Estas son las rivales de 'Robot Dreams' por el Oscar a la mejor película de animación
El filme de Pablo Berger podría conseguir la primera estatuilla en la categoría para España, aunque parten como favoritos 'Spider-man: Cruzando el multiverso' y 'El chico y la garza'.
7 marzo, 2024 02:08Robot Dreams ha sido una de las grandes sorpresas del cine español reciente, con una exitosa trayectoría que ha puesto en valor la primera aproximación a la animación de Pablo Berger (Bilbao, 1963).
La película tuvo su puesta de largo en el Festival de Cannes, fuera de la competición, y desde entonces ha acumulado varios premios de prestigio: los Goya a mejor película de animación y montaje, el de mejor filme de animación en los Premios de Cine Europeo o el de mejor película independiente en los Annie, la segunda distinción en importancia de los principales galardones de la animación.
Para culminar la peripecia, Robot Dreams se ha convertido en el tercer filme español que consigue entrar entre los cinco nominados en la categoría de los Oscar de mejor película de animación, tras Chico y Rita (Fernando Trueba y Javier Mariscal, 2011) y Klaus (Sergio Pablos, 2019) -en esta disciplina ya fue premiado Alberto Mielgo, pero en el apartado de los cortometrajes, con El limpiaparabrisas (2021)-.
El logro en esta ocasión es mayúsculo pues el filme de Pablo Berger ha dejado contra pronóstico fuera de la lucha por la estatuilla a la última producción de la todopoderosa Disney, Wish: el poder de los deseos; a la segunda película más taquillera de 2023, Super Mario Bros: la película; al fantástico cuento ecologista con el que el japonés Makoto Shinkai compitió en la Berlinale, Suzume, o a la emocionante y deliciosa Ninja Turtles: Caos mutante, entre otros trabajos de entidad.
La adaptación de la novela gráfica de Sara Varon que ha pergeñado el director bilbaíno cuenta con varios alicientes que pueden convencer a los académicos de Hollywood. Por un lado, encontramos algunos de los principales rasgos de los anteriores filmes Berger de acción real: la nostalgia de Torremolinos 73 (2003), la narración sin diálogos de Blancanieves (2012), con la que conquistó nada menos que diez premios Goya –entre ellos el de mejor película–, y el interés por representar el subconsciente que ejercitaba en Abracadabra (2017).
La historia imagina un mundo habitado por animales antropomórficos en el que los robots ejercen de mascotas, lo que permite al director de arte José Luis Ágreda lucirse en la parte visual, como ya hiciera en Buñuel en el laberinto de las tortugas (Salvador Simó, 2018).
En el filme, Dog, un perro afectado de la soledad propia de la alienación urbana, decide encargar un autómata que le haga compañía. Y la cosa funciona, ambos se hacen uña y carne: comilonas, cine, patinaje, videojuegos… Sin embargo, tras un fantástico día de playa, Robot, oxidado, queda varado en la arena.
El resultado es un filme muy emotivo, que va de la alocada película de colegas a la introspección del mundo de los sueños, con imaginativas secuencias inspiradas en los musicales de Busby Berkeley o en El mago de Oz. Todo ello con un ritmo pausado, que permite detenerse en los innumerables homenajes y sorpresas que incluye el filme, y con September de Earth, Wind and Fire como principal reclamo de la banda sonora.
Por tanto, hay argumentos a los que agarrarse para soñar con la primera estatuilla española en este apartado. Sin embargo, la competencia en este año es extremadamente dura: El chico y la garza, con la que el maestro japonés Hayao Miyazaki ha logrado grandes datos de recaudación en EE.UU.; Spider-Man: Cruzando el multiverso (Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin Thompson), un auténtico prodigio visual que ha arrasado en los Annie; Nimona (Nick Bruno y Troy Quane), el hilarante y subversivo cuento medieval auspiciado por Netflix, y Elemental (Peter Sohn), nueva entrega de la factoría Pixar.
Parte como favorita Spider-Man: Cruzando el multiverso, continuación de la ya oscarizada Spider-Man: Un nuevo universo (Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman). La película es un absoluto deleite para los sentidos, un prodigio artístico con infinitos estímulos y guiños que hace palidecer los universos de cartón piedra digital del Universo Cinematográfico de Marvel.
No hablamos solo de las fantásticas set-pieces de acción, frenéticas y aún así fáciles de seguir, sino también momentos íntimos, como ese en el que el protagonista Miles Morales y Spider-Gwen miran la ciudad de Nueva York sentados boca abajo en un saliente de un rascacielos.
Por otro lado, los académicos pueden sentir la tentación de premiar a Hayao Miyazaki, ya que El chico y la garza se ha vendido como la última película del maestro japonés -algo que ya pasó con su anterior filme, El viento se levanta (2013), por lo que habría que tomarlo con prudencia-. Además, el filme lideró la taquilla en su primer fin de semana de estreno en EE.UU. y se ha convertido en el anime original más taquillero en el mismo país, lo que indica una gran aceptación en Hollywood de la película.
La película sigue a Mahito, un joven de 12 años que lucha por asentarse en una nueva ciudad tras la muerte de su madre. Sin embargo, cuando una garza parlante informa a Mahito de que su madre sigue viva, entra en una torre abandonada en su busca, lo que le lleva a otro mundo.
Según el crítico de El Cultural Enric Albero, la película tiene “un preciosismo que se aparta de la fábula blanca para adentrarse en los laberintos de la crudeza y el dolor que recorren todo proceso de crecimiento para terminar conformando una serena reflexión sobre la transitoriedad, sobre la necesidad de tener los ojos abiertos para apreciar todo cuanto nos rodea”.
El cartel de tapada que puede dar la sorpresa es para Nimona, adaptación de un cómic de ND Stevenson que tuvo una ajetreada producción: arrancó en 2015 en Blue Sky Animation, responsables de la saga Ice Age, pero tras la compra del estudio por parte de Disney en 2019, fue cancelado. Puede que a la casa del ratón Mickey le resultara demasiado contar con un protagonista másculino gay y con pareja y con una protagonista femenina que se contrapone al cliché de las princesas Disney.
La película acabó en Annapurna Pictures, que vendió la distribución a Netflix, donde ha contado con un gran boca-oreja desde su estreno en junio. Con las voces de Riz Ahmed y Chloe Grace Moretz, la película plantea un mundo medieval futurista en el que el caballero Ballister Bravocorazón es acusado de un crimen que no ha cometido y la única persona que puede ayudarlo a demostrar su inocencia es Nimona, una traviesa adolescente con inclinación por el caos… Un filme subversivo y ligero con un mensaje que suele enternecer a los académicos.
Por último, y parece que con pocas opciones de llevarse la estatuilla, aparece Elemental, la última (y poco inspirada) entrega de Pixar. Ambientada en Ciudad Elemento, donde conviven habitantes de fuego, agua, tierra y aire, el filme sigue la historia de Candela, una joven fuerte, ingeniosa y con carácter, cuya amistad con un chico sensible, afable y tranquilo, llamado Nilo, cambia su perspectiva sobre el mundo en el que viven. Un trabajo que está lejos de lo mejor de la casa del flexo.