Lila Avilés. Foto: Limerencia Films

Lila Avilés. Foto: Limerencia Films

Cine

Lila Avilés estrena 'Tótem': "El cine es un trabajo colectivo que conjuga libertad y creación"

Tras 'La camarista', la mexicana ha revolucionado el circuito cinematográfico (Berlinale incluida) con una película sobre las relaciones humanas y la comunión con la naturaleza.

1 marzo, 2024 02:30

Una gran casa en México reúne a amigos y familiares en la algarabía de los preparativos del cumpleaños de un joven pintor. Hay animales, insectos, una niña curiosa y adultos que alternan la carcajada con el llanto.

El frenesí esconde el duelo interior, porque la fiesta de aniversario puede ser la última del homenajeado... En su segunda película tras La camarista, estrenada en 2018, Lila Avilés (Ciudad de México, 1982) compone un fresco abigarrado y palpitante sobre el acompañamiento del ser querido en su viaje final.

Quería hacer una película sobre la comunicación, sobre la virtud de las relaciones humanas y su comunión con la naturaleza. En definitiva, crear un personaje principal que ya es maduro incluso a los siete años, una niña que tiene la capacidad de estar despierta e intenta crear un mundo con su propia mirada”, explica.

Este microcosmos humanista se estrena el próximo 1 de marzo tras alzarse con el Premio del Jurado Ecuménico en la Berlinale y reconocimientos en Toulouse, Hong Kong, Pekín, y Jerusalén, entre otros lugares. Además de ser incluida entre las mejores 50 películas de 2023 en la prestigiosa Sight and Sound Magazine.

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Pregunta. ¿A qué responde Tótem como título?

Respuesta. No puedo escribir si no tengo un título. El tótem tiene que ver con los núcleos. Tal vez sea la familia de sangre, pero también son los amigos. Se trata de los símbolos que hacen que honres y te unas a las personas. En México tenemos los tótem de la cultura tolteca y los nahuales, que plasman la relación entre las familias y los animales. El amor es el tótem. Fui mamá muy joven, así que para mí este filme es un regalo para mi hija desde lo más profundo de mi ser.

Ayuda de la ‘camarista’

P. ¿Cómo consiguió reunir a todo ese elenco?

R. Fue complicadísimo. Traigo cargando esta historia desde hace mucho tiempo, así que ya sabía que era muy complejo encontrar esa colmena o tribu, llámelo como quiera. Invité a la protagonista de La camarista, Gabriela Cartol, porque nos queremos muchísimo. Estaba a punto de irse a Chile a hacer una serie, pero se ofreció a ayudarme con el casting. Fue un delirio.

P. ¿De qué forma consiguió ordenar ese caos?

R. Llegué agotada al rodaje, pero cuando estoy con el elenco es la gloria, la diversión. Yo le pongo más atención al cuidado de los actores que a la iluminación. Venía de hacer una película entre cuatro personas, donde la cámara no se mueve prácticamente, y de pronto, este proyecto se disparó. Para mí es importante llegar y ordenar mis cositas.

P. El filme está contado desde el punto de vista de la hija del protagonista, que tiene siete años...

R. Vimos hasta 40 niñas. Sabía que iba a ser durísimo. El primer casting con Naíma Sentíes no fue el mejor, porque nunca antes había actuado, pero me gustó mucho hablar con ella, su cabecita tenía mucha conversación y era muy sensible. Lo bonito de ella es que no era perfecta y eso la hacía perfecta. Venía de un proceso particular, porque como consecuencia de la Covid, había dejado de ir a la escuela. Esta película le trajo otros aprendizajes. Escribió un diario y exploramos, por ejemplo, temas como la muerte.

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P. ¿Le ha supuesto alguna inseguridad no haber cursado estudios de cine?

R. El proceso del cine es como el de la pintura, tienes que jugar con todos los elementos, porque la base de la que partes va a cambiar durante el proceso. En ese sentido, para mí es importante la intuición y lograr extraer naturalidad de los actores. Además, cada uno de los intérpretes viene con sus propias historias de todo tipo, de pérdidas, de resiliencia, de rebelión, de recuerdos... Hacer cine es un trabajo colectivo donde se conjugan además la libertad y la creación.