noviembre