El cine español ha ardido en rumores y mensajes de WhatsApp estas últimas semanas especulando con que saldría otro escándalo de abusos sexuales con motivo de la gala de los Goya. Conjeturas con las que, además, algunos soñaban que el “me too” —o “se acabó”, como se lo ha llamado en España— iba a hacerles un favor y cargarse a sus enemigos íntimos. No ha sucedido. 

De momento, Carlos Vermut se ha convertido en el único nombre destacado que ha “caído” como parte de una ola de denuncias por abusos sexuales que empezó en Estados Unidos y ha llegado a nuestro país seis años después. Queda la duda de si al final, Vermut será el sacrificio ritual necesario para que como decía El gatopardo, "todo cambie para que todo siga igual". 

La Asociación de mujeres cineastas repartió abanicos con el lema “se acabó” y las buenas palabras empezaron con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en el photocall de entrada enfatizaba el apoyo del Gobierno a las víctimas de violencia sexual. Acto seguido, los presentadores, los Javis y Ana Belén, han dedicado su discurso inicial a ese tema.

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Ana Belén recordó que la única película que ha dirigido se llamaba, precisamente, Cómo ser mujer y no morir en el intento y exigió “seguridad” y “certidumbre” para las mujeres. Ambrossi, por su parte, ensalzó el “valor y la valentía” de las mujeres que han denunciado y Calvo le secundó: “Hay que pasar de las palabras a los hechos”. Y Ana Belén remató: “En el cine también se acabó”.

El momento cumbre de lo que se vaticinaba como tema central de la gala fue una actuación musical de María José Llergo, India Martínez y Niña Pastori cantando "Se acabó", el tema que popularizó María Jiménez y que se ha convertido en el lema de las protestas. 

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Al finalizar, ha aparecido la actriz Susi Sánchez, vicepresidenta segunda de la junta directiva de la Academia de Cine, junto a otras mujeres que forman parte de la misma para pronunciar un discurso: "Una vida no puede ser contada sin que estén presentes las mujeres. Los grandes personajes femeninos nos inspiran y nos dan referentes para un futuro en el que la igualdad sea la norma y no la excepción. Condenamos los abusos se den donde se den y vengan de quien vengan. Queremos espacios seguros, se acabó el abuso de poder y la violencia contra las mujeres". Y luego remató: "Desde la Academia de cine reiteramos nuestra solidaridad con las víctimas". 

Por su parte, el presidente de la Academia, Fernando Méndez-Leite, hizo apenas una mención: “La Academia condena cualquier abuso contra las mujeres como han dicho nuestras compañeras”. Y quedó un poco raro cuando después de recordar que el Festival de San Sebastián (Jaione Camborda por O Corno), el de Málaga (Estibaliz Urresola Solaguren por 20.000 especies de abejas) y los Gaudí (Creatura, de Elena Martín), añadió en pleno ataque de cuñadismo “a ver si nos dejáis algo para nosotros”.

Ha habido silencios elocuentes. Como el de José Coronado tras sus polémicas declaraciones en los Feroz que no insistió en el tema después de ganar el Goya como mejor secundario. En el photocall de entrada, ha hablado también José Sacristán, protagonista de Magical Girl, la película más celebrada de Carlos Vermut de manera que ha causado polémica: "Le sigo estando agradecido por la oportunidad de Magical Girl, que me parece una película fantástica", ha afirmado el actor, que fue nominado al Goya a mejor secundario por su trabajo en esa película, protagonizada por Bárbara Lennie. "Me parece un error sacrificar el trabajo de quien ha cometido un error, que lo pague en lo personal, pero que en lo profesional no tiene porque sufrir las consecuencias. Me parece una estupidez, una necedad monumental", ha afirmado. Después, al presentar el Goya de honor al operador Juan Mariné ha insistido, sutilmente, en la misma idea: “Todas las películas, todas, forman parte del patrimonio cultural de este país”. 

Y en los discursos de los ganadores, pocas menciones. Estíbaliz Urresola Solaguren, al ganar como mejor directora novel, con una chapa enorme contra el comercio de armas con Israel, reiteró el lema “se acabó” para decir que “no queremos más violencia ni acoso”. Y poco más. Al cine español le preocupa más Gaza por lo visto.